Erich von Däniken:
Regreso a las estrellas
3. "Investigación
dominguera" que plantea preguntas...
[3.2. Los gigantes
antes del diluvio]
de: Erich von Däniken:
Regreso a las estrellas; Plaza & Janes, S.A., Editores;
Virgen de Guadalupe, 21-33; Esplugas de Llobregat
(Barcelona); ISBN: 84-01-33135-8
presentado por Michael
Palomino (2011)
A mi mujer ELISABETH, y a mi
hija CORNELIA, con mi más profundo agradecimiento.
[3.2. Los gigantes antes del diluvio]
En un diálogo sostenido ante los micrófonos de "Radio Suiza",
la doctora Mottier, arqueóloga en la Universidad de Berna, me
dijo que nunca habían existido gigantes; que, hasta ahora, los
restos fósiles encontrados no permiten suponer la existencia
de una antigua raza de superhombres.
Pero un ex delegado francés en la "Sociedad de Prehistoria",
doctor Lovis Burkhalter, opina lo contrario, ya que, en 1950,
escribió en la "Revue du Musée de Beyrouth" [revista del museo
de Beirut [?] (p.63):
<Queremos (p.63) dejar bien sentado que se ha de considerar
como un hecho seguro la existencia, en el período acheliense,
de una raza humana de seres gigantescos, pues se ha comprobado
científicamente.>
¿Cuál es la verdad? Se han encontrado instrumentos de trabajo
de enorme tamaño. Personas de talla normal no habrían podido
manejarlos.
[Huesos y tumbas de gigantes]
En Sasnych (a 6 km de Safita, en Siria), los arqueólogos han
sacado a la luz hachas de 3,8 kilos de peso. Las encontradas
en Ain Fritissa (Marruecos Oriental) tiene 32 cm de longitud
por 22 de anchura y pesan 4,2 kg. Si partimos de la base de la
estatura y la constitución normal del ser humano, los seres
que utilizaron estos primitivos instrumentos tendrían que
haber medido unos cuatro metros de altura.
Aparte estos utensilios, hay por lo menos tres
descubrimientos, científicamente reconocidos, que revelan la
existencia de antiguos gigantes:
1. El gigante de Java.
2. El gigante del sur de China.
3. El gigante de África del Sur (Transvaal).
¿De qué raza eran representantes estos seres? ¿Se trataba de
productos debidos a errores en la programación de las
mutaciones? ¿Eran descendientes directos de cosmonautas
extraterrestres de tamaño gigante? ¿Eran seres de una
inteligencia especial y elevados conocimientos técnicos, que
habían aparecido como producto de una manipulación en el
código genético?
Los hallazgos fósiles no dan contestaciones definitivas a mis
preguntas. Son demasiado incompletos para proporcionarnos
puntos de apoyo acerca de una verdadera genealogía. ¿Se han
investigado sistemáticamente para intentar colmar las grandes
lagunas que se observan en esta sucesión? De vez en (p.64)
cuando se informa sobre descubrimientos sensacionales, pero
casi siempre se trata de hallazgos casuales.
[Gigantes en el Antiguo
Testamento]
Sin embargo, los documentos confirman con toda claridad la
antigua existencia de gigantes, y para ello hemos de aceptar
textualmente la información que nos facilitan las antiguas
fuentes. En el "Génesis" (VI, 4) leemos:
<Existían entonces los gigantes en la Tierra, y también
después, cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de
los hombres y les engendraron hijos. Éstos son los héroes
famosos muy de antiguo.>
En el "Libro de los Números" (XIII, 34) encontramos otra
descripción:
<Hasta gigantes hemos visto allí; ante los cuales nos
pareció que nosotros éramos como langostas: así les parecíamos
nosotros a ellos.>
En el "Deuteronomio" (III, 11) se dan incluso datos que
permiten hacer una valoración aproximada del cuerpo de estos
gigantes:
<... pues Og, rey de Basán, era el solo que de la raza de
los refaím quedaba; su lecho, un lecho de hierro, se ve en
Rabat de los hijos de Ammón, de nueve codos de largo y de
cuatro codos de ancho, codos humanos.>
(El codo hebreo tenía unos 48,4 cm. de longitud).
Pero no sólo estos cinco libros sagrados hablan claramente de
gigantes, pues también encontramos descripciones de estos
superhombres en otros libros del Antiguo Testamento (p.65)
de aparición posterior. Sus autores vivieron en períodos y
lugares diferentes, o sea, que no pudieron comunicarse entre
sí. Tampoco se puede aceptar que las alusiones a los gigantes
fuesen añadidas posteriormente a tales textos para simbolizar
lo "malo", ya que siempre aparecen para realizar tareas muy
prácticas y concretas en las guerras y luchas individuales,
pero nunca en las controversias sobre conceptos o
comportamiento morales.
[Gigantes en los textos de
los mayas e incas]
Por otra parte, la documentación sobre los gigantes no se
limita sólo a la Biblia. Los mayas e incas aceptan también en
sus mitos que la primera generación creada por los "dioses"
antes del Diluvio fue de gigantes. A dos de los más famosos
los llamaron Atlan (Atlas) y Theitani (Titán).
[Gigantes en historias,
leyendas, y en "libros santos"]
A semejanza de [similar a] nuestros "dioses voladores", los
gigantes pululan [hay muchos] por las sagas, leyendas y libros
sagrados. Sin embargo, los gigantes nunca fueron asimilados,
en ninguna de estas fuentes, a los propios dioses. Estaban
condenados a permanecer sujetos a la Tierra, pues no podían
volar. Sólo si un gigante hubiera sido, sin duda alguna,
descendiente de uno de los "dioses", éstos lo habrían tomado
consigo para realizar el viaje espacial. Los gigantes suelen
mostrarse obedientes a los "dioses" y desempeñan sus tareas,
hasta que, al fin, son descritos como "criaturas dementes", y
su pista se pierde en la literatura.
[Cosas de gigantes - Prof.
Denis Saurat indica tumbas, menhires, bloques de rocas,
dólmenes etc.]
Un investigador tan serio como el profesor Denis Saurat,
director del [instituto francés] "Centre International
d'Études Françaises" [centro internacional de obras franceses]
de Niza, ha "seguido la pista" de los gigantes. Afirma que,
sin duda, existieron en otro tiempo, y hasta los
investigadores más escépticos se encuentran, tarde o temprano,
con tumbas gigantes, o sea, con menhires, bloques de rocas
toscamente talladas e hincadas verticalmente en el suelo, que
llegan a tener hasta veinte metros de altura; con dólmenes,
cámaras mortuorias construidas con gruesas piedras, y con
otros monumentos (p.66)
megalíticos. Pero también se encuentran con algo inexplicable
desde el punto de vista técnico, como el transporte de
gigantescos bloques de piedra. y precisamente aquí, en esta
faceta inexplicada aún, se encuentra, para mí, la demostración
definitiva de que existieron gigantes. Lo que todavía se puede
admirar respecto a gigantescas obras arquitectónicas o a
grandes bloques de piedra artísticamente trabajados, se puede
explicar de un modo plausible sólo si admitimos sin prejuicios
que pudo haber gigantes o seres con una técnica desconocida
para nosotros, y que serían los artífices de dichas obras.
Siempre que, en mis viajes, me he encontrado con testimonios
prehistóricos, me he planteado las siguientes preguntas: ¿Nos
hemos de contentar con las explicaciones e indicaciones dadas
hasta ahora sobre esta maravilla? ¿No hemos de realizar un
esfuerzo común para comprobar el contenido real o posible de
las interpretaciones, aunque éstas puedan parecernos utópicas
al principio? (p.67)