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Erich von Däniken: Regreso a las estrellas

12. Preguntas, preguntas,preguntas...

de: Erich von Däniken: Regreso a las estrellas; Plaza & Janes, S.A., Editores; Virgen de Guadalupe, 21-33; Esplugas de Llobregat (Barcelona); ISBN: 84-01-33135-8

presentado por Michael Palomino (2011)


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12. Preguntas, preguntas, preguntas

Nuestros remotos antepasados, ¿captaron bien las antiquísimas transmisiones orales?

¿Se mueven en una dirección errónea nuestros intentos de explicación?

¿Observamos lo que existe ante nuestros ojos de un modo más complicado del que lo es en la realidad?

¿Se convirtieron en misterios religiosofilosóficos las provechosas instrucciones prácticas y técnicas recibidas afortunadamente?

¿Acaso las transmisiones que han originado los mitos y algunas religiones son quizá menos misteriosas y mucho más reales de lo que se ha venido creyendo durante milenios?

¿Lograremos captar a tiempo la información existente en las escasas reliquias de la prehistoria humana, antes de que el material de que aún disponemos sea destruido definitivamente pro la maquinaria humana?

¿Cuándo se decidirán los arqueólogos a trazar una sección de 1 km en las rocas del bosque de Tenteburgo, para poder estudiar el material arqueológico que existe allí?

¿Cuándo llegará el día en que un cuerpo expedicionario pueda realizar excavaciones en los misteriosos lugares, deshabitados, situados en torno a Marib, sin ser molestado ni sentir miedo? (p.231)

¿Cuándo se llevarán a cabo investigaciones con rayos en el mar Muerto, utilizando modernos instrumentos submarinos?

¿Cuándo podrán, por fin, los arqueólogos subacuáticos, poner en práctica la idea, acariciada durante tanto tiempo, de sondear bajo las rocas de las muchas pirámides que podemos admirar, como se hizo con la de Kefrén?

¿Cuándo empezarán a actuar las excavadoras en la capa superior de Tiahuanaco, para que podamos enterarnos de los secretos que quizá se escondan aún bajo ella?

¿Durante cuánto tiempo tendrán que seguir excavando sin ninguna clase de apoyo los especialistas, solitarios y sedientos de saber, en la zona del Sáhara? ¿Cuándo se pondrá a su disposición por lo menos un helicóptero  para investigar desde le aire la amplia zona?

¿Cuándo se llevará a cabo un análisis químico de huellas en la llanura de Nazca?

¿durante cuánto tiempo más tendrán que "abrirse paso" a través de la selva los idealistas que quieren visitar las ruinas de Honduras y Guatemala?

¿Cuándo se realizarán profundas excavaciones en Zimbabwe (Rhodesia del Sur)?

¿Qué institución mundial estará dispuesta a financiar un "Instituto Cartográfico" que aclare de una vez las peculiares relaciones geográficas y geométricas que existen entre los restos de las misteriosas culturas desparramadas por los distintos continentes?

¿Llegará el día en que una organización internacional, quizá la UNESCO, se decida, por fin, a catalogar los miles de pinturas y dibujos rupestres que hay en muchas cuevas del mundo?

¿No es posible que los "dioses", que visitaron nuestro planeta nos dejarán indicaciones técnicas que, si pudiéramos descubrirlas (p.232),

nos permitirían encontrarnos con ellos en el Universo?

¿Esperan o confían los "dioses" en que los seres humanos pierdan su "conciencia nacional" tan pronto como conozcan el universo y lo consideren como patria de la vida en vez de la Tierra?

[Tenemos el derecho para saber - ¿y quién creyó los dioses?

Desde la perspectiva del universo, los seres humanos somos únicamente los habitantes del "tercer planeta" de un pequeño Sol que flota en uno de los extremos de la galaxia, por lo cual no tiene importancia que tratemos de establecer distinciones entre nosotros llamándonos rusos o chinos, americanos o europeos, negros o blancos.

Cuando, un día, logremos establecer los primeros contactos con los seres inteligentes de otros planetas, nos entenderemos sólo en un idioma. Las 2.976 lenguas que se hablan hoy en nuestra Tierra podrían conservarse entonces como dialectos locales. Los científicos de todos los países y de todos los planetas intercambiarían sus conocimientos en una sola lengua.

Pero entonces la imagen universal que hoy tenemos habrá de abandonarse, y la joven generación de la Era del espacio rechazará definitivamente de su conciencia los últimos sentimientos nacionalistas, que ya no tendrían ninguna razón de ser.

Precisamente por esto opino que deberían investigarse con el mayor rigor y cuidado científicos las interpretaciones, que aún siguen pareciéndonos fantásticas, de los antiguos textos que han llegado hasta nosotros, así como de los abundantes testimonios pétreos. Sólo cuando conozcamos bien el sentido de los mensajes que nos dejaron los "dioses", perderemos el miedo que nos causa la posibilidad de un encuentro con astronautas de estrellas lejanas, porque entonces sabremos que aquellos seres tienen algo en común con nosotros: también ellos vivieron, en algún momento, el día de su creación... (p.233)


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