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Erich von Däniken: Viaje a Kiribati - extraterrestres

5. ¿En la Tierra Prometida?

[5.2. Viaje a Srinagar]

Vista al valle de
                        Cachemira pasando el paso
Vista al valle de Cachemira pasando el paso (p.160-161)

de: Erich von Däniken: Viaje a Kiribati: 5. ¿En la Tierra Prometida?; Ediciones Martínex Roca, S.A.; Gran Vía, 774, 7º; 08013 Barcelona; ISBN: 84-270-0684-5

presentado por Michael Palomino (2011)


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[5.2. Viaje a Srinagar]

Mapa de Pakistán y Cachemira
Mapa de Pakistán y Cachemira con el viaje de Karachi hasta Srinagar por Hyderabad, Multan, Lahore, y Jammu [1]

Viaje a Srinagar - [Karachi-Hydarabad]

Nuestra primera meta propuesta era Lahore, en el Pakistán occidental, una capital de 1,3 millones de habitantes, importante centro industrial y cultural, que tiene la famosa universidad panjabí.

Hasta Haiderabad [Hyderabad], a orillas del bajo Indus, el mapa promete ciento cincuenta kilómetros de una carretera que recibe de los pakistaníes el orgulloso nombre de "Super-Highway". Para salir de Karachi nos hacemos preceder por un taxista, que nos guía a través de un laberinto de callejuelas míseras, rebosante de gente y de bazares. Al fin llegamos a la gran autopista, que resulta ser una modesta carretera asfaltada. Aunque vamos con todas las ventanillas abiertas, en el interior del vehículo el termómetro marca cuarenta y un grados. Centígrados, por supuesto.

A su paso por Haiderabad el Indus tiene un kilómetro de ancho; sus aguas son un caldo hirviente de color pardo que corre de norte a sur a través del Pakistán. Gracias a ellas es habitable el país.

Ya hemos pasado bastante de mediodía, pero el calor cada vez aprieta más. Cada cuarenta kilómetros, poco más o menos, encontramos pequeños grupos de chabolas con puestos de bebidas - de Coca-Cola, como ocurre en todo el planeta -, y esa tarde cada uno de nosotros se ha bebido catorce botellines, a pesar de lo cual tenemos la lengua espesa y la garganta reseca.

En Pakistán hay tantos autobuses como Fiats en Italia. Los pintan de colores detonantes y los adornan como árboles de Navidad. Van rebosantes [los buses], como si todo el valle del Indus se hubiera lanzado a viajar.

Pakistán, bus colorado
Pakistán, bus colorado (p.160-161)

Däniken comenta la foto:

<Los pakistaníes pintan sus autobuses con todos los colores del arco iris y toda clase de motivos mediante los cuales conjuran a su propio san Cristóbal. En vista de que los pasajeros, aunque apretados como sardinas en lata, consiguen llegar vivos a sus destinos, habrá que convenir en que las pinturas sirven a su finalidad.> (p.161)

[La vida en la pista: transportes y pausas]

La circulación por la carretera incluye a rebaños de cabras, caravanas y camellos y carros tirados por búfalos y bueyes. En la cuneta [foso de la carretera], la gente guisa [cocina], reza [ora] y duerme. Muchos viajeros llevan la cama a cuestas [en la espalda]: un bastidor [reja] de madera sobre el que han cruzado unas cuerdas. Parece cosa práctica y bien ventilada, lo cual sin duda hace bien a estos peregrinos.

Los autobuses van con gasoil; los tubos de escape lanzan chorros (p.183)

de humo negro que motivarían manifestaciones de protesta de los ecologistas occidentales, aunque aquí el clima es demasiado pesado para semejantes actividades. Para armar jaleo conviene no tener que esforzarse y acudir donde se puede llegar en coche propio, a fin de regresar cómodamente a casa después de la dura lucha contestataria. Se necesita cierto grado de confort para estar en condiciones de protestar. El propio Lenin aconsejaba dar una buena comida caliente a los que hubieran de participar en manifestaciones, diciendo que para hacer oír la protesta, aunque fuese contra el hambre, no convenía acudir con el estómago vacío.

Apenas hay coches particulares. Durante el viaje de mil trescientos kilómetros hasta Lahore pudimos contar sólo cuatro. Es por esto que todos los surtidores [grifos] dan gasoil, aunque el letrero diga "Gasoline". Y hay que tener cuidado de que los muchachos no le viertan a uno en el depósito ese caldo indigesto para nuestro motor.

Si de día la circulación ya reclama máxima atención, conducir de noche es lo peor que se pueda imaginar. Los autobuses van por en medio de la carretera y con la luz larga. Los camellos, los bueyes, los búfalos y las cabras no llevan, por supuesto, brazaletes fluorescentes; andan por la oscuridad y desconocen las leyes de la circulación. Los montones de personas que duermen en la cuneta desbordan muchas veces hacia la calzada. Cuando le deslumbran a uno los faros de quienes vienen en sentido contrario, no hay más que frenar o echarse al campo.

[Multan al río Chenab]

A las tres de la madrugada llegamos a Multan, una ciudad de trescientos cincuenta mil habitantes a orillas del [río] Chenab, uno de los cinco ríos de la región anterior del subcontinente indio, con nacimiento en el Himalaya. No es de los que suelen salir en los crucigramas, al menos según mi experiencia. En el hotel no conseguimos pegar ojo, debido al calor y a la humedad ambientales. El ventilador, como nosotros, ha entregado su espíritu.


La utilidad de las vacas sagradas

Pakistán, valle del río Indus con
              camellos y comerciantes como parece
Pakistán, valle del río Indus con camellos y comerciantes como parece (p.160-161)

Däniken comenta la foto:

<En el valle del Indus, los camellos, los perros, y como es lógico las vacas sagradas tienen preferencia de paso. Ellos no saben de reglamentos de la circulación.> (p.161)

Hay que guiarse por la brújula y el olfato [sentido del instinto], ya que los rótulos suelen estar escritos en la variante persa del alfabeto arábigo ("nastaliq"). No se puede solicitar información porque los pakistaníes, o hablan uno de sus treinta y dos dialectos o, en el mejor de los casos, el idioma oficial "urdu", que como es normal nosotros desconocemos. Como consuelo, a partir de Lahore, la ciudad fronteriza con la India, podemos volver a defendernos con el inglés.

Hacia las nueve pasamos por un portal de hierro forjado, "FRONTIER OF KASHMIR" [frontera de Cachemira], y sólo quinientos metros más adelante pasamos otro mucho más grande y adornado con banderas de la India: "WELCOME TO INDIA" [bienvenida a India].

Los doscientos cincuenta kilómetros de carretera india entre Wagah y Jammu sólo se distinguen de la gran autopista pakistaní en que aquélla, además del bestiario ya citado tiene vacas en grandes cantidades. Las vacas siempre tienen preferencia de paso, y por lo demás gozan de absoluta libertad. Si les da la gana, pueden tumbarse a docenas en medio de la calzada. Poco a poco empieza uno a odiar a estos pacíficos animales.

Preguntando por la región se entera uno de bastantes hechos, que modifican una opinión preconcebida. Cuando se me ocurrió manifestar que más valdría sacrificar algunos millones de "vacas sagradas", se me explicó que pese a la escualidez y miserable estado de estas criaturas, éstas desempeñaban todavía en la vida cotidiana un papel importante e insustituible. ¿Cuál?, me dije yo, pensando en las lustrosas y rollizas vacas de los prados suizos, con sus ubres bien rellenas. Pues bien, aunque las esqueléticas vacas de los caminos de la India no den más de medio litro de leche al día, en un país donde el hambre sigue al hombre como su sombra esto aún desempeña un papel esencial en la economía de la alimentación.

Otras veces había observado cómo los nativos recogían laboriosamente estiércol de vaca secado al sol, y me quedé asombrado al enterarme de que la cantidad de material para calefacción así obtenido excede a la producción de hulla de la República Federal Alemana. Pero la tercera razón fue la que más me convenció de lo necesaria que era la presencia de las vacas. Hurgan en las basuras para comerse todo lo que para ellas es digerible, con lo que actúan como basureras y policía de higiene. Y ¿por qué son sagradas? Pues porque el hinduismo prohíbe matar vacas, y el cumplimiento de tal ley religiosa es controlado por trescientos millones de personas que pertenecen a esa religión en la Unión India (p.185).


¡Srinagar!

[Jammu y Srinagar y las montañas del Himalaya]

A partir de Jammu se divisan ya los gigantes del Himalaya. Jammu tiene más de tres millones y medio de habitantes, y es la capital de invierno de la India anterior, como en verano lo es Srinagar. El que haya pasado por Jammu alguna vez durante el mes de enero entenderá perfectamente estos movimientos migratorios de funcionarios. En aquella estación del año estábamos ya abrumados por el sol, y no veíamos llegado el momento de arribar a Srinagar de Cachemira, región que recibe en las guías el apelativo de "la Suiza asiática".

La distancia entre Jammu y Srinagar consta que es de trescientos kilómetros; cuando se haga de noche podremos inhalar aire fresco a 1.768 metros de altitud.

La esperanza se hace más tenue a cada kilómetro de viaje. ¡En la vida había visto tantas columnas militares en marcha! Pero ni siquiera estas columnas pueden espantar ni arrollar a las vacas. Con lo cual, a lo mejor se evitaría alguna guerra, y entonces sí que habría motivo para considerarlas "sagradas".

A los dos mil metros de altura, después de recorrer una infinidad de curvas, pasamos por poblados de montaña que tienen un carácter tibetano.

Pakistán, un pueblo con un carácter
              tibetano en las montañas altas
Pakistán, un pueblo con un carácter tibetano en las montañas altas (p.160-161)

Däniken comenta la foto:

<Pasamos por numerosas poblaciones de carácter marcadamente tibetano. Sus calles son acogedoras y limpias, lo mismo que los cordiales habitantes que viven en ellas.> (p.161)

El ambiente de invernadero que reinaba en el valle del Indus ha desaparecido como por ensalmo. El aire de montaña, diáfano y fresco, contribuye mucho a mejorar el humor a bordo. Estábamos en las estribaciones del Himalaya.

[Y después el paso sigue la vista al valle Cachemira]:

Vista al valle de Cachemira pasando
              el paso
Vista al valle de Cachemira pasando el paso (p.160-161)

Däniken comenta la foto:

<El túnel de Baniha se encuentra en un collado a 2.180 metros de altitud. A la salida se presenta súbitamente esta impresionante vista del valle de Cachemira.> (p.161)


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Fuentes de fotos
[1] mapa de Pakistán con Cachemira: http://geology.com/world/pakistan-satellite-image.shtml

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