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Leyendas del Japón
arregladas y presentadas por Michael Palomino (2016)
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Leyendas del Japón
Cinco malvadas [malas] mujeres japonesas
de: http://leyendas.about.com/od/Japon/a/Cinco-Malvadas-Mujeres-Japonesas.htm
1) Kuchisake onna (la mujer de la boca cortada)
Es quizás una de las leyendas más turbadoras de todo Japón. Hace ya tiempo, una coqueta mujer era repetidamente infiel a un samurái; para vengarse, éste cortó los costados de su boca de modo que desde entonces luciera una horrenda sonrisa, como castigo por su deslealtad. El espíritu de la kuchisake onna se posesiona desde entonces de cualquier mujer, a su antojo, y la lleva a cometer horrendos crímenes. Se presenta ante sus víctimas con la parte inferior del rostro cubierta por un barbijo o una máscara, y pregunta: Watashi kirei?
(¿Soy hermosa?). Responder que no es un suicidio; responder afirmativamente sólo provocará que el espíritu remueva el obstáculo que cubre su rostro y pronuncie las siguientes palabras: Kore demo? (¿También ahora?). No importa lo que se conteste, la kuchisake onna nos deparará una muerte segura y veloz, ya que las filosas tijeras con las que está armada le son útiles para matar y para abrir en el rostro de sus víctimas las mismas heridas que le fueran provocadas a ella. Se ha reportado que muchos casos de asesinato serial en Japón, especialmente si tienen que ver con niños y adolescentes, son obra de esta criatura maligna. También se dice que sólo hay una forma de evadir el asesinato: a la primera pregunta que se nos formula, debemos responder con la mismas palabras (es decir, preguntar a su vez si somos bellos). Tal ardid confundirá a la kuchisake onna y nos dará una oportunidad de escapar.
2) Kuma onna (la mujer oso)
Se desconoce el origen de esta entidad. Vaga por los lugares más recónditos y oscuros de las ciudades del Japón, vestida con harapos; de su atuendo cuelgan dedos y orejas cortados, como adornos siniestros. Esto es así porque la kuma onna demanda de sus víctimas todo objeto que tenga por fin realzar la belleza de la mujer (se ignora si los hombres sufren también sus ataques): pendientes, aros, collares, anillos, pulseras. La única ocasión de evitar la muerte o la amputación de alguna parte de nuestro cuerpo es desprendernos rápidamente de todo objeto que ella pueda desear, un precio módico por conservar intacta nuestra integridad física.
3) Kumo onna (la mujer araña)
Poco puede hacerse por huir o negociar con esta criatura, ya que su intención es que le sirvamos de alimento. Durante el día, la kumo onna es una mujer normal. Después de la caída del sol, se oculta para que nadie vea que de su cuerpo emergen ocho extremidades que la asemejarán a un arácnido; de su humanidad quedará sólo su cabeza. Suele capturar a sus víctimas ocultándose en la parte inferior del techo de puentes y galpones, desde donde envuelve a los infortunados con una gruesa telaraña y los devora, luego de mantenerlos cautivos durante cierto tiempo, cuando su apetito se lo dicta.
4) Yuki onna (la mujer de la nieve)
Este espíritu es probablemente un elemental, el cual es avistado en las zonas más septentrionales del Japón, donde en invierno las temperaturs son aún más bajas que en el resto del país. La yuki onna se presenta a los viajeros como una mujer muy hermosa y los incita a tener comercio carnal con ella. Suele hacerlo en varias ocasiones con la misma víctima, y es fama que su contacto es extremadamente placentero. Sin sospecharlo, el caminante va perdiendo sus fuerzas, de modo que al cabo de unos pocos días muere de frío e inanición.
5) Teke teke onna (la mujer ruidosa)
Esta criatura debe su nombre al sonido que emite al desplazarse, el que a oídos japoneses suena como teke teke , y al cual los estadounidenses han traducido como clink clank. Se trata de una mujer que sufrió horrible muerte al ser arrollada por un tren, accidente que dejó su cuerpo partido en dos. Su espíritu se afana, desde entonces, en provocar una muerte similar en quienes tienen el infortunio de toparse con ella. El sonido al que se hace referencia puede deberse al hecho de que debe desplazarse utilizando sus manos y codos (de allí que también sea llamada la mujer que camina con los codos), arrastrando lo que queda de su cuerpo, o bien, según algunos informes, al ruido que se desprende de las garras en las que terminan sus manos, las que utiliza para cercenar los cuerpos de sus víctimas y reducirlos a la mitad. Es también posible que este ser jale a las personas de las que se ha apoderado con el fin de colocarlas sobre las vías del ferrocarril y así observar con satisfacción como experimentan su misma forma de muerte.
Esta rica fauna fantasmal ha dado buenos frutos al ser traslada al cine. El director Kôji Shiraishi realizó en 2007 el film Kuchisake onna (conocido en su versión en lengua inglesa como Carved) con buen éxito de público, aunque no fue bien recibido por la crítica, la que lo tildó de excesivamente simplista.
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Otras 5 malvadas [malas] mujeres japonesas
de: http://leyendas.about.com/od/Japon/tp/Otras-5-Malvadas-Mujeres-Japonesas.htm
1. Futakuchi onna (mujer con dos bocas)
Literalmente, la mujer de las dos bocas. En apariencia, una persona normal, quizás algo demasiado delgada, de hábitos frugales. Nada hace sospechar que detrás de su cabello, en la zona de la nuca, anida una segunda boca a la que debe alimentar en total sigilo, y la cual posee un apetito voraz. La segunda boca es depositaria de una personalidad totalmente ajena a la de la mujer, que suele ser callada y austera: demanda grandes cantidades de comida y es capaz de protestar agriamente e incluso de proferir obscenidades si no es saciada en forma completa. Si bien hay reportes de mujeres que padecen vergonzosamente esta situación, en otros casos parecen llevarse muy bien con su huésped, a la que alimentan con sumo placer. Hay quienes afirman que la Futakuchi onna pertenece a una especie similar de monstruo (yokai, en lengua japonesa) que la Kuchisake onna.
2. Yama uba (una bruja descuidada en la montaña se dizfraza para robar personas para devorarlas)
La así llamada bruja de la montaña. No debe confundírsela con la Yuki onna en regiones del norte del Japón, cubiertas de nieve en invierno, ya que el hábitat de esta criatura es la profundidad de los bosques. Se la reconoce por su aspecto extremadamente desprolijo, incluso andrajoso [en malos vestidos], y sus cabellos enredados y pegajosos [cabello descuidado], acerca de los cuales algunos afirman que puede trocar [cambiar] en serpientes. La Yama uba atrae a sus víctimas de maneras diversas: a veces se hace pasar por una bella mujer, otras por una guía para viajeros extraviados [perdidos]. Una vez que ha ganado la confianza de los infortunados, la Yama uba los hace caer en un profundo sueño, del que no despiertan jamás, ya que su intención es devorar a los deprevenidos.
3. Jorogumo (atrapando viajeros)
La araña duende. Similar a la Kumo onna, pero a diferencia de ésta, sus hábitos son más bien rurales y no hay reportes que aseveren que ha sido hallada alguna vez en ciudades, como sucede con su homóloga urbana. La Jorogumo puede presentarse como una mujer de enorme belleza, pero su objetivo es atrapar a los viajeros en su tela de seda, la que va envolviendo a las víctimas sin que se den éstas cuenta, o bien durante las horas de descanso.
4. Kitsume (con chistes pesados)
La zorra. Si bien no es propiedad exclusiva del género femenino el convertirse en este animal (lo cual la asemeja a las metamorfosis comunes en leyendas sudamericanas ), se trata en una inmensa mayoría de casos de mujeres que se convierten en zorras para dedicarse a diversas correrías. No son consideradas criaturas exclusivamente malignas. En ocasiones se divierten gastando bromas pesadas a caminantes y viajeros, pero también pueden ser de gran ayuda en situaciones desesperadas o de peligro. Una característica particular, que distingue a las Kitsune de las zorras comunes, es la posibilidad de poseer varias colas: a mayor número de colas, más poderosa la magia y la experiencia de estos seres como criaturas fantásticas.
5. Rokurokubi (mujer girafa espía)
Seres extraordinariamente misteriosos, los Rokurokubi poseen la capacidad de estirar su cuello por varios metros y así espiar detrás de las esquinas o en las ventanas de los pisos altos. Nada los distingue de seres humanos comunes y corrientes si no deciden hacer uso de esta habilidad, pero algunos de ellos, debido a la necesidad extra de sangre que el estiramiento les produce, poseen hábitos vampíricos.
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Fuentes
[web01] de: http://leyendas.about.com/od/leyendasporpais/a/Leyendas-Del-Peru.htm
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