Erich von Däniken:
Regreso a las estrellas
10. Los textos nos
remiten a la India
[10.2. Däniken en Bangalor -
el texto de "Mahabharata"]
Mapa de India con Delhi y Bangalore [1]
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El texto de la Mahabharata, portada [2]
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de: Erich von Däniken:
Regreso a las estrellas; Plaza & Janes, S.A., Editores;
Virgen de Guadalupe, 21-33; Esplugas de Llobregat
(Barcelona); ISBN: 84-01-33135-8
presentado por Michael
Palomino (2011)
[10.2. Däniken en Bangalor - el texto de
"Mahabharata"]
[La llegada]
En otoño de 1968 volé a Bangalor, capital del Estado federal
del Sur, Maisur. Bangalor es el centro intelectual y docente
de todo el sur de la India. Sin embargo, al principio no me di
cuenta de esto. Ya al día siguiente de mi llegada se ofreció
ante mis ojos un abigarrado espectáculo: mendigos y seres que
llevaban una existencia muy precaria; carretas de bueyes y
motocicletas-taxis; mujeres con brillantes colgando de las
fosas nasales y una marca roja en la frente; ruinosas cabañas
de madera junto a blancos palacios de estilo colonial inglés;
estruendo callejero y flacas vacas sagradas de ojos
enrojecidos; soldados de uniforme color azul verdoso, y agua
amarillenta y sucia en los bordes de las calles y, sobre todo,
un violento y peculiar olor.
La Universidad de Bangalor, revitalizada con fondos destinados
a ayudar a los países subdesarrollados, es generosamente
(p.197)
dotada y dirigida por espíritus progresistas. Los profesores y
estudiantes trabajaban resueltamente en común sobre nuevos
problemas científicos.
[Profesores de sánscrito - el
texto de "Mahabharata"]
Profesores y especialistas de sánscrito, como Ramesh J. Patel,
del "Centro Cultural" de Kochrab, y T.S. Nandi, de la
Universidad de Ahmedabad, tuvieron la amabilidad de concederme
parte de su tiempo. Casi siempre bastaba una llamada
telefónica para concertar una entrevista y sostener una
conversación.
Pregunté qué edad podían tener los "Vedas" y las epopeyas. Y,
unánimemente, se me contestó que el "Mahabharata", la epopeya
nacional que comprende más de 80.00 versos dobles, debió de
haber aparecido, en su primera edición, hacia el año 1500
a.d.J.C. En cambio, si investigaba el núcleo antiguo de la
epopeya, los datos diferían, pues oscilaban entre el 7016 y el
2604 a.d.J.C. Esta diferencia, tan grande y
extraordinariamente exacta, resulta de determinadas
constelaciones astronómicas, que son citadas en una batalla
descrita en el "Mahabharata". Pese a estos datos astronómicos,
los especialistas no se han puesto de acuerdo hasta ahora
sobre la edad de la epopeya. Se desconoce cuál pudo ser el
autor del "Mahabharata". Se cree que sería una figura
legendaria, Vyasa, aunque, según otros, podría haber sido
también Sauti, último transmisor oral, el que hizo la primera
anotación completa de la epopeya.
Para los matemáticos que alimenten los computadores con datos
para obtener el enlentecimiento del tiempo en los futuros
vuelos especiales interestelares, voy a citar dos cifras, que
anoté en Bangalor: Según el "Mahabharata", 1.200 años de los
dioses equivalen a 360.800 años humanos.
[Leer el sánscrito]
¡Cuánto he lamentado no saber sánscrito! Se me orientaba, se
me decía con exactitud en qué textos y partes de los mismo
encontraría las "superarmas", las "armas de vuelo" (p.198)
y los "aparatos de vuelo" que iba buscando. Se cogía el
teléfono y se daban instrucciones a los bibliotecarios acerca
de mi próxima llegada y de lo que deseaba; se pusieron a mi
disposición estudiantes para que me ayudaran a encontrar, con
rapidez y seguridad, lo que buscaba... Y cuando, lleno de
esperanza, tenía en mis manos las posibles respuestas a mis
preguntas, volvía a tropezar con el sánscrito o con cualquier
otra lengua india. Aunque desilusionado por los escasos
resultados obtenidos, me hice el propósito de no perder las
relaciones que había conseguido establecer, para volver de
nuevo con más experiencia y habilidad.
[Profesor Nandi de la
universidad de Ahmedabad]
Aún tenía la esperanza de conocer, por medio de algún
especialista importante, más datos exactos que tranquilizaran
mi curiosidad. Desde Suiza había mantenido correspondencia con
el profesor doctor T.S.
Nandi, investigador de sánscrito en la Universidad de Ahmedabad.
Gracias a él, pude ponerme en contacto con la profesora Esther
Abraham Solomon, que es su superiora y jefe de Departamento.
Esta mujer de ciencia posee unos amplísimos conocimientos de
sánscrito. Desde hace seis años dirige el "Departamento de
Investigación de Sánscrito", y es tenida en mucha estima por
los científicos de todo el mundo, que la consideran como una
de las personas que mejor conocen la materia.
Ahmedabad es una antigua ciudad algodonera, con muchas e
importantes mezquitas y monumentos funerarios de los siglos XV
y XVI. Se levanta junto al río Sarbarmati, tiene más de 1,2
millones de habitantes, y actualmente es famosa en toda la
India por su "Universidad Gudscherat", fundada en 1961.
[Minaretes con movimientos en
Ahmedabad]
Ahmedabad tiene una atracción especial para los turistas: las
"Shaking Towers" [las torres de Shaking]. Se trata de dos
altos minaretes de piedra de una mezquita, sólidamente
construidos y a los que se puede subir por medio de una
escalera de caracol interior (p.199)
- lo cual se ha de hacer descalzo, naturalmente -. Estas
torres tienen una propiedad única en el mundo: cuando un
pequeño grupo de personas sube por la escalera de caracol de
una de ellas, ya sólo el movimiento acompasado de sus pisadas
hace oscilar la torre. Pero esto no es todo, pues la otra
también oscila, aunque no suba nadie por ella. Hasta ahora,
las dos torres han resistido este pequeño placer de los
turistas, y, por su aspecto, parece que sobrevivirán a la
torre inclinada de Pisa.
[Sita con la profesora
Solomon - detalles sobre el texto de Mahabharata]
El profesor Nandi, que me consiguió una entrevista con la
profesora Esther Solomon a la hora de la comida, me advirtió:
-- "Suba usted al primer piso; el nombre está en la puerta,
entre y póngase cómodo."
Me puse en camino bajo la calina del mediodía - era noviembre
-. La Universidad era un moderno edificio de piedra caliza de
un solo piso, sin que en su estructura se pudiera apreciar
nada accesorio. Esperé en la planta baja. Para un europeo es
bastante extraño seguir el consejo de "entre usted y póngase
cómodo". Durante mi espera vi cómo los profesores y los
estudiantes entraban en las diferentes oficinas sin llamar, y
cómo hablaban entre sí de una manera amable y sin formulismos.
Hacia la una llegó la profesora Solomon. Había sido retenida
en una conferencia. Vestía un sari blanco y sencillo. Calculé
que tendría unos cincuenta años. Me saludó como si fuera un
viejo conocido, tal vez porque iba de parte del profesor
Nandi. Nuestra conversación se desarrolló en inglés, y ella me
permitió que la grabara en mi pequeño magnetófono. Reproduzco
aquí nuestra conversación:
[Partes del Mahabharata
pueden ser más antiguas que la Biblia]
-- "Señora profesora, ¿interpreto correctamente las
informaciones de sus colegas de especialidad si digo que los
investigadores del sánscrito consideran que los "Vedas" y las
epopeyas (p.200)
indias son anteriores al Antiguo Testamento?"
-- "Esto no se puede ni se debe decir ed una manera tan
tajante [distintamente]. Ni los viejos textos indios ni el
Antiguo Testamento son obras cuya fecha de aparición se pueda
fijar con seguridad. Aunque cada vez nos inclinamos más a
calcular que las partes más antiguas del "Mahabharata"
aparecieron hacia el año 1500 a.d.J.C., esto sería aplicable
sólo al núcleo más antiguo de la epopeya. Como es natural,
"después de Cristo" se introdujeron numerosas adiciones y
complementos. Incluso en la actualidad, las fechas que se dan
como exactas se han de tomar siempre con reservas. Las partes
más antiguas del "Mahabharata" tal vez se escribieron antes
del 1500 a.d.J.C. Ya sabe usted que los textos antiguos fueron
escritos en cortezas de palma; pero antes de que aparecieran
estos escritos, los textos se habían transmitido ya oralmente
a través de muchas generaciones. También hay escritos en
piedra, pero son relativamente raros en la India.
[Hay comunidades entre Biblia
y Mahabharata]
-- "¿Ha encontrado usted, durante sus investigaciones,
paralelismo entre los textos del Antiguo Testamento y los
primitivos textos indios?"
-- "Sin duda alguna hay ciertos paralelismos; pero, en mi
opinión, estas similitudes se pueden encontrar, de una u otra
forma, en la mayor parte de las antiguas leyendas de los
pueblos. Piense usted, por ejemplo, en un acontecimiento como
el Diluvio Universal; o en la historia de los dioses que
crearon a los hombres; o en los héroes que fueron divinizados
en el cielo; o en las armas que utilizaban, y que aparecen una
y otra vez por todas partes."
[Armas en el Mahabharata - la
profesora Solomon indica que todo sería exageración]
-- "Mas precisamente los antiguos textos indios y tibetanos
rebosan de informes sobre armas absurdas. Pienso en el rayo de
los dioses y en las armas de rayo en general; en una especie
de arma hipnótica, como dice el "Mahabharata", o en un disco
que era lanzado por los dioses y que siempre regresaba (p.201)
a ellos, como si se tratara de un bumerán. Pero también pienso
en textos en los que parece aludir a armas bacteriológicas.
¿Qué opina usted de esto?"
-- "Se trata sólo de exageraciones o representaciones
demasiado fantásticas sobre una imaginaria fuerza divina. Es
indudable que los antiguos sentían la necesidad de rodear a
sus jefes y reyes de una aureola mística y misteriosa. Sin
duda encontraron posteriormente los atributos que les
parecieron adecuados, por lo que éstos se multiplicaron con
cada nueva generación."
-- "¿Así, pues, ¿relaciona usted estas concepciones utópicas
con el incremento de las ideas o conocimientos que tenemos
respecto a los tiempos primitivos?"
-- "Naturalmente. ¡Pero si hasta nosotros mismos, incluso hoy,
nos encontramos ante misterios una y otra vez!"
[Sobre aviones en el
Mahabharata - la profesora Solomon no cree que los aviones
fueron reales]
-- "En los antiguos textos indios y tibetanos se describen
continuamente objetos volantes: "vimanas". ¿Qué piensa usted
de esto?"
-- "Si he de serle sincera, ni yo misma sé qué pensar. Al
parecer, tales descripciones se refieren a objetos similares a
aviones, con los cuales, los dioses sostendrían entre sí
combates en el cielo."
-- "Entonces, ¿debemos o podemos clasificar estas
transmisiones como simples mitos, y olvidarlas?"
La profesora Solomon reflexionó un momento antes de contestar,
resignadamente.
-- "No tenemos más remedio que hacerlo."
-- "Y, ¿qué ocurriría si las descripciones de estos textos se
refirieran a hechos reales acaecidos en épocas primitivas?"
-- "¡Sería fantástico!"
-- "¿Y acaso es imposible?"
Se abrió un pequeño silencio:
-- "No lo sé; realmente, no lo sé..." (p.202)
[Más textos del Mahabharata]
Fuera del edificio me esperaba de nuevo aquella enojosa
calina. Paseando, regresé a la ciudad, para lo cual atravesé
un puente que me pareció interminable. El río estaba
prácticamente seco, pues por su cauce corría sólo un hilito de
agua. Los tejedores de alfombras habían extendido sus
productos, de vistosos colores, a la orilla del río, para que
se secaran, y, hasta donde alcanzaba la vista, todo aparecía
cubierto de alfombras. Intenté de nuevo recapitular la
conversación que había mantenido con la profesora. ni siquiera
aquella mujer tan inteligente podía dar una contestación
convincente a mis preguntas, que lograra tranquilizarme.
Pero precisamente aquello que la profesora Esther Solomon no
me pudo confirmar, era lo que me acuciaba desde hacía un
decenio: el poder apoyar mi tesis con las informaciones de los
libros más antiguos de la Humanidad y rastrear identidades en
las descripciones de determinados acontecimientos.
Una vez en mi hotel, el aire acondicionado de la habitación me
ayudó mucho a recuperar mi audacia. Abrí el "Mahabharata" y
cayeron bajo mi vista los siguientes párrafos:
<Bhrugi, preguntado por las
medidas que tenía la tienda celestial, contestó:
-- "Aquel espacio es infinito; está habitado por santos y
divinidades; es agradable y se halla lleno de toda clase de
lugares habitables, cuyo límite es inalcanzable."
"Por encima y por debajo de su ámbito de poder no se ven la
Luna ni el Sol; allí, los dioses son su propia luz,
brillante como la del Sol y radiante como la del fuego."
"Y tampoco ellos ven el límite de la poderosa y amplia
tienda celestial, porque él mismo es difícil de (p.203)
alcanzar, al ser infinito... Hacia arriba, y siempre hacia
arriba, el espacio universal está lleno de seres radiantes
que tienen su propia luz; tampoco este espacio es medible
por los dioses."
Los informes del "Mahabharata" figuran aún entre los
indiscifrables misterios del pasado, pues se resiste a todas
las investigaciones, por muy completas y detenidas que sean
éstas.
[El problema con esos textos
antiguos - no se puede demostrar nada]
Desde que la Humanidad adquirió el don del pensamiento dispuso
de idioma o habla, han aparecido leyendas y mitos que narran
cosas sobre acontecimientos ocurridos probablemente miles de
años atrás, escritos por alguien en algún momento. Constituye
un misterio el hecho de que algunas de estas antiguas ideas o
mitos pudieran convertirse en religiones o en importantes
sistemas filosóficos, que determinaron el comportamiento
humano, mientras que otras fueran rechazadas y no ejercieran
influencia alguna.
Todas estas transmisiones que nos llegan de la Antigüedad
tienen en común la imposibilidad de demostrar su contenido.
Pero hubo algunas que alcanzaron la categoría de religiones
sólo porque los hombres tuvieron "fe" en ellas. Si intentamos
hoy interpretar los antiguos textos desde nuevos puntos de
vista, no nos encontramos ante textos nuevos, sino
precisamente ante esos textos antiguos en los que se tuvo "fe"
o que, por el contrario, fueron negados o rechazados. Pese a
todo, tales textos nos proporcionan asombrosas informaciones.
Mas no parece ser corriente que se ponga en duda aquello en lo
que tradicionalmente se ha tenido "fe", como tampoco lo es el
aceptar como hechos reales los relatos míticos (p.204).