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Erich von Däniken: El mensaje de los dioses

[30. Pacífico: Las estatuas de la isla de Pascua]

Mapa de la isla de
                      Pascuas / Motunui

Mapa de la isla de Pascua (Rapa Nui) con tres islas pequeñas al lado izquierdo [1]

Población 2010: apr. 4.000 personas [web01]

Superficie: 163,6 km2 [web02]

Tienen una única escritura "Rongorongo" [web01] y su idioma "Rapa Nui" [web02].

En la isla hay dos volcanes.

Desde 1995 la isla es un parque nacional "Rapa Nui" y es herencia cultural mundial de la UNESCO [web01].

Estatuas en fila
Estatuas en fila [2]
Estatuas con camino
Estatuas con camino [3]

Esas estatuas ("moái" [web03]) fueron catalogisados, son 638 estatuas, así contó el padre Sebastian Englert. Pero otro proyecto "Archaeological Survey and Statue Project" encontró 887 estatuas entre 1969 y 1976. Puede ser que originalmente fueron más que mil. Puede ser que representan dioses de un tiempo antiguo [web02]. 53 moáis son basalto, en toba roja y en trachito. Todas las otras estatuas son del pendiente del volcano Rano Raraku de una toba suave, fácil para trabajar. Al pendiente del volcano Rano-Raraku hay 397 estatuas todavía. La estatua más grande tiene 21 metros, sin erectarla, y la más grande estatua erectada mide 9,8 metros ("Paro" al "Ahu Te Pito Kura"). El promedio de altura es 4,05 metros, el peso promedio es 12,5 toneladas [web03].

Por eso, hay la pregunta: ¿Cómo fue posible para los indígenas de los tiempos antiguos manejar esas piedras de toneladas?

Estatuas moáis
Estatuas moáis (p.122-123)


Däniken indica:

<Estas instantáneas de la isla de Pascua, con sus imponentes figuras de piedra semejantes a robots, pueden servir de apoyo documental a mi tesis de que tales trabajos jamás pudieron llevarse a cabo con útiles primitivos. Las estatuas fueron separadas de la roca a distancias enormes: en las ilustraciones 153 y 154 puede apreciarse el espacio que media entre la escultura y el suelo de lava: 1,30 metros de altura a todo lo largo del coloso, que mide 32 metros. Tales espacios forzosamente tuvieron que ahondarse con herramientas muy distintas de los endebles picos de sílex.> (p.123)

Un
                          hombre en una estatua moái
Un hombre en una estatua moái (p.123)

de: Erich von Däniken: El mensaje de los dioses; Ediciones Martínez Roca S.A. 1976; Avenida José Antonio, 774, 7.º; Barcelona - 13; ISBN: 84-270-0189-4 tela, 84-270-0193-2 rústica;

presentado por Michael Palomino (2011)


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[30. Pacífico: Las estatuas de la isla de Pascua]

Mi teoría sobre la isla de Pascua

En casi todas las islas habitables del Pacífico meridional se encuentran restos de grandiosas culturas desconocidas. Estos productos de una técnica remotísima, y manifiestamente muy perfeccionada, inquietan a todo visitante que no se contenta con tomar de ellas unas cuantas fotos para su álbum de recuerdos, desterrando tercamente de su espíritu toda otra consideración sobre tales testimonios del pasado. Los pétreos "documentos" dan pie, en efecto, a especulaciones e hipótesis diversas.

La isla de Pascua, así llamada por haber sido descubierta en Pascua de 1722 por el holandés Roggenveen, es la más oriental de las islas polinesias del océano Pacífico; pertenece a Chile, y cuenta con una población aproximada de 1.000 habitantes [en los años 1980s] en un superficie de 118 kilómetros cuadrados. La isla es de origen volcánico, sin árboles, llega a elevarse hasta 615 metros, y en ella pueden verse aún dos cráteres apagados. La isla de Pascua es una piedra angular en el mosaico de mi "cosmovisión".

Aludimos a los centenares de estatuas que aparecen "plantadas" por toda la superficie de la isla y a cuya mirada fija e incesante uno no puede escapar. Conozco las teorías de Thor Heyerdahl, a quien tengo en alta estima. Con todo, tras dos prolongadas visitas a la isla y a la vista de los hechos absolutamente descarnados, considero insostenible la teoría del pico o hacha de sílex. En el cráter Rano Baraku encontramos en todas las posiciones; vertical, horizontal y en zigzag, una serie de estas estatuas recién empezadas y a medio terminar. Medí la distancia que había entre la lava y cada una de las estatuas, comprobando que el espacio entre ambas cosas llegaba a (p.118)

alcanzar hasta 1,84 metros, y ello a todo lo largo del coloso, que medía casi 32 metros. De ninguna manera se puede admitir que tan enormes trozos de lava hayan sido despejados con primitivas y diminutas hachas de piedra. Es cierto que Heyerdahl halló al pie del cráter algunas de estas hachas, lo que parecía probar que en la isla se trabajó con tales herramientas. He aquí mi propia hipótesis:

Cosmonautas de otro mundo visitaron a los nativos y les suministraron herramientas perfeccionadas, que podían manejar los sacerdotes o hechiceros; éstos extrajeron de la lava las grandes masas de piedra y les dieron forma. Los extraños visitantes se marcharon. Como toda herramienta abandonada, también éstas se fueron enmoheciendo hasta quedar inservibles. Considero verosímil que los isleños que habían aprendido a utilizarlas emigraran a otros lugares o murieran.

Sus descendientes, de cultura primitiva, eran incapaces de fabricar nuevos instrumentos de ese calibre. El hecho es que el trabajo comenzado se fue aplazando de un día para otro, no volviéndose jamás a reanudar. Cerca de 200 estatuas inacabadas se quedaron definitivamente "pegadas" a las paredes del cráter. Y un día, de repente, los nativos tuvieron la loca ambición de concluir la obra antaño comenzada. Al faltarles las "antiguas" herramientas, atacaron la lava con las suyas propias: los picos y hachas de sílex. Día tras día resonaba en toda la isla el eco de un alegre martilleo procedente del cráter. Pero en vano. Las hachas de piedra perdieron su filo, y las estatuas seguían adheridas a las paredes del volcán. Los hombres acabaron por resignarse y renunciar a sus esfuerzos; sus primitivas herramientas quedaron abandonadas y esparcidas a cientos por las cercanías del cráter (p.120).


La teoría de Heyerdahl

Contrariamente a lo que supone Heyerdahl, veo yo en el hallazgo de las hachas de sílex precisamente la prueba de que con ESTAS herramientas NO pudo realizarse el trabajo. Pero todavía hay otro indicio importante que habla contra esta teoría. Admitamos por un instante la posibilidad (fantástica) de que los isleños hubieran trabajado efectivamente la lava y fabricado las estatuas con sus primitivas hachas de piedra. Allí donde se cepilla o se desguaza quedan virutas por lo menos. ¿Dónde están esos restos?

Aún el mejor de los escultores, y no digamos nada de los picapedreros, difícilmente habría podido evitar que se le astillara algún labio, que alguna nariz presentara leves rasguños o que algún párpado se le partiera por descuido al golpear la roca. Y sin embargo los obreros de la isla de (p.120)

Pascua parecen haber llevado a cabo su colosal empresa sin el menor fallo: cada golpe de pico debió ser perfecto, ya que en ninguna de las estatuas se ha descubierto ni siquiera una sombra de error. más aún: he mencionado ya la distancia que media entre el lecho de lava y las estatuas que todavía permanecen en el cráter. Los desperdicios correspondientes a varios espacios vacíos de 2 x 32 metros no pueden haberse esfumado en el aire. ¿Dónde están? En Rano Baraku no hay nada.

La teoría de los picos y hachas de sílex podría como mucho aceptarse para algunas estatuas más pequeñas que se fabricaron en época posterior. A mi juicio, y el de muchos visitantes de la isla, dicha teoría no nos proporciona en modo alguno la clave del misterio principal, a saber: cómo pudo la materia prima ser extraída de la roca volcánica. Basta con una simple ojeada a esas ciclópeas figuras de hasta 20 metros de altura y 50 toneladas de peso para hacernos una idea siquiera aproximada del volumen que debieron tener aquellas macizas moles de piedra en que fueron esculpidas (p.121).


[¿Quiénes fueron los modelos? [fueron extraterrestres, fueron "dioses"]

Si se toma como base que los polinesios fueron los verdaderos autores de las estatuas, queda por explicar cuál fue su fuente de inspiración para las formas y expresiones de tales figuras, cuyas características no se encuentran entre los miembros de ninguna (p.122)

tribu polinesia: narices largas y rectas, bocas apretadas, labios finos, ojos hundidos, frentes estrechas. Tampoco hay nadie que sepa decirnos a quién o a quiénes podían representar, ni siquiera, por desgracia, Thor Heyerdahl.

Mi opinión es que, tanto en la isla de Pascua como en Tiahuanaco, en Sacsahuamán, en la bahía de Pisco y en la llanura desértica (p.123)

de Nazca, los mismo maestros se dedicaron a enseñar las mismas lecciones, o por lo menos en todos estos sitios fueron utilizadas las mismas herramientas. Ya sé que ésta no es más que una teoría entre tantas otras posibles, y sé también que su talón de Aquiles reside, sobre todo, en las grandes distancias que median entre los diversos puntos de emplazamiento de mis "dioses". Por ello esta interpretación sólo es válida en el presupuesto de que seres extraterrestres hubieran estado alguna vez en la Tierra. Estoy convencido además de que mi teoría ha ganado considerablemente en peso desde que la propuse por vez primera. Al quedar fehacientemente demostrada mi hipótesis de que el profeta Ezequiel vio y describió una auténtica nave espacial, no puedo comprender por qué no hemos de estar dispuestos a aceptar TAMBIÉN la posibilidad de que miembros de su tripulación hayan podido aterrizar en diversos y distantes lugares de nuestro planeta e instruir a los nativos en el manejo de sus perfeccionados instrumentos y herramientas. Los muy listos pueden seguir dudando de mi teoría, pero en cualquier caso han de admitir que todo parece indicar que para los artistas de la isla de Pascua fue simple juego de niños extraer de la dura pared rocosa sus ingentes colosos de piedra.

El manido argumento de que cosmonautas extraños no tenían por qué haberse dedicado a las mencionadas actividades no me sirve. Al contrario, creo que tenían precisamente un interés vital en levantar o hacer levantar esos imperecederos monumentos de piedra. Me propongo explicar con todo detalle los motivos de este interés en una próxima recapitulación de mi obra (p.124).

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Fuentes
[web01] http://www.suedamerika.paraguay-info.eu/chile/osterinsel/
[web02] http://de.wikipedia.org/wiki/Osterinsel
[web03] http://de.wikipedia.org/wiki/Moai


Fuentes de fotos
[1] mapa isla de Pascuas / Motunui: http://de.wikipedia.org/wiki/Osterinsel
[2] estatuas en fila: http://www.nzz.ch/nachrichten/hintergrund/wissenschaft/osterinsel-steinfiguren_rote_huete_1.3520033.html
[3] estatuas con camino: http://www.joefartours.com/fotoalbum-osterinsel.html


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