[19: México,
Palenque: tumba de un gigante]
En la cámara funeraria de
Palenque
En el curso de sus investigaciones, llevadas a cabo entre
1949 y 1952, el arqueólogo mexicano
Alberto Ruz
Lhuillier descubrió en el Templo de las
inscripciones, en Palenque, una cámara funeraria. Del
atrio del templo, que descansa sobre la plataforma
superior de una pirámide escalonada, parte una empinada
escalinata, resbaladiza por la humedad, que desciende casi
25 metros y penetra a dos de profundidad en el subsuelo.
Esta última parte de la escalera quedaba de tal modo
oculta que bien puede decirse que se trata de una bajada
secreta.
La
detección del templo de las inscripciones en
Palenque
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Alberto
Ruz Lhuillier, retrato del arqueólogo de
los mayas [3] |
Templo
de las inscripciones en Palenque con
cámara funeraria [4]
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México, Däniken con el templo de inscripciones
en Palenque (de: Regreso a las Estrellas,
p.48-49)
Däniken
indica:
<Erich von Däniken ante el "Templo de las
inscripciones", en Palenque (México). En el
interior de esta pirámide, situada
profundamente bajo la estructura, se encuentra
la placa funeraria del dios Kukulkán, "viajero
de cohetes" (de: Regreso a las Estrellas,
p.48-49)
México 1968, Erich von Däniken investigando con
linterna (de: Regreso a las Estrellas, p.48-49)
Däniken indica:
<Investigador dominguero viajando por México
en otoño de 1968> (de: Regreso a las Estrellas,
p.48-49) |
Las dimensiones y el emplazamiento de la cámara
corresponden (p.92)
a "fórmulas representativas de carácter mágico o
simbólico" (Marcel Brion [escritor y crítico de arte
[web01]). Tres años necesitaron los arqueólogos y sus
colaboradores para despejar completamente el camino
subterráneo que conducía hasta dicha cámara.
Su suelo lo constituye una losa monolítica de 3,80 metros
de largo y 2,20 de ancho, toda ella cubierta de relieves
verdaderamente fantásticos; no conozco ningún otro trabajo
en piedra que supere a éste en belleza y perfección.
La tumba
en el templo de las inscripciones en Palenque
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La escalera a la tumba en el templo de las
inscripciones en Palenque [5]
Hoy la tumba
está detrás de plexiglás. Cuando fue
encontrada la tumba, fueron estalactitas en el
techo lo que significa que tiene una edad muy
vieja. La losa está 3,8x2,2, metros y tiene un
grosor de 25 cm. y un peso de algunas
toneladas. La cámara está bajo del nivel
fundamento del templo. Así fue construido la
tumba primero y el templo encima [web02].
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La losa
sepulcral y el sarcófago en el templo de las
inscripciones en Palenque [6]
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Alrededor del rectángulo se esculpieron jeroglíficos mayas
de los que sólo ha podido descifrarse una mínima parte.
Los glifos que decoran la gran losa de piedra nos son ya
conocidos por la literatura (los Códices) y las estelas
mayas; en ellos aparecen, entre otros motivos,
-- el árbol de la vida (o la cruz de la vida),
-- un indio con máscara del dios de la tierra - plumas en
la cabeza,
-- pequeños tubos y cuerdecillas de jade - y también, no
lo menos importante,
-- el quetzal sagrado, una serpiente bicéfala y máscaras
simbólicas.
[Interpretaciones de la
losa sepulcral de Palenque]
El arqueólogo Paul River, uno de los mejores conocedores
de la materia, opina que el indio representado se sienta
en el altar de los sacrificios y que los relieves que se
aprecian detrás de su asiento no son sino "pelos
estilizados de la barba del dios del tiempo"
(atmosférico), motivos éstos que se repiten constantemente
en las ciudades mayas.
Bajo esta magnífica losa, tan soberbiamente trabajada, fue
hallado un sarcófago pintado de rojo púrpura con un
esqueleto en su interior; una máscara de oro cubría la
cara de este último, y junto a él podían verse numerosos
adornos de jade, así como ofrendas y accesorios
rituales...
Máscara de oro de la tumba del templo de las
inscripciones en Palenque [7]. La ciencia indica que
sería un emperador Pacal [web03].
El astronauta de Palenque
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La losa
sepulcral en el templo de las inscripciones,
primer plano [7]
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Desde el momento en que me fue dado contemplar la losa
funeraria de Palenque, di a sus relieves una
interpretación técnica. Poco importa que la miremos en
sentido transversal o longitudinal: en cualquier caso
tenemos la impresión de hallarnos ante un ser que viaja
por el espacio. Las mejores fotos que creo se han hecho de
la losa, protegida actualmente por una verja de hierro,
fueron obtenidas por el equipo que filmó la película
"Recuerdos del futuro". Después de ocho tentativas, el
gobierno acabó por autorizar media hora de trabajo en el
interior de la tumba con cámaras y focos. Estas
fotografías me permiten documentar aquí al lector sobre el
particular mejor de lo que pude hacerlo en mi primer
libro.
Considerada en su conjunto, la losa viene a servir de
marco a la figura central de un ser que aparece sentado e
inclinado sobre unos (p.94)
mandos (como un astronauta en su cabina de pilotaje). El
extraño ser lleva en su cabeza un casco del que salen
hacia atrás dos tubos flexibles. Frente a su nariz puede
verse claramente un balón de oxígeno. con ambas manos
manipula el personaje algo parecido a unos mandos de
control: la mano superior está abierta y en posición de
hacer girar un botón como para sintonizar alguna cosa con
precisión: en cuanto a la mano situada en el plano
inferior, pueden apreciarse cuatro de sus dedos con el
meñique doblado. ¿No es como si la figura estuviera
manejando con esa mano una palanca al estilo del
acelerador manual de nuestras motocicletas? Finalmente, el
talón de su pie izquierdo descansa sobre un pedal de
varios niveles.
A quien contemple los relieves de Palenque no dejará de
llamarle la atención que el "indio sentado en el altar de
los sacrificios" lleve una indumentaria demasiado moderna:
inmediatamente bajo su barbilla y bien visible en la parte
del escote se distingue una prenda semejante a un jersey
de "cuello de cisne", que se ajusta completamente al torso
y acaba en unos puños estriados. El extraño ser lleva
también un ancho cinturón con hebilla de seguridad, un
pantalón de mallas gruesas y otro interior muy ajustado,
que le llega hasta los tobillos... ¡Ya tenemos al
astronauta perfectamente vestido y equipado!
Los aparatos que mantienen en vilo la atención del
agazapado astronauta presentan, a mi modo de ver, las
siguientes características técnicas: delante de la figura,
sujeta a su asiente por cinturones de seguridad, vemos la
instalación central para el suministro de oxígeno y de
energía, así como el cuadro de comunicaciones, los mandos
manuales y los dispositivos destinados a facilitar la
visión hacia el exterior. En la proa, es decir, delante de
todos estos aparatos de control, pueden distinguirse unos
grandes electroimanes cuyo fin es crear un campo magnético
en torno al casco de la astronave y protegerla así del
choque con las partículas cósmicas, peligro a que estaría
expuesta al circular por el espacio a grandes velocidades.
Detrás del astronauta se observa una unidad de fusión
nuclear: en esquema se reduce a sintetizar dos núcleos
atómicos, probablemente de hidrógeno y helio, los cuales
acaban por fundirse en uno solo. Considero de la mayor
importancia el hecho de que en el (p.96)
extremo posterior de la nave, FUERA den encuadre general,
se haya incluso representado en forma estilizada la estela
que dejan tras sí los cohetes propulsores.
Junto a estos dibujos que acabo de explicar volvemos a
encontrarnos con los mismos jeroglíficos de siempre. No me
cabe la menor duda de que los mayas dejaron de esta manera
constancia de la visita de los "mensajeros del cielo",
cuya historia anotaron sirviéndose de las posibilidades y
medios a su alcance. Ante la llegada de un ser
extraterrestre los indios sintieron el deseo "natural" de
perpetuar el recuerdo de tan excelsa visita y del extraño
aparato en uno de sus relieves. Pero, aun prescindiendo de
la ignorancia de los escultores en cuanto a conocimientos
técnicos, habría sido imposible reproducir a simple vista
en la piedra todo un conjunto de detalles tan complejo
como el constituido por la astronave y su piloto.
¿Pidieron quizá consejo a sus celestes visitantes?
¿Proporcionaron éstos a los artistas mayas algún dibujo
sencillo y esquemático de su nave espacial? Al escéptico
que me pregunte por qué los extraterrestres habían de
revelar a otros sus propios conocimientos y secretos puedo
solamente responder esto: lo hicieron en este caso para
dejar a futuras generaciones un testimonio visible de su
presencia.
Una vez aceptada esta hipótesis, los jeroglíficos hasta
ahora descifrados tampoco excluyen la correspondiente
interpretación técnica. Aún está por encontrarse la prueba
definitiva de que las inscripciones grabadas en la losa
funeraria sean simples símbolos típicos de la cultura
maya. Ni la literatura permite tampoco deducir
forzosamente que el bajorrelieve no contiene ningún
elemento técnico. De poco sirve aferrarse con tozudez a
hipótesis de trabajo ya superadas. A pesar de lo cual la
arqueología se niega a admitir en su campo cualquier nuevo
factor que puedan proporcionarle los actuales
conocimientos de técnica espacial. Por eso considero
intolerante la postura de rechazar pura y simplemente mi
interpretación. Bastaría con aceptar honradamente este
solo hecho: si la literatura maya no permite explicar
satisfactoriamente los relieves de la losa funeraria, es
por lo menos concebible una versión técnica (p.100).