Erich von Däniken:
Regreso a las estrellas
9. Tema inagotable:
la isla de Pascua
[Piedra dura volcánica de
basalto no se puede cortar con instrumentos primitivos]
de: Erich von Däniken: Regreso a las estrellas; Plaza &
Janes, S.A., Editores; Virgen de Guadalupe, 21-33; Esplugas
de Llobregat (Barcelona); ISBN: 84-01-33135-8
presentado por Michael
Palomino (2011)
9. Tema inagotable: la isla de Pascua
[Piedra dura volcánica de basalto no se puede cortar
con instrumentos primitivos]
Entre los rapanui. - Lo que no ha ocurrido. - En el cráter de
Rano Raraku. - Una contraprueba más audaz. - Un aeropuerto,
pero ninguna investigación.
[La llegada a la isla de
Pascua]
En casi todas las islas habitadas de los mares del Sur hay
restos de poderosas culturas desconocidas. [Y en los tiempos
antiguos el nivel del mar fue apr. 60 metros más bajo y bajo
del mar hay aún más pruebas]. Pese a ser reliquias de una
técnica del todo incomprensible para nosotros, aunque, al
parecer, muy desarrollada, encierran tal misterio, que no
pueden por menos de originar especulaciones e hipótesis. Esto
es lo que ocurre también con la isla de Pascua.
Pasamos diez días en este diminuto punto volcánico del
Pacífico Sur. Ya está lejos la época en que la isla era
visitada sólo cada seis meses por un barco de guerra chileno.
Un cuatrimotor de la [empresa aérea] "Lan-Chile" nos llevó a
la pequeña isla. Aún no se han construido allí hoteles, por lo
que tuvimos que acomodarnos en una tienda de campaña, tras
proveernos de alimentos,que escasean en la isla. Los nativos
nos invitaron a cenar en dos ocasiones. Nos sirvieron salmón
ahumado, que ellos preparaban colocándolo en un agujero hecho
en la tierra, que cubrían con ascuas de carbón vegetal y
muchas y variadas hojas que pertenecen a los secretos
culinarios de las mujeres rapanui. Tuvimos que esperar casi
dos horas antes de (p.179)
que la comida - que se iba "haciendo" a fuego lento -
estuviera lista. Como buen "gourmet" [gastrónomo], he de
reconocer que fue un plato realmente exquisito, un verdadero
placer, al que contribuyó no poco la audacia de los cantos
folclóricos de los indígenas.
[El alcalde Ropo -
comunicación sin idioma]
El caballo sigue siendo el medio de transporte de la isla, a
excepción del único coche privado, que pertenece a Ropo, el
mofletudo alcalde de 26 años y estatura media, que fue elegido
de nuevo con las reglas democráticas de sus compatriotas. En
realidad, Ropo es el rey sin corona de la isla, aunque, además
de él, hay un "gobernador" y un "comandante de Policía". Ropo
procede de una antigua familia. Tal vez sepa más que nadie,
sobre la isla de Pascua y sus misterios, hasta ahora
indescifrados. Junto con dos ayudantes, se puso a mi
disposición para acompañarme.
La lengua de los rapanui es muy rica en vocablos:
"Ti-ta-pe-pe-tu-ti-lo-mu"... Yo la desconozco. Nos entendíamos
en una jerga, mezcla de español e inglés. Y cuando no bastaban
las palabras, recurríamos a cómicos gestos de manos y pies.
[Teorías]
Chile, isla de Pascua, estatua gigante (p.208-209) |
Chile, isla de Pascua, estatuas gigantes (p.192-193) |
Sobre la historia de la isla de Pascua hay muchos informes y
teorías. Naturalmente, después de mi investigación de diez
días yo tampoco puedo afirmar, con seguridad, lo que PUDO
haber ocurrido aquí en las épocas más primitivas. Pero creo
haber encontrado algunos argumentos para explicar lo que NO
pudo haber ocurrido.
[Teoría: ¿Trabajos con
basalto durísimos?]
Tenemos, por ejemplo, la teoría de que los antepasados de los
actuales rapanui debieron de haber realizado las esculturas,
universalmente conocidas, hechas con dura piedra volcánica
[basalto], a través de una labor tenaz, que duraría
generaciones.
[Teoría de Heyerdahl:
instrumentos para la obra fueron encontrados - ¿así han
hecho todas las estatuas a mano? - ¿18 años para una
estatua?]
Thor Heyerdahl - a quien tengo en alta estima - nos dice, en
su libro "Aku-Aku", cómo encontró entre los peñascos
centenares de martillos cuneiformes caprichosamente
desparramados. Partiendo de este hallazgo de numerosos
instrumentos primitivos (p.180),
Heyerdahl llegó a la conclusión de que aquí debió de haber
trabajado un elevado número de personas, que cincelaron las
estatuas y que, una vez terminado su trabajo, dejaron caer sus
primitivos instrumentos, en el mismo lugar en que los habían
utilizado. Heyerdahl calculó que gran número de indígenas
podrían haber terminado, en dieciocho años de trabajo, una
escultura de tamaño medio que luego transportarían, por medio
de troncos a guisa de rodillos y tirando de ella con cuerdas,
labor que realizarían centenares de hombres.
[Contra la teoría de
Heyerdahl: faltaba la población - faltaron alimentos - falta
la madera]
Los arqueólogos de todo el mundo rechazaron vivamente la
hipótesis de Heyerdahl. Se sabe que, en tiempo remotos, la
isla de Pascua - según los arqueólogos - estaba muy poco
habitada y escaseaban mucho los alimentos. Por tanto, se ha de
rechazar la posibilidad de que, durante varias generaciones,
pudiera trabajar allí el número suficiente de canteros para
desarrollar tan ingente labor. Por otra parte - afirman -,
hasta ahora no hay hallazgos que puedan corroborar la tesis de
que en alguna ocasión hubo en la isla madera que se pudiese
utilizar como vehículo de arrastre.
[Däniken: no se puede cortar
los bloques de lava (basalto) del cráter Rano Raraku con los
instrumentos primitivos de los indígenas]
Chile, isla Pascua, la cantera del volcán, y
todavía hay dos estatuas rectas adentro
(p.208-209)
Däniken indica:
<Toda la
pared rocosa está llena de esculturas de
gigantes inacabadas, hoy hunden en el suelo las
dos terceras partes de su volumen.>
(p.208-209)
|
Tras mis propias reflexiones IN SITU [en el lugar], creo poder
afirmar que la teoría de los "martillos" difícilmente podrá
sostenerse durante mucho tiempo. Yo ya estaba dispuesto a dar
por solucionado uno de los misterios indescifrables de mi
larga lista, apoyándome en la afortunado experimento de
Heyerdahl. Sin embargo, cuando me encontré ante la pared de
lava, en el cráter
Rano Raraku, no taché de mi lista el interrogante. He
meditado la distancia que hay entre la lava y cada una de las
esculturas y he obtenido resultados de hasta 1,84 m de
espacios intermedios, que se extienden en una longitud de 32
m. No es posible cortar - y mucho menos con instrumentos tan
primitivos - enormes bloques de lava.
Thor Heyerdahl logró que los nativos trabajaran en el cráter
(p.181)
durante semanas, utilizando los "martillos" que con tanta
profusión se ofrecían. Y pudo comprobar el mezquino resultado:
¡sólo un surco de pocos milímetros en la dura piedra
volcánica! También nosotros estuvimos trabajando con las
herramientas más grandes que pudimos encontrar. Tras algunos
centenares de golpes quedaron en nuestras manos sólo unos
míseros restos de nuestros "instrumentos de trabajo". Y la
roca apenas mostraba algún que otro insignificante "rasguño".
La teoría de los "martillos" tal vez sea aplicable a algunas
esculturas más pequeñas aparecidas en tiempos más cercanos a
nuestra época, pero - según mi opinión - no se pueden aceptar
en ningún caso como los instrumentos utilizados para arrancar
el material de rocas volcánicas con las que se hicieron las
esculturas.
[En el cráter Rano Raraku de
hoy hay esculturas no terminadas]
|
Chile, isla Pascua, la cantera del volcán, también
hay estatuas no terminadas en posición horizontal
(p.208-209)
Däniken indica:
<Estatua inacabada en la pared rocosa del cráter
Rano Raraku. ¿Puede alguien creer que estas enormes
esculturas fueron esculpidas en la dura piedra
volcánica utilizando sólo primitivas
herramientas?> [No]. |
|
Chile,
isla Pascua, la cantera del volcán, otra estatua no
terminada (p.208-209)
Däniken indica:
<Estatuas inacabadas en la pared rocosa de Rano
Raraku. La distancia entre las figuras es de 1,40 m.
Quienes realizaron un trabajo tan perfecto, tuvieron
que disponer de perfeccionados instrumentos.>
(p.208-209) |
El cráter Rano Raraku ofrece hoy la imagen de un gigantesco
taller escultórico en el que se hubiese dejado el trabajo a
medio hacer: se encuentran en posición vertical, horizontal,
cruzadas y en diagonal, las esculturas terminadas,
semiacabadas y recién empezadas. Aquí emerge una gigantesca
nariz de la arena; allí se extienden unos pies demasiado
grandes para cualquier zapato; sobre la rala hierba, y por
doquier, apunta una frente o una boca en "busca" de aire.
Mientras golpeábamos la roca con nuestros instrumentos, Ropo
estaba junto a nosotros, de pie, agitando la cabeza con
sonriente escepticismo.
-- "¿Por qué sonríe usted?" - le preguntó mi amigo Hans Neuner
-. "Así lo hicieron sus antepasados, ¿no es cierto?"
Ropo acentuó su sonrisa y, con astuta expresión, dijo
secamente:
-- "¡Eso es lo que dicen los arqueólogos!"
[Däniken: No fueron obreros -
no fue alimentación - no fue modelo]
Nadie hasta ahora ha podido encontrar un motivo plausible que
pueda explicar por qué razón unos centenares de polinesios
(p.182)
se hubieron de tomar tanto trabajo para hacer unas 600
estatuas gigantescas, cuando en realidad ya tenían bastante
con procurarse su parca alimentación. Nadie ha podido ofrecer
hasta ahora una teoría convincente que explique por qué los
polinesios - si es que en realidad fueron ellos los autores -
dieron a las caras de sus esculturas unas formas y expresiones
para las que no tenía ningún modelo en la isla y cuyas
características no se encuentran en ninguna tribu polinésica:
narices largas y rectas, bocas estrechas, de labios delgados,
ojos profundos y frentes estrechas.
Nadie sabe a quién pretendieron representar en realidad con
aquellas esculturas.
Por desgracia, ni siquiera Thor Heyerdahl lo sabe. En
realidad, la teoría de los "martillos" de Heyerdahl para
explicar la ejecución de las estatuas no sólo es inaceptable,
sino que parece incluso querer probar lo contrario, o sea, que
las esculturas gigantescas no pudieron ser hechas de este
modo. ¿Quién puede entenderlo? He aquí ahora nuestra teoría,
que, como siempre, es aparentemente "utópica":
[La teoría de Däniken:
vinieron extraterrestres por un accidente mecánico -
comunicación con la población - escritura y esculturas]
Un pequeño grupo de seres inteligentes llegaría a la isla de
Pascua como consecuencia de una "avería técnica". Aquellos
seres poseerían grandes conocimientos, dispondrían de armas
muy desarrolladas y dominarían el trabajo de la piedra,
gracias a un método, hasta ahora desconocido por nosotros, del
que existen numerosos ejemplos casi en todo el mundo. Aquellos
seres extraños confiaban, sin duda, en que serían buscados,
encontrados y recogidos por los suyos. Sin embargo, el
continente más cercano se encontraba a unos 4.000 km. de
distancia.
[Eso no fue así porque el nivel del mar fue apr. 60 metros más
bajo y las islas den Pacífico no fueron tan islas pero fueron
territorios más grandes].
Los días irían transcurriendo en la ociosidad. La vida en la
isla se haría aburrida y monótona. Aquellos seres extraños
empezarían a enseñar palabras a los naturales de la isla; les
explicarían cosas de mundos desconocidos para ellos, de
estrellas (p.183)
y de soles. Intentarían "alfabetizar" a los nativos utilizando
una escritura de símbolos. Quizá para dejar un recuerdo
permanente de su presencia, o tal vez para ofrecer una señal a
los que suponían que los estarían buscando, aquellos seres
partirían un gigantesco bloque de lava y construirían una
escultura colosal, a la que seguirían otras, que colocarían
sobre pedestales de piedra a lo largo de la costa, de forma
que se pudieran ver bien desde lejos. Hasta que un día,
repentinamente, llegó la salvación.
[Los extraterrestres salían -
y los indígenas dejaron con las estatuas]
Una vez se marcharon los extraños seres, los insulares se
encontrarían ante una gran cantidad de figuras acabadas, a
medio terminar y recién comenzadas. Intentarían completar las
que les parecieron más fáciles, y durante años golpearían con
sus herramientas primitivas los modelos inacabados. Pero las
casi 200 figuras someramente [sin trabajar bien] dibujadas en
la pared de lava no podrían ser terminadas, como es natural,
abandonarían la empresa, que no parecía tener perspectivas de
éxito - dicho sea de paso, tampoco hoy trabajan con especial
dedicación y no parecen ser muy laboriosos -, y arrojarían sus
herramientas, para regresar a sus cuevas.
[Interpretación de los
"martillos" - los maestros de escultura fueron en todo
"América" del Sur]
Así, pues, los "martillos" serían de ellos y no de los
verdaderos artífices de las esculturas de piedra. En mi
opinión, las herramientas primitivas constituyen el mudo
testimonio de la resignación ante un trabajo que no era
posible realizar con ellas.
También sospecho que serían los mismos "maestros" los que
instruirían a los nativos de la isla de Pascua, de Tiahuanaco,
de Sacsayhuamán, de la bahía de Pisco y de otros muchos
lugares. Desde luego, la teoría que acabamos de exponer es una
de tantas, y, además, puede oponérsele la objeción de las
grandes distancias que separan todos estos lugares. Pero con
ello se desprecia la tesis, propugnada no sólo por mí, de que
en épocas primitivas hubo unos seres inteligentes, altamente
(p.184)
tecnificados, para quienes no constituía problema recorrer
grandes distancias en naves aéreas especiales.
Se podrá dudar de mi tesis, pero se tendrá que aceptar que
todo parece ser como si para los creadores originales de las
estatus de la isla de Pascua hubiera sido un juego de niños
cortar los colosos de piedra de las duras masas de piedras
volcánicas. Tal vez para ellos fue sólo un entretenimiento.
Mas, por otra parte, quizá persiguieron con ello un propósito
determinado.
¿Se arrepintieron de haber empezado aquella serie de
esculturas?
¿O acaso recibieron de pronto una orden que los obligó a
suspender el trabajo tal como estaba?
Sea como fuere, lo cierto es que desaparecieron de la noche a
la mañana.
[Faltan excavaciones e
investigaciones]
Hasta ahora no ha tenido éxito ninguna excavación. Quizás en
capas más profundas del subsuelo se encuentren vestigios que
permitan dar a estas obras una fecha mucho más antigua.
Los norteamericanos construyen, sí, un aeropuerto o tienden
una pista de hormigón. Pero no se realizan excavaciones con un
determinado objetivo, ni las he visto efectuar, ni he oído
nada sobre planes acerca de las mismas. Los nativos se dedican
a su trabajo sin preocuparse para nada de lo que se haga a su
alrededor. Los turistas realizan un esfuerzo para trasladarse
a esta apartada isla, admiran cuanto pueden llegar a ver y
toman fotografías para el álbum familiar. Pero no se llevan a
cabo importantes excavaciones arqueológicas, que tal vez
pudieran aclarar el misterio (p.185).
|
Chile, isla de Pascua, muro protector de piedras de
los dioses (p.208-209)
Däniken indica:
<No se lleva a cabo ninguna investigación
arqueológica ni se protegen los monumentos, por lo
cual los nativos emplean los restos de una antigua y
poderosa cultura para construir casas y proteger la
costa contra los embates del mar.> (p.208-209) |
[El sombrero rojo de unas
estatuas es otro enigma]
Chile, isla de Pascua, sombreros gigantes (p.208-209)
Däniken indica:
<Los "sombreros" están "picados" y tienen una envergadura
de hasta 7,60 m y una altura máxima de 2,18 m.>
(p.208-209)
Las "moais" - nombre que dan los nativos a estas esculturas -
llevan una especie de sombrero rojo, cuyo material fue
extraído de una roca distinta de la utilizada para las
esculturas. Yo he visto la cantera de la que se obtuvo este
material (p.185).
En comparación con la del cráter de Rano Raraku, el trabajo de
extracción debió de resultar un juego de niños. Para
"cincelar" [grabar] los grandes sombreros rojos, la cantera
tuvo que haber sido un lugar bastante estrecho. Ante aquellos
sombreros, frágiles y porosos, me sentí escéptico. ¿Se extrajo
aquí el material para los mismos y se trabajaron "in situ" [en
el lugar]?
Más bien me inclino a creer que tales sombreros fueron hechos
a base de una mezcla de guijarros y tierra roja. Algunos de
ellos son huecos en su interior. ¿Acaso se pretendía ahí
ahorrar peso, para facilitar el transporte? Si se acepta esta
hipótesis para la obtención de los sombreros, o sea, la
obtención de los mismos - lo cual, a fin de cuentas, parece
del todo lógico -, se solucionaría de paso la misteriosa
cuestión del transporte: los sombreros redondos se echarían a
rodar hacia el lugar en que se encontraban las esculturas, que
en cualquier caso, era siempre un punto situado a menor altura
que la cantera donde se trabajarían.
Cuando tratábamos de esta posibilidad, el alcalde Ropo dijo
que los sombreros tendrían que haber sido mucho más grandes
una vez terminados en la cantera. Al rodar perderían, sin
duda, una parte de su masa. Es posible. Pese a ello, los
sombreros tienen un tamaño respetable: una circunferencia de
7,60 m y una altura de 2,18.Y no creemos que fuese muy fácil
poner los sombreros sobre unas cabezas que se levantan a 10 m
de altura.
Pero, ¿por qué les pondrían los sombreros a aquellas
esculturas? Hasta ahora no he encontrado ninguna explicación
convincente en toda la bibliografía consultada sobre la isla
de Pascua. Por tanto, me asaltan las siguientes preguntas:
¿Acaso los indígenas vieron a los "dioses" tocados con cascos
y retuvieron aquella imagen en su recuerdo? (p.187)
¿Tal vez fue por esto por lo que las esculturas no les
parecieron (p.187) completas sin aquel sombrero-casco? (p.188)
¿Tienen los sombreros rojos el mismo significado que los
"cascos" y las "aureolas sagradas" que se encuentran en las
rocas y cuevas prehistóricas de todo el mundo?
[Ropa tradicional de los
indígenas: tablillas de madera con inscripciones secretas]
Cuando los primeros blancos llegaron a la isla de Pascua, aún
colgaban de los cuellos de las "moais" tablillas de madera
con inscripciones. Pero aquellos primeros hombres blancos no
encontraron a ningún indígena que supiera leer aquellas
inscripciones. Hasta ahora, las escasas tablillas de madera
que aún se conservan no nos han revelado su secreto. Pese a
todo, constituyen una prueba de que los antiguos rapanui
poseían una forma de escritura, extraordinariamente similar a
la china. Al parecer, las generaciones que vivieron después de
la visita de los "dioses", olvidaron lo que éstos habían
enseñado a sus antepasados...
[Petroglifos en la isla de
Pascua con diseños y símbolos]
|
Chile,
isla de Pascua, petroglifos con una figura de pez y
hombre y otra figura de estrellas (p.208-209)
Däniken indica:
<También es misterioso el significado y origen de
estos petroglifos. En primer plano vemos una extraña
figura - medio pez, medio hombre -, junto a dibujos
de estrellas.> (p.208-209) |
En los petroglifos hay también signos escrituriformes y
símbolos inexplicables. Me refiero a los grandes platos de
piedra que contienen inscripciones y dibujos y que se hallan
extendidos como alfombras sobre la playa de la isla. Algunos
de estos platos, resquebrajados, tienen superficies de hasta
20 m2. Se encuentran
en todas partes en que el terreno es llano. Sobre estas
alfombras de piedra se ven peces, misteriosos seres
embrionarios, símbolos del Sol, esferas y estrellas.
Para poder observar más claramente los dibujos, Ropo
espolvoreó tiza sobre las líneas. Le pregunté si había alguien
que supiera interpretar aquellos dibujos. Me contestó que no,
y añadió que ni su padre ni su abuelo pudieron decirle nunca
nada sobre los dibujos. Él creía que los petroglifos contenían
datos astronómicos. Por otra parte, también los templos de la
isla habían sido orientados hacia el Sol y las estrellas.
Finalmente, la excursión a la isla de Pascua nos llevó a un
punto especial. Ropo nos llevó hasta la playa y nos mostró
(p.187)
un huevo de piedra, asombroso por sus proporciones.
|
Chile, isla de Pascua, huevo divino (p.208-209)
Däniken indica:
<El "huevo
divino" de la isla de Pascua se encuentra en la
playa expuesto a las inclemencias del tiempo y de
las olas. En otro tiempo se levantó aquí un templo
consagrado a los "dioses".> (p.208-209)
|
Mientras dábamos vueltas en torno a la reliquia de piedra,
Ropo nos explicó que, según la tradición de los rapanui,
originalmente aquel huevo había estado en el centro del
templo del Sol, porque los "dioses" habían estado en el centro
del templo del Sol, porque los "dioses" habían llegado a ellos
procedentes de un huevo. (Descubierta en la festividad de
Pascua de 1722, esta isla no tiene más remedio que presentar
un huevo de Pascua como sorpresa). En mi colección de huevos
de piedra de todo el mundo, acogí, agradecido, aquella
información que me proporcionó [consiguió] Ropo.
Pero a pocos metros de las estatuas volcadas [caídas], el
huevo de piedra se iba disgregando [en pedazos] a causa de la
acción de los agentes atmosféricos. Sólo un número, pintado de
blanco, distinguía la "divinidad" del resto de las piedras de
la playa (p.188).