Erich von Däniken:
Viaje a Kiribati - extraterrestres
2. Por alguna razón
[existen los círculos de monolitos en Gran Bretaña]
[2.4.
Piedras sagradas]
de: Erich von Däniken: Viaje
a Kiribati; Ediciones Martínex Roca, S.A.; Gran Vía, 774,
7º; 08013 Barcelona; ISBN: 84-270-0684-5
presentado por Michael
Palomino (2011)
[2.4. Piedras sagradas]
Jacob y su sueño sobre la
piedra
[Jacob ve en el sueño una
escala tocando el cielo con ángeles subiendo y bajando]
Se dice que en todos los tiempos la piedra tuvo un carácter
sagrado para los hombres. Es verdad. CIERTAS piedras han sido
objeto de adoración y lo son todavía: piedras funerarias,
piedras monumentales (p.106).
Jacob, uno de los tres patriarcas de Israel, incluso alzó una
piedra en conmemoración de un sueño:
<Jacob, pues, habiendo
partido de Berseba, proseguía su camino hacia Harán. Y
llegado a cierto lugar, queriendo descansar en él después de
puesto el sol, tomó una de las piedras que allí había, y
poniéndosela por cabecera, durmió en aquel sitio.>
(Génesis 28, 10 y sigs.)
No hace falta buscar muchas interpretaciones. Jacob llegó a un
lugar sagrado y tomó una de las piedras, que probablemente se
había tumbado, para que le sirviese de cabecera. Jacob durmió
y soñó sobre una piedra muy especial de un lugar consagrado:
<Y vio en sueños una escala
fija en la tierra, cuyo remate tocaba en el cielo, y ángeles
de Dios que subían y bajaban por ella, y al Señor apoyado en
la escala, que le decía: ... Y será tu posteridad (tan
numerosa) como los granitos de polvo de la tierra:
extenderte has al Occidente, y al Oriente, y al Septentrión,
y al Mediodía: y serán benditas en i y en el que saldrá de
ti todas las tribus de la tierra.> (Génesis 28, 12 y
sigs.)
Poco más adelante dice:
<Y no te dejaré de mi mano
hasta que cumpla todas las cosas que tengo dichas.>
Y ¿qué era lo que tenía dicho o prometido el Señor? Lo dice
bien claro:
Que la descendencia de Jacob se multiplicaría por toda la
tierra, y que el Señor no abandonaría a Jacob. Por mucha
capacidad genésica que le supusiéramos, en el espacio de su
vida biológica Jacob no podría repartir hijos, hijas y nietos
por todos los continentes; debemos pensar que el Señor se
proponía colaborar activamente, puesto que no empeñaba su
palabra para un futuro impreciso sino que prometía cumplir
antes de dejar a Jacob de su mano. Jacob despierta
despavorido, porque no sabía que "en este lugar" se pudiera
hablar con el Señor, lo que le hace decir (p.107):
<Verdaderamente que el
Señor habita en este lugar, y yo no lo sabía. Y todo
despavorido, añadió: ¡Cuán terrible es este lugar!
Verdaderamente ésta es la casa de Dios y la puerta del
cielo. Levantándose, pues, Jacob, al amanecer, cogió la
piedra que se había puesto por cabecera, y erigióla como un
monumento, derramando óleo encima.> (Génesis 28, 16 y
sigs.)
[¿Las piedras son emisoras
para hablar con el Espíritu?]
Los hechos:
-- Jacob, en su viaje, llega a un lugar con piedras sagradas.
-- Jacob toma una piedra y se queda dormido sobre ella, sin
sospechar la magia de su "almohada"
-- Jacob tiene un sueño con imágenes de gran claridad: ángeles
subiendo y bajando por la escala.
-- el Señor le hace a Jacob una promesa colosal.
Todo esto, ¿ha sido un sueño, o un fragmento de realidad
vivida?
Si sólo hubiera sido un sueño, la promesa del Señor carecería
de sentido. Los sueños no obligan a nadie, son elucubraciones
sin sustancia.
¿Y si no hubiera sido un sueño? ¿Y si la piedra sobre la cual
descansó Jacob hubiera inducido en su cerebro la imagen de la
escala celestial? ¿Tal vez el calor de su cuerpo suscitó las
pulsaciones de la piedra?
En los lugares sagrados, obviamente, toda piedra es una piedra
especial con una historia especial. ¿Quizás aquélla era capaz
de amplificar las corrientes cerebrales? A saber si Jacob era
un médium especialmente dotado. ¿Un ser privilegiado podría
comunicar con el cerebro humano a través de una piedra? ¿Acaso
determinadas piedras actúan como "emisoras", y las personas
receptivas como "antenas" cuando están sintonizadas con otros
cerebros humanos?
Estas preguntas parecen meramente especulativas. Aún tendremos
ocasión de demostrar que no es así, que no son palos de ciego
ni tiros al aire.
[Orden de "Dios" para erigir
piedras - ejemplo de 12 piedras con Josué en la Biblia]
La idea de erigir piedras monumentales no siempre les viene a
los hombres por propia iniciativa. A veces les es sugerida por
Dios (o por los dioses). Así lo cuenta la Biblia, también. En
el libro de Josué, el Señor recomienda erigir doce piedras en
un lugar determinado (p.108):
<Hicieron, pues, los hijos
de Israel lo que les ordenó Josué, trayendo de en medio de
la madre del Jordán doce piedras, como el Señor lo había
mandado a Josué, conforme al número de las tribus de los
hijos de Israel, hasta el sitio en que acamparon, y
colocáronlas allí. Levantó también Josué otras doce piedras
en medio de la madre del jordán, donde estuvieron parados
los sacerdotes que llevaban el Arca del Testamento, y allí
permanecen hasta el día de hoy.> (Josué 4, 8 y sigs.)
[Ejemplo de 1 piedra "muy
grande" como símbolo de la "alianza" con Dios cerca de un
roble con Josué - la piedra es "testigo"]
Es obvio que estas piedras no han de valorarse sólo como
recuerdo. Tenían la misión de contar una historia a todas las
generaciones futuras:
<Escribió (Josué) también
todas las palabras dichas en el libro de la Ley del Señor, y
cogió una piedra
muy grande, y la colocó debajo de una encina [árbol
de roble], que estaba junto al Tabernáculo del Señor, y dijo
a todo el pueblo: Ved aquí esta piedra, que os dará
testimonio de que oyó todas las palabras que os habló el
Señor: no sea que después queráis negarlo, y mentir al Señor
Dios vuestro.> (Josué 24, 26 y sigs.)
¿Así que la piedra había "oído las palabras"? Josué la toma
casi por testigo presencial. Pero, ¿cómo puede ser testigo una
piedra muerta y muda? ¿Conocía Josué su especial propiedad de
poder repetir lo escuchado en un momento dado? ¿Creía Josué
que la piedra pudiera ser una memoria portadora de
informaciones? A su tiempo veremos si hemos encontrado algo de
una calidad parecida a al de un magnetófono.
[Otras piedras sagradas en el mundo]
Sobre el poder omnímodo de
las piedras sagradas
[Piedra santa con la diosa
Cibeles, con la diosa Laodicea]
En el Asia Menor la diosa Cibeles, la "gran Madre", proveía a
sus compatriotas griegos de oráculos averiguados por medio de
una "piedra sagrada". Este envidiado objeto fue llevado a Roma
el año 250 a.d.C. Laodicea, otra profesional de la costa
siria, pasaba sus "news" [novedades] por medio del mismo
sistema.
(nota 21: Warwick-Trump:
Lexikon der Archäologie [léxico de la arqueología], tomos 1
y 2; Hamburgo 1975)
[Piedra santa en Delfos]
La pitonisa [profeta] de Delfos trabajaba sobre una piedra que
tenía forma de medio huevo, el (p.109)
Onfalos, lo que significa: el ombligo del mundo. De allí, en
medio del templo, salían los titulares, ¡perdón!, quise decir,
las revelaciones diarias sobre lo pasado y lo futuro, que ella
percibía a través de la piedra.
[Piedras santas en el mundo
árabe]
En su "Libro de los ídolos", Mohammed Ibn al-Chatib de Kufa
menciona las piedras sagradas de los antiguos árabes. Piedras
maravillosas, la más famosa de las cuales se halla empotrada a
metro y medio de altura en el rincón sudoriental de la Kaaba,
en la Meca. Dicha piedra es el centro místico-religioso del
mundo islámico, y recibe las honras de los fieles en un
recinto vacío y desprovisto de ventanas. El propio Mahoma hizo
de la Kaaba el punto central de su religión; la "piedra Negra"
(en árabe: hadjar al-aswad) es la mira ideal de todos los
musulmanes. En toda la tierra, cada día se inclinan hacia esa
piedra para orar seiscientos cincuenta millones de islámicos.
Sus pensamientos llevan los deseos y las esperanzas, por
encima de tierras y mares, hacia la "piedra Negra", de la cual
esperan como una especie de correspondencia. Todo musulmán
debe peregrinar a la Meca al menos una vez en su vida y tocar
la piedra, sin lo cual no entrará en el Paraíso. Porque a cada
contacto el creyente queda "registrado" por la piedra. por
tanto, no es de extrañar que los musulmanes desfilen a
millones para tocar la "piedra negra", engastada en plata, y
besarla, según viene haciéndose desde hace más de mil
doscientos años.
¿Dónde está el "quid" de la piedra Negra? ¿Qué cualidades
tiene, o qué efectos? ¿Qué particularidad especial supo
distinguir en ella el Profeta?
Como la leyenda afirma que la "piedra Negra" cayó del cielo,
no ha faltado quien suponga que se trataba de un meteorito,
una roca o fragmento de ferroníquel de origen extraterrestre
que no se habría quemado por completo a su paso por la
atmósfera.
La suposición carece de todo punto de apoyo, puesto que no
existen análisis químicos de la "piedra Negra". Los
mahometanos no permiten que entre en la Kaaba ningún infiel, y
menos tolerarían un estudio químico de su reliquia. Quizá sea,
en efecto, un vulgar meteorito, en cuyo caso faltaría explicar
el secreto de su intensa e ininterrumpida atracción desde los
tiempos de Mahoma (570-632). Todos los días y en todos los
lugares de nuestra vieja y sufrida Tierra caen sobre ella
meteroritos de diferentes tamaños; esto incluye (p.110)
también a los países árabes, sin que sea costumbre declararlos
santos. A lo mejor se trata de una piedra muy particular en
cuanto no CAYÓ del cielo sino que VINO del cielo, diferencia
no pequeña sino extraordinariamente importante.
[Así hay la sospecha que esa piedra es un regalo de un
extraterrestre].
[Luchan contra Däniken]
En su excelente libro ilustrado sobre los circos prehistóricos
de piedra de Inglaterra e Irlanda, Burl Aubrey
(nota 22: Aubrey, Burl: Rings
of Stone [anillos de piedras]; Londres 1979)
me honra con su atención: <Von Daeniken approach of making
mysteries out of non-mysteries> [Däniken probando haciendo
misterios de no-misterios], el estilo de Von Däniken, de crear
misterios donde no los hay.
Arthur C. Clarke, famoso autor de ciencia ficción, fructificó
en una revista
(nota 23: Our World of
Mysteries [nuestro mundo de misterios]; Radio Times London,
agosto de 1980)
la generalización siguiente: <El mundo está lleno de
misterios auténticos. Me irritan los idiotas que se empeñan en
sacar misterios de cosas absolutamente explicadas para
nosotros.>
Ahí tenemos otra vez la jugada sucia consistente en dejar de
lado con arrogancia a los "heterodoxos". Si somos tan
mediocres nosotros los del realismo fantástico, ¿por qué se
molestan en rebatirnos? Será seguramente porque hemos hecho
daño con nuestras preguntas insistentes, porque no estamos
dispuestos a tragar las explicaciones que no nos parecen
lógicas, porque no retrocedemos ante el tabú de las opiniones
de cátedra consolidadas, pero discutibles para nosotros y que,
por tanto, ponemos en tela de juicio.
Leo divertido una columna del periódico, titulada "La Ciencia
hace 100 años", y a veces me sorprendo pensando con desdén:
<¡Así que esto era el no va más de la sabiduría
científica!> Pero en seguida me contengo y pienso: el no va
más ENTONCES, a la luz del nivel alcanzado; pero el tiempo
corrige los errores y reemplaza los antiguos resultados por
otros más nuevos y exactos, que a su vez habrán de ser
corregidos y pulidos dentro de un par de años. Esto es normal
y no deshonra a nadie.
La altivez de mis críticos es admirable: ellos poseen el saber
último y definitivo de todo lo que la tierra contiene. Es
envidiable su orgullo elitista lo mismo que su ingenua osadía.
Pero prefiero solidarizarme con los curiosos, con los que
piensan hacia delante y no desconfían de poder demostrar
MAÑANA lo que HOY todavía es impensable. "no podemos abandonar
el motor, sólo porque el Profeta (p.111)
viajaba a lomos de camello>, ha dicho Datuk Husein Onn,
primer ministro de Malasia.
[Resumen sobre las problemas
de transporte de antes]
Los problemas de construcción y transporte que plantearon los
monumento megalíticos se dan por resueltos en muchos libros
sesudos. Los problemas de construcción y transporte pudieron
resolverse de muchas maneras. Pero lo que a mí me molesta, al
leer estas explicaciones, es que se parte siempre de las
posibilidades imaginables HOY, como si uno pudiese trasladarse
al pasado con la fantasía. Quiero decir fantasía científica,
naturalmente. Pero ninguno de nosotros ha estado allí. Las
soluciones que se postulan no son más que una
posibilidad entre otras muchas. Sin embargo, los que hablan
como si hubieran estado allí ofrecen siempre los mismos
requisitos: trineos... cuerdas... rodillos... planos
inclinados hechos con terraplenes... Como todas nuestras
nociones sobre posibles medios de transporte están fijadas,
mentalizadas y condicionadas, cualquier discrepancia es
acogida como un sacrilegio, una herejía. Tengo una excelente
opinión de nuestros científicos, pero que no me pidan que
deposite en ellos mi fe; son humanos y como tales pueden
equivocarse, lo mismo que yo, que tú y que todos. Aunque ellos
mismos se hayan elevado, a veces, al trono de la
infalibilidad, no por ello se convertirán en dioses.
En plan de provocación, me atrevo a preguntar qué pasaría si
hace muchos miles de años se hubiera conocido la manera de
gelificar las rocas a modo de papilla y volverlas a endurecer
en la obra, de manera parecida a como nosotros transportamos
hoy el hormigón , tal como sale de fábrica, en grandes
camiones-hormigoneras, hasta el lugar de la construcción.
Tómenlo con calma, sabihondos, que no ha sido más que una
pregunta.
Ha sido imprudente por mi parte, pues ya la veo sacada de su
contexto y vuelta contra mí por mis hábiles adversarios. Quede
claro, pues, que yo NO HE DICHO que fuese tal el sistema
empleado por los constructores de megalitos.
Si se empeñan, aceptaremos que aquellas piedras de muchas
toneladas fueron arrastradas centímetro a centímetro, mediante
sogas atadas a los cuellos desnudos de los neolíticos, a lo
largo de varios centenares de kilómetros. Si basta creer para
salvarse, en el cielo se encontrarán los arqueólogos. Pero a
mí no me encontrarán con ellos, pues he dudado demasiado de
sus explicaciones muchas veces utópicas (p.112).
[Piedras sagradas en conexión
con los dioses]
Desde los tiempos más primitivos, las piedras sagradas están
en conexión con los dioses, a lo que parece, o al menos con el
firmamento, ya que se procuraba orientarlas con arreglo a las
estrellas, como ocurre en el caso de los circos megalíticos.
¿Acaso se observaba el cielo en permanencia porque los
"dioses" habían prometido regresar? En la intención de un
culto religioso, ése podría ser un motivo justificado para
emprender el descomunal trabajo de la colocación de tales
piedras. Ahora bien, el supuesto apuntado no explica los
conocimientos astronómicos, la elección de un lugar relevante
ni el empleo de materiales especiales, ¿o sí?
[Jacob regando la piedra con
óleo al fin]
Tampoco queda explicado por razones religiosas el relato -
aunque tenga papel en el mismo "el Señor" - de por qué Jacob
levantó su almohada de piedra después de usarla y la
regó con óleo. ¿Por qué ungió la piedra? Con ello realizaba un
acto ritual de carácter sagrado, que incumbía a los
sacerdotes. Sabiendo que el aceite acabaría por evaporarse,
quemado por el ardor del sol, ¿qué se proponía Jacob? ¿Fue en
acción de gracias a la piedra por haberle "hablado"? Sin duda
Jacob se encontraba en estado de trance cuando alzó su cabeza
de la piedra. ¿Lo estaba también la Pitonisa cuando se
agazapaba sobre la piedra Onfalos? ¿Sacaba sus profecías de
aquel pétreo "ombligo del mundo"? Los escritos antiguos dicen
que la Pitonisa caía en sus ausencias proféticas después de
respirar los vapores que salían de una grieta en la roca. Se
ha investigado mucho en el emplazamiento del templo délfico y
sus alrededores, y no se ha logrado descubrir grietas que
despidan vapores. ¿Estaba la Pitonisa en comunicación con el
Onfalos, o era la médium que recogía las preguntas y
transmitía las ambiguas respuestas de la piedra?
Lo que yo busco son pruebas de que los extraterrestres
influyeron en los hombres de la Edad de Piedra. Desde el punto
de vista tradicional, los monumentos megalíticos no demuestran
nada en ningún sentido. Los que tienen fe saben que basta leer
un solo libro sabio acerca de Stonehenge para convencerse de
que no se necesitan extraterrestres para resolver los
misterios. Está todo explicado. En cambio, si tratamos de
pensar un poco más lejos que la "doctrina oficial", ganan
muchos enteros esos extraterrestres tan incómodos, pero tan
útiles en situaciones en revesada (p.113).
[¿Hay una clave matemática en
los circos de piedras para ver la fecha del regreso de los
dioses?]
Son numerosas las tradiciones (ver: Erich von Däniken: Profeta
del pasado) que hablan de que los dioses, al dar por terminada
su estancia en la Tierra, prometieron regresar en un futuro
muy lejano. Entre los humanos quedó la esperanza de ese
regreso. Sin embargo, nadie ha estudiado hasta ahora si las
construcciones megalíticas ocultan una clave matemática que
pudiese dar la fecha del retorno. Más de seiscientos de los
yacimientos analizados por el profesor Thom se erigieron con
arreglo a correspondencias astronómicas. Por ahora, sólo los
"dioses" saben por qué.
No se puede dudar de que la dureza de la piedra era un
excelente depósito para las noticias que quisieran dejar los
extraterrestres. Es un material que existe en abundancia, que
resiste milenios, que sirve para construcciones monumentales y
llenas de símbolos, llamando la atención de una manera
permanente.
[Tesis de Däniken: dioses
ensañaron construir los circos de piedras]
Quede reflejada aquí, por tanto, mi hipótesis:
Hace miles de años, los "dioses" enseñaron a los terrestres
CÓMO construir circos de piedra, de qué materiales habían de
hacerse, dónde y en qué orden habían de erigirse las piedras
para que los mensajes en ellas registrados pudiesen ser
descifrados a su debido tiempo.
Los "dioses" que nos crearon a su imagen y semejanza,
infundieron una chispa de su inteligencia a la nueva especie
genéticamente manipulada por ellos. Se equivocaron: todavía no
hemos comprendido nada.
Si tiene razón el doctor Vladimir Avinski y pueden leerse en
las piedras de Stonehenge los tamaños de los cinco planetas
más próximos a la Tierra, entonces se ve con claridad la mano
de los extraterrestres guiándolo todo. NO hay otra salida. Si
los neolíticos - como dicen Louis Charpentier (nota 24) y
Robert Wernick (nota 25) -
(nota 24: Charpentier, Louis:
Das Geheimnis der Basken [el secreto de los vascos]; Olten
1977
nota 25: Wernick, Robert: Steinerne Zeugen früher Kulturen
[testigos pétreos de culturas tempranas]; Hamburgo 1977)
alzaban sus obras más importantes en los puntos de
intersección de las corrientes eléctricas subterráneas,
entonces la mano de los extraterrestres también aparece aquí,
pues esas corrientes no han podido ser medidas hasta contar
con el más moderno instrumental físico. Si es cierto que unos
sacerdotes especialmente instruidos, o médiums bien dotados,
eran capaces de entrar en comunicación con las pulsaciones de
las piedras, entonces vemos otra vez la mano de los
extraterrestres.
Por alguna razón. ¿Por alguna razón? (p.114)