Texto:
"Raíles" en un suelo de piedra
- Lo que dicen que son y lo que podrían ser - Enigmática red
viaria - ¿Caminos para transporte de grandes cargas? -
¿Inventados los rodamientos a bolas? - Historias de
calendario, creadas hace 10.000 años - Malta, ¿meta de los
extraterrestres? - Sensacional: el hipogeo - En el mundo
subterráneo - La fecundidad de las diosas-madres - Un equipo
de alta fidelidad de hace miles de años - Arquitectos de la
Edad de la Piedra - La odisea de Odiseo - ¿Gigantes en
acción? - Bajo los menhires de la Bretaña - Anteriores a la
última glaciación - La fiebre del oro - Una construcción de
axiomas - Secretos de los cuarzos (p.90)
En reactor a la costa
atlántica
En el área cultural de Occidente queda otro misterio envuelto
en la nebulosidad de los milenios. Incluso los arqueólogos
cantan un renuncio poco corriente: que no pueden decir nada
significativo al respecto. Lo que no deja de llamar la
atención, tratándose de un gremio que casi siempre lo sabe
todo. Me refiero al
enigma
de la "Bretaña", en la costa atlántica francesa.
Allí acuden muchos visitantes, y no sólo gastrónomos atraídos
por la gran calidad de la cocina local, tanto en pescados como
en verduras. Desde hace siglos, la gran atracción de la región
para los viajeros, hoy llamados turistas... son sus millares
de menhires, que ocupan el paisaje como un ancestral desafío
hecho piedra.
Ejemplos de
menhires en Bretaña
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Mapa de Francia con Bretaña [1] |
Menhir de Champ Dolent en Bretaña [2] |
Menhir de Kerloas en Bretaña [3] |
Hileras de menhires, Carnac [4] |
Resumen: Menhires
(es idioma bretón y significa "piedra larga")
son monolitos (de una única piedra) de hasta 10
metros de altura, con la parte en la tierra 12
metros. La ciencia con el método C-14 indica que
tienen 4.000 a 7.000 años. Hay menhires en casi
todos los lugares, en la costa, en colinas, en
pendientes, en valles, cerca de pozos o de ríos.
Pueden ser únicos o ordenados en círculos o
hileras. Hay menhires redondos y planchados.
Muchos fueron destruidos por relámpagos o por
los hombres. Al fin del siglo XVIII los
arqueólogos definieron la palabra "menhir" para
esas piedras. Son de las montañas vecinas,
mayormente de granito, pero también de cuarzo,
de cuarcita o un conglomerado, o de planchas en
pizarra [web01].
Muchos menhires fueron destruidos por los tontos
y arrogantes cristianos con la megalomania de la
iglesia racista. Otros menhires solo fueron
"modificados" con símbolos "cristianos" racistas
[web03].
Centros de menhires (piedras largas) y dólmenes
(tumbas de piedras, traducido del bretón: mesa
de piedra [web05]) son las regiones de Carnac y
de Erdeven [web04].
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Erich von Däniken sobre menhires:
Nocturno con menhires
El otoño pasado [1978?] tuve ocasión de pasar
algunos días en la
Bretaña. Una noche de luna llena salí a pasear entre
las hileras de menhires: el efecto era alucinante, como una
visita a otro planeta o a una época primitiva de la Tierra.
Los menhires o (traduciendo del celta) "piedras largas"
lanzaban sombras alargadas, espectrales. Mis pasos arrancaban
(p.137)
crujidos al suelo rayado de luces y sombras, y éstas engañaban
mis ojos con imágenes inexistentes. Aquellos colosos de piedra
inflamaban mi fantasía. Vi rostros humanos, vi una madre con
su niño en brazos. Y luego leones, panteras, grandes cangrejos
y arañas, desfilando ante mí en el temoroso silencio de la
noche lunar.
Ejemplo:
Menhires de Le Menec con formas como relieves [5]
A lo lejos, se agazapaban en actitudes amenazantes los
monstruos prehistóricos, los animales fabulosos que, vistos de
cerca, resultaban ser aquellos restos pétreos de tiempos
prehistóricos, iluminados por la luna. Me pareció que acaba de
emprender un viaje al pasado, como si hubiera poseído la
máquina del tiempo.
Hileras
de menhires en Carnac con diversas formas [6]
Ordenados en columnas exactas
Las piedras largas obedecen a un orden inexplicable. No son,
por tanto, hallazgos casuales, residuos de una glaciación. No
es una colección que alguien haya reunido de diferentes
lugares para erigirla en ordenación de tipo museístico. Hoy
estas columnas de a tres o de a doce en fondo simulan un
ejército de piedra. Los más pequeños de entre estos "soldados"
de piedra pasan del metro de estatura. El mayor gigante es el
menhir de Kerloas, en Plouarzel, con doce metros de alto y un
peso de ciento cincuenta toneladas.
Plouarzel en
Bretaña (Francia)
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Mapa de la Bretaña con Plouarzel [7] |
El menhir Kerloas en Plouarzel [8] |
Anteriormente la "piedra larga" más grande había sido el
menhir de Locmariaquer, pero se rajó y yace hoy en el suelo;
cuando estaba "sano" medía veinte metros de largo y pesaba más
de trescientas cincuenta toneladas.
Locmariaquer
en Bretaña
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Mapa de Bretaña con Locmariaquer [9] |
Menhir quebrado de Locmariaquer [10] |
En Kermario hay 1.029 menhires dispuestos en diez hileras,
sobre una superficie de unos cien metros de ancho por mil
doscientos metros de longitud.
Kermario en
Bretaña
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Mapa de Bretaña con Kermario [11]
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Hileras
de menhires de Kermario, foto satelital [12]
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Hileras
de menhires en Kermario [13]
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Cerca de Ménec hay 1.169 piedras largas en formación de a
once, de la que se desprenden setenta formando semicírculo.
Menec en
Bretaña
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Mapa de Bretaña con Menec [14]
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Hileras de menhires en Menec, foto satelital
[15]
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El menhir grande con hileras de
menhires, Menec [16]
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Esta configuración se repite en Kerlescan, aunque con otros
datos: de 594 menhires hay 555 en columnas de trece en fondo,
apartándose 39 en semicírculo.
Kerlescan en Bretaña
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Mapa de la Bretaña con Kerlescan [17] |
Hileras
de menhires en Kerlescan en Bretaña [18] |
En Kerzehro [un barrio del pueblo Erdeven] se han contado
1.129 piedras en filas de a diez, y en Lagatjar (tb. Lagat-Jar
[web02]) [un barrio del pueblo Camaret-sur-Mer] son 140 de
tres en tres (p.138).
Kerzehro y
Lagatjar en Bretaña
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Mapa de la Bretaña con Kerzehro [19] |
Hileras
de menhires de Kerzerho en Bretaña [20] |
Mapa de la Bretaña con Lagatjar [21] |
Hileras de menhires de Lagatjar [22] |
¡También son anteriores a la última glaciación!
Estos datos, aun sin ser completos, permiten intuir que en
alguna época alguien llevó a cabo un trabajo enorme. Una cosa
tienen en común los menhires de la Bretaña con los yacimientos
megalíticos de Malta: ambas cosas debieron ser creadas ANTES
de la última glaciación. Pues, lo mismo que en Malta los
raíles se hunden en el Mediterráneo, en la Bretaña columnas
(p.139)
enteras de menhires marchan, sin perder la formación, hacia
las profundidades del océano Atlántico.
No es raro que los habitantes de una región sepan cosas
interesantes acerca de los fenómenos con los que conviven.
Los campesinos bretones a quienes pregunté por el significado
de aquellos colosos de piedra se encogieron lentamente de
hombros y contestaron:
-- "Personne ne sait!" [ninguno sabe]
Admitir que nadie lo sabe me parece más sincero que relatar,
como hacen otros, la siguiente leyenda cristiana: hacia
mediados del siglo tercero de nuestra Era, llegó a estas
regiones san Cornelio, perseguido por los legionarios romanos.
Viéndose cercado por sus perseguidores y sin posibilidad de
escapar, el santo invocó la ayuda de Jesucristo, con cuyo
auxilio pudo convertir a los soldados romanos en piedras.
Según esto, los menhires más grandes eran los oficiales, con
lo que se habría respetado la jerarquía militar incluso en las
piedras. Maravilloso.
Druidas ahorradores
Otra explicación poco plausible: que toda la región
actualmente llamada Bretaña era el país sagrado de los
druidas. Lo cual puede ser verdad. Pero los druidas, es decir,
los sacerdotes de la nación celta, conocieron su época dorada
en tiempos de César, es decir en el último siglo de la era
precristiana. Por consiguiente, si los druidas establecieron
su santuario en la región de los menhires, lo que hicieron fue
apoderarse de unas instalaciones ya existentes. Muy hábil, y
sobre todo económico.
Por parecidas razones hemos de rechazar la afirmación de que,
en la remota época de los pueblos bárbaros de Europa, fueron
unos nómadas primitivos quienes tallaron las piedras y las
reunieron en disposición lineal para imitar a los pueblos
orientales de Egipto y Babilonia, cuyas construcciones en
honor de los dioses habrían tenido ocasión de admirar. Los
defensores de esta versión deberían entender (y saber) que la
época de los megalitos es muy anterior a la de construcción de
los templos egipcios y babilonios. Hay que remontarse, por lo
menos, a la última glaciación, la de los dioses y los hijos de
los dioses.
Lo que contemplamos hoy en la Bretaña no puede darnos sino una
pálida idea de lo que debió ser hace diez mil o más (p.140)
años. La naturaleza y los hombres, esos dos grandes
destructores, no han pasado por allí en vano.
Fiebre del oro en la Bretaña
A mediados del siglo pasado se difundió por Francia el rumor
de que había oro escondido en los menhires. Los buscadores de
oro llegaron a manadas, provistos de picos y mallos. La fiebre
del oro no conoce escrúpulos. Las "piedras largas" fueron
golpeadas con salvajismo. Los tristes residuos de la batalla
del oro todavía pueden verse esparcidos por el suelo:
agrietados muchos de los menhires antaño más importantes, y
pulverizados algunos de los más pequeños. Hoy el Gobierno
procura protegerlos frente a otras acciones vandálicas. Pero
sus prohibiciones no detienen a los niños y adultos que trepan
por las piedras y las estropean cada vez más. A mí
particularmente también me molestan las inscripciones con que
suelen eternizarse bastantes estúpidos.
[La pregunta del sentido]
Durante aquellos hermosos días de otoño, mientras paseábamos
por entre las formaciones de legionarios petrificados, mi hija
Cornelia me hacía la misma pregunta que yo me hago: ¿Qué
propósito tiene todo esto? ¿A qué fin sirven tantos miles de
piedras erigidas en filas de a tres, de a nueve, de a diez o
de a once? ¿Marcaban emplazamientos de sepulturas? No, no hay
sepulcros al pie de los menhires, por más que se excave. Los
sepulcros están en los dólmenes, una especie de túmulos
megalíticos, en su mayoría cubiertos de tierra y de los que
hay en Francia más de tres mil quinientos.
|
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Ejemplo
de un dolmen (tumba de piedra o mesa de piedra) en
Crucuno entre Erdeven y Plouharnel en Bretaña [23] |
Ejemplo
de otro dolmen (tumba de piedra o mesa de
piedra) en Ferrières-Bas en el departamento de
Lot en Francia del sur [24]
|
[¿Fue un sistema de galerías?
- no posible]
¿Tal vez los menhires iban techados al principio, recorriendo
la Bretaña un enorme sistema de galerías cubiertas? En contra
de esta suposición atestiguan, no sólo las diferentes
longitudes de las piedras, sino además los estudios
practicados, que no han hallado ni rastro de los taladros o
encajes que serían necesarios para la sustentación. Además los
menhires unas veces están demasiado juntos y otras demasiado
separados como para haberles superpuesto en techo. Donde
están, como quien dice, tocándose, apenas habría sido posible
desplazarse bajo el supuesto techado de menhires; y donde
están demasiado separados, no hay largueros ni de madera ni de
piedra tallada capaces de unirlos entre sí para soportar un
techo. Además, si los menhires han durado milenios, aunque
algo estropeados (p.141),
deberíamos encontrar alguna reliquia del techo, y nada de eso
se ha visto.
El venerable chiste del
calendario
Tengo un amigo al que veo todos los años bisiestos. Es un gran
aficionado a contar chistes, pero por desgracia su repertorio
es muy corto. Así que, cuando nos vemos y después de las
primeras fórmulas de salutación viene la inevitable pregunta:
-- ¿Ya sabe usted el de...?
-- ¡Sííí! - me apresuro a contestar sin esperar al final, pues
es seguro que el chiste me lo habrá contado otras veces.
Pues lo mismo me pasa cuando leo que los menhires bretones
también eran piezas de un calendario. Lo mismo que en el caso
de mi amigo, estoy dispuesto a soltar la risa sin esperar al
final del chiste (o de la teoría del calendario en cuestión).
Según ella, los sacerdotes celtas, o sus colegas de la época
megalítica, aprovechando que tenían unos fieles estúpidos como
ovejas les obligaron a acarrear miles de piedras, a tallarlas
y erigirlas en un orden exacto, para que la "geometría" de las
mismas o su sombra permitiera seguir el curso de las
estaciones.
[Tesis del astrónomo Fred
Hoyle sobre sacerdotes amenazando a sus pueblos]
El astrónomo británico Fred Hoyle opina que con estas obras
los sacerdotes trataban de impresionar o intimidar a su
pueblo. ¿Cómo iban a lograr eso, si tuvo que ser el mismo
pueblo quien acarreó las masas de piedra? Un buen golpe por
parte de los sacerdotes habría sido, por ejemplo, la
predicción de un eclipse de Sol o de Luna... pero las hileras
de piedras no dan ningún significado en tal sentido, ni
apuntan los menores rastros del primitivo observatorio que se
habría necesitado para ello.
[Calendarios no tienen que
ser tan costosos]
Mi vehemente objeción contra las obligadas teorías del
calendario: cualquier predicción simple puede obtenerse con
medios mucho menos dispendiosos. Si una instalación como la
que nos ocupa hubiese permitido predecir (con arreglo a leyes
que hoy desconocemos) una marea viva, pongamos por caso...
pero, ¡qué absurdo! Las mareas vivas se producen dos veces al
mes, bajo el efecto gravitatorio de la Luna cuando se suma en
línea recta con la del Sol. Las estaciones y sus fenómenos se
reproducen a ritmo ancestral; me niego a creer que nuestros
antepasados (p.142)
fuesen tan idiotas, que estuvieran dispuestos a romperse los
huesos trabajando en la construcción de un "calendario" con
miras a tan banales "anuncios". ¡Basta!
[Los campesinos indican el tiempo y las temporadas con la
interpretación natural observando hojas o ritmos del tiempo.
NO necesitan ninguna piedra].
Un edificio de axiomas [las
conclusiones con principios]
Para decirlo en términos finamente científicos, un axioma
(p.143)
es "una proposición primaria indemostrable" (estoy manejando
el diccionario Knaur de barbarismos), que sirve de base para
"proposiciones posteriores" en Teoría del conocimiento. Así,
de axioma en axioma, se levantan edificios teóricos que tienen
la coherencia de su propia lógica interna. Por eso, me
permitiré construir un pequeño edificio de axiomas.
Proposición primera:
-- Los menhires de la Bretaña no fueron reunidos por personas
de nuestro tamaño corporal actual.
Justificación: el peso y la cantidad de piedras.
Proposición segunda.
-- Los menhires fueron erigidos antes del final de la última
glaciación.
Justificación: las columnas de piedras que se hunden, sin
perder la formación, en las profundidades del golfo de
Morbihan.
Proposición tercera:
-- Se erigieron con arreglo a un plan inteligente.
Justificación: el orden de los menhires no es casual.
Estos tres axiomas [personas más grandes - edad antes del
final de la última glaciación - proyecto con inteligencia]
plantean nuevos interrogantes, admiten nuevas conclusiones. A
finales de la última glaciación, ¿quién pudo disponer de la
fuerza física necesaria, así como de la perspectiva para
ordenar tan descomunales yacimientos de miles y miles de
menhires?
¡Los gigantes!
[El tiempo de los
gigantes]
|
Esqueleto de un gigante [31] |
Cráneo de un gigante [32] |
La existencia de gigantes en época primitiva, prehistórica, ha
sido recogida por las tradiciones. De acuerdo con las
dataciones actuales, correspondería efectivamente a la última
glaciación o a finales de la misma. Sólo ellos pudieron tener
las fuerzas y las aptitudes intelectuales precisas para
aquellas obras.
Se nos plantea la cuestión de saber cuál era el origen, cuál
la raza de los gigantes. Las mitologías y las tradiciones
religiosas nos aseguran que los gigantes eran descendientes de
los dioses.
Otra pregunta: los gigantes, ¿eran inteligentes o lerdos
[locos]? Si eran inteligentes, ello podrá verse en los restos
de su legado. Lo cual nos lleva a considerar si los monumentos
megalíticos como los de la Bretaña podían servir a un fin
inteligente, o no serían sino resultado de una necia
[tontería] terapéutica ocupacional.
Sin embargo, basta considerar la disposición ordenada de la
obra para comprender que debió ser ejecutada con arreglo a
(p.144)
un PLAN PREESTABLECIDO. Pero todo el que planifica ha de ser
inteligente. Conclusión axiomática: unos gigantes inteligentes
sacaron de la roca millares de menhires, transportaron las
pesadas piedras a unos lugares determinados y las erigieron
dispuestas en columnas.
¿Qué se proponían con todo ello?
Una hipótesis audaz: ¿antenas
de señales? [una antena para conectarse con energía cósmica]
El ingeniero alemán Rudolf Kutzer, de Kulmbach [Bavaria], ha
expuesto una especulación atrevida. En la disposición de los
menhires, Kutzer ha creído ver una antena estacionaria,
posiblemente conectada a un equipo amplificador de energía
cósmica.
Tan atrevida afirmación, ¿se basa en algún punto objetivo que
la justifique?
[Cuarzo y hierro en menhires]
Los menhires están formados de una roca que contiene fuertes
proporciones de cuarzo, así como de mineral de hierro, en
algunos casos. El cuarzo es uno de los minerales más duros que
existen, formado por anhídrido silícido.
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Un menhir en cuarzo en la región de Florac (en
Francia del sur en las montañas Cevennes) [33] |
Menhir
en cuarzo en la región de Monterrein (Francia) al
lado de la ruta a Morhannais, foto de M. Copcutt
[34] |
Por si alguien desconocía las cualidades especiales del
cuarzo, la nueva generación de relojes se ha encargado de
divulgarlas. En 1880 Pierre y Jacques Curie descubrieron, en
el curso de sus estudios sobre el comportamiento eléctrico de
los cristales, el llamado efecto piezoeléctrico, que se
produce en el cuarzo sometido a esfuerzos de compresión,
tracción o torsión en determinados sentidos. Se ponen en
movimiento energías mínimas, pero capaces de hacer funcionar
un reloj durante un año o más.
[Con cuarzos se construye
radios]
Ya de niños tuvimos algo que ver con el cuarzo en forma de
pequeños cristales, cuando fabricábamos sencillos receptores
de radio con los componentes a nuestro alcance. Pinchábamos el
cuarzo con un hilo muy delgado, hasta acertar con un punto
conveniente. Entonces oíamos un "soplido" en nuestros
auriculares, y escuchábamos una emisora local como si se
recibiese desde una gran distancia. ¿Qué habíamos conseguido
los radiotécnicos en ciernes? (p.145)
Las oscilaciones de los
cuarzos [¿menhires para comunicar con otros planetas?]
El cuarzo capta las vibraciones como una antena y las
reproduce, concentradas, a partir de un punto determinado.
Después de nuestra búsqueda encontrábamos EL punto que nos
permitía detectar las frecuencias de la emisora, SIN NECESIDAD
DE NINGUNA AMPLIFICACIÓN ELÉCTRICA.
Es esta cualidad particular de los cuarzos lo que motiva la
pregunta del ingeniero Kutzer: ¿Estaban "cargados" los
menhires en algún sentido? ¿Recibían la "estimulación" de
alguna energía para nosotros desconocida? ¿Servían para emitir
oscilaciones, interconectados entre sí? ¿O recibían
frecuencias de las profundidades del Cosmos?
En la actualidad no se puede contestar; pero, ¿qué sabemos
NOSOTROS, hoy, de las posibilidades de una técnica FUTURA que
para los extraterrestres ya era PASADA? En nuestro esfuerzo
por entender lo pasado con la lógica de hoy, se nos escapa
todo cuanto no podemos conciliar con el cuadro, muchas veces
engañoso, de los axiomas heredados.
Cosa curiosa: en todo el mundo, los hilos telefónicos siguen
tendiéndose, en su mayoría, de postes de madera. Y eso que la
madera no es un material que dure siglos, como todo el mundo
sabe; la madera se pudre, se carcome, es inflamable. Y sin
embargo, seguimos "plantando" postes de madera en basamentos
de hormigón para los conductores telefónicos.
Arqueología en el año 7000 de
nuestra Era [más teorías]
De hoy en cinco mil años, los arqueólogos en acción:
Vastas excavaciones a través de montes y valles permiten sacar
a la luz unos bloques de hormigón provistos de un agujero
redondo. Los análisis de laboratorio descubren restos de
madera, indiscutiblemente, en los poros del hormigón.
Las hileras perfectamente ordenadas de bloques de hormigón
conducen a suponer que los antepasados (a la vuelta del
milenio segundo d.C.) eran adictos a un culto, en el que los
bloques de hormigón desempeñaban un papel primordial; pues de
lo contrario, las gentes no se habrían esforzado en acarrear
un material de tanta densidad a través de países y
continentes. Contra esta explicación hay otra teoría, según la
cual las hileras de bloques eran mojones, marcas que señalaban
los caminos (p.146)
de las grandes migraciones y servían de orientación a las
caravanas. y como es natural, tampoco en el año 7000 había de
faltar la inmortal teoría del calendario.
Sólo que ninguna teoría puede dar cuenta de los restos de
madera, cuya presencia se ha demostrado de manera irrefutable.
Algunos opinan que los mojones servían además para sostener
antorchas, es decir, trozos de madera empapados en un líquido
inflamable y que se prendían de noche. Pero antes de que tal
teoría halle acogida en los libros oficiosos, los críticos
arguyen que la explicación es absurda, pues los bloques de
hormigón se encuentran demasiado próximos unos a otros como
para que se precisaran señales de fuego.
Un joven arqueólogo, según el cual podría tratarse de postes
telefónicos, es reducido al silencio en medio de generales
protestas. Hacia finales del segundo milenio, los hombres eran
bastante inteligentes y poseían asombrosos conocimientos
técnicos: EN PRIMER LUGAR, poseían la telefonía sin hilos, y
EN SEGUNDO LUGAR no habrían utilizado postes de madera para
sus teléfonos, sabiéndose por otras excavaciones que dominaban
la metalurgia en muy diferentes formas.
De esta y otras maneras parecidas se "demostrará" sin lugar a
dudas, en el año 7000 a.d.C., que los zócalos de hormigón
plantados en el suelo no eran, no podían ser en ningún caso
para postes telefónicos de madera, puesto que éstos no
existían hacía el 2000 a.d.C.
¿Es más sólida nuestra lógica de hoy?
Mientras escribo esto, me parece estar oyendo los murmullos de
los burlones detrás del respaldo de mi sillón:
-- ¡no nos venga con que los gigantes de la era megalítica
construyeron una gran antena de piedra! Si los gigantes, o
sea, los gigantes que usted dice, hubieran tenido alguna idea
sobre el funcionamiento de una antena, habrían utilizado
cualquier clase de metal antes que pedruscos.
¿Hasta qué punto es lógica esa lógica?
Si HOY nos proponemos instalar un bosque de antenas, como el
previsto para el "Proyecto Cíclope", naturalmente utilizaremos
metales. El Ames Research Center de la NASA tiene proyectado
un gigantesco estacionamiento de mil quinientas antenas
orientables, cada una de las cuales tendrá un diámetro de cien
metros. Estas enormes antenas descansarán sobre millares de
fundamentos de hormigón. Ahora bien, cuando hayan transcurrido
los milenios, hasta el metal de las antenas de (p.148)
Cíclope se habrá corroído, desintegrado en átomos que aventará
el aire y se llevará la lluvia. ¿Qué permanecerá entonces? Los
miles de bloques de hormigón, enterrados, ordenados con
arreglo a una disposición geométrica. Su gran dureza y su
emplazamiento subterráneo los preservarán de la erosión.
Puede que los técnicos de futuras generaciones inventen un
sistema que permita emitir y captar mensajes de alcance
cósmico sin necesidad de antenas metálicas. Quizá consista en
utilizar como oscilador una montaña que contenga cuarzo, y que
así servirá de antena. ¿Quién sabe? Tal vez la primera
generación de los hijos de los dioses, la que asistió a la
marcha de los extraterrestres y construyó los monumentos
megalíticos, dominaba un procedimiento semejante. ¿Y si
hubieran sabido mucho más que nosotros acerca de la aplicación
de las propiedades piezoeléctricas de los cuarzos?
¿Quién sabe?
Mis especulaciones son atrevidas; la red que enlaza mis
axiomas todavía no es sólida. Si todos cultivasen la modestia
intelectual y se atuviesen a la insuperable sabiduría del
socrático "sólo sé que no sé nada", algo habríamos salido
ganando. Como todas las suposiciones expuestas hasta ahora
sobre el significado o la utilidad de los menhires son
ilógicas o están superadas, no parece superfluo adelantar
ideas nuevas, a modo de estímulos para la reflexión, abriendo
caminos hacia el pasado y el futuro. ¿Hay otra propuesta
utópica para meditar sobre la variante de las antenas?
A veces, un pequeño detalle sirve para encadenar ideas.
Casi todos los menhires adelgazan hacia la base. Cabría pensar
que los constructores de las piedras largas afilaban el
extremo inferior para clavarlo en el suelo. Parece evidente,
pero hay dos motivos que invalidan tal idea.
Una masa pesada sobre una base ancha se sostiene mejor que
afilándola por abajo, noción que me ha sido confirmada por un
arquitecto: el suelo horizontal, más la base ancha y plana,
más el peso muerto, garantizan mejor la estabilidad. Hoy día
tenemos esto en cuenta al proyectar los encofrados de hormigón
para los edificios. Las pirámides, por ejemplo, adelgazan
hacia arriba, es decir, que tienen su planta de máxima
superficie en la parte más baja, correspondiente a la
plataforma de sustentación. Su estabilidad no inspira ningún
cuidado. Y los menhires "vulgares", lo mismo que las
pirámides, tienen mayor sección en la parte baja, la que
descansa sobre firme (p.149)
plano. De lo contrario se reduciría la base de sustentación y
disminuiría la estabilidad. Pues bien, los menhires de la
Bretaña no sólo tienen sección reducida hacia la base, sino
que presentan unas estrías onduladas esculpidas EN LA PARTE
ENTERRADA. Esto se quiere explicar diciendo que se trata de
motivos ornamentales. Pero, ¿cómo puede ser eso, si quedan
BAJO TIERRA, donde no es posible verlos?
¿Adornos o canalizaciones
para cables?
Esas estrías ornamentales, ¿no pudieron servir de alojamiento
a un devanado metálico destinado a conectar los menhires entre
sí? Siguiendo la línea especulativa del ingeniero Kutzer,
dicha conexión habría sido necesaria para el funcionamiento de
un "bosque de antenas". El efecto en cuestión requiere la
acumulación de cargas eléctricas en los menhires, considerados
como resonadores de cuarzo. Lo seguro es que no estaban
conectados por sus extremos superiores, pues no hay ningún
indicio que permita suponerlo; en cambio la extraña decoración
de la base sí constituye un indicio en apoyo de nuestra
hipótesis. Pero hoy sólo quedan las estrías. No hay rastro de
cobre (ni de ningún otro metal) ni otro soporte de ningún
indicio que permita suponerlo; en cambio la extraña decoración
de la base sí constituye un indicio en apoyo de nuestra
hipótesis. Pero hoy sólo quedan las estrías. No hay rastro de
cobre (ni de ningún otro metal) ni otro soporte de ningún
género. ¿Significa esto que la teoría de las antenas debe ser
arrojada a la chatarra como las demás?
Recordemos lo que ocurre con los pararrayos. La línea de
puesta a tierra experimenta una corrosión mucho más rápida que
la instalación aérea, y eso que ésta permanece expuesta a la
intemperie. ¿Por qué se destruyen más pronto las partes
metálicas enterradas?
[Corriente entre metales en
la tierra con lluvia - los menhires fueron estaciones de
radios - solo el metal es reducido hoy]
|
|
Un observatorio radio, p.e. en Effelsberg cerca de
Bonn en Alemania [35] |
=
|
Hileras de menhires de Kerzerho en
Bretaña [20] |
?
|
Dos piezas de metales DIFERENTES,
unidas entre sí y situadas en un medio ácido, forman lo que
suele llamarse un elemento galvánico. En todo elemento
(eléctrico) galvánico se produce una corriente de iones,
tendiendo a descomponer el metal que presenta el valor "más
abajo" dentro de la serie electrolítica. Cuanto mayor sea la
diferencia entre el metal más noble y el menos noble de los
que forman los electrodos sumergidos en el medio ácido, más
rápidamente se ataca el metal inferior.
El magnesio (símbolo químico: Mg), el aluminio (Al), el
manganeso (Mn), el cinc (Zn), el cromo (Cr), el hierro (Fe),
el níquel (Ni), el estaño (Sn), el plomo (Pb), el cobre (Cu),
y la plata (Ag) forman una serie de metales de los que,
tomados dos (p.150)
a dos y puestos en una solución ácida, siempre resultaría
destruido el menos noble. Representando estos últimos por un
signo negativo, y los más nobles por un signo positivo, la
serie se representaría así:
-- Mg, AI, Mn, Zn, Cr, Fe, Ni, Sn, Pb, Cu, Ag+
Si los metales en medio ácido producen una corriente de iones
y, por tanto, una diferencia de potencial eléctrico - y, de
paso, la corrosión del metal menos noble -, ¿dónde está el
"medio ácido" en el caso de los metales enterrados en el
suelo? El agua de lluvia tiene una reacción ligeramente ácida.
Ahora bien, la diferencia de potencial y la corrosión se
producen también cuando uno de los electrodos está empotrado
en hormigón y el otro enterrado en el suelo. El hierro del
hormigón pasa a ser el cátado, y el metal puesto en tierra el
ánodo. A largo plazo, la corriente iónica destruye el ánodo,
que acaba por disolverse. Los modernos métodos de medida de la
corriente galvánica permiten calcular cuántos gramos de metal
desaparecen en un intervalo de tiempo determinado (nota 33:
Wiesinger, J. y Hasse, P.: Handbuch für Blitzschutz und
Erdung; Munich 1977).
Consecuencia lógica: si los menhires, hechos de roca muy
abundante en cuarzo, estuvieron en otro tiempo conectados
entre sí mediante una línea metálica subterránea, el paso de
los milenios habría reducido el metal a la nada, porque los
megalitos cuarcíferos habrían actuado como cátodos. Conviene
mencionar además que bajo tierra las corrientes de iones no
van sólo de un monolito a otro, sino que además pueden formar
circuito. Bastaría, pues, un solo cátodo potente en proximidad
del grupo de menhires para destruir el metal a lo largo de
tantos milenios.
¿Mesas de piedra para
gigantes? [el sentido de los dolmenes]
La hipótesis de una finalidad técnica de los grupos de
menhires puede ampliarse para incluir los dólmenes, sin que
ello suponga forzar excesivamente el sentido común.
"Dolmen" [idioma bretón] significa, traducido del celta, "mesa
de piedra": dol=mesa, men=piedra.
En materia de dólmenes no falta donde escoger: unas veces son
dos robustos
megalitos los que soportan una losa de granito
descomunal; otras veces son
varias losas descansando (p.151)
sobre varios
megalitos más pequeños, y en algunos casos hallamos
más de diez losas
formando como un corredor de dólmenes. A veces, las
mesas de piedra han sido cubiertas con una colina artificial,
a modo de túmulos funerarios.
Dolmenes
diferentes: ¿fueron mesas o qué fueron?
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Dolmen en la región de Tarn (Francia) en el Parque
Regional de la región de Haut Languedoc en Francia
del sur [36] |
Dolmen grande en Mané Croch entre Entreven y
Plouharnel en Bretaña [37] |
Dolmen
grande como corredor, "La Roche aux Fées" ("la
piedra de las hadas") en Bretaña [38] |
Mapa de Bretaña con la piedra de las hadas (La
Roche aux Fées) [39]
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Probablemente también fueron emisoras para otras
planetas, pero faltan los metales.
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Dice Erich von Däniken:
Así como los menhires se han resistido a entregar el secreto
del significado y la finalidad de su existencia, también los
dólmenes constituyen un enigma no resuelto. El caso es que
debajo de muchos dólmenes se han descubierto sepulcros con
esqueletos que no proceden de la época megalítica. Sin duda,
durante la Edad del Bronce otros habitantes de la Bretaña,
llegados más tarde, aprovecharon los dólmenes ya existentes
para convertirlos en morada de sus difuntos [cadáveres]. Si
preguntamos a los campesinos de la región, oiremos que los
dólmenes eran las "mesas de los gigantes". Semejante respuesta
evoca una paradoja: los corredores de dólmenes, demasiado
bajos para unos gigantes, podían servir para enanos, pero
éstos no hubieran sido capaces de trasladar tan pesadas losas.
En cambio, los dólmenes aislados y de muy grandes dimensiones
que se encuentran en Rostudel, junto al Cap de la Chèvre, sí
hacen pensar en un "mobiliario para gigantes", aunque es
posible que en otro tiempo también estuviesen recubiertos de
tierra, luego arrastrada por las lluvias. Pero si en la época
megalítica los menhires tuvieron una utilización técnica, es
muy probable que los dólmenes estuviesen en relación con el
mismo sistema. Tal vez servían para cubrir "algo", o al revés,
para proteger el medio frente a ese algo.
Sólo nos queda la
incertidumbre
Un día ya lejano, los constructores de los monumentos
megalíticos desaparecieron de una menare inexplicable (y esto
sí que no es mera hipótesis mía), o se extinguieron. A
nosotros sólo nos queda el asombro y la incertidumbre frente a
esas reliquias de los antepasados, ante la incapacidad para
entender lo que ocurrió ahí hace miles de años. ¿Tal vez
logremos desvelar ese misterio en un mañana no lejano? (p.152)