Erich von Däniken:
Viaje a Kiribati - extraterrestres
5. ¿En la Tierra
Prometida?
[5.3. Srinagar - una ciudad
con costumbres judíos]
Cachemira, hombres con kipa como los judíos
(p.189)
|
de: Erich von Däniken: Viaje
a Kiribati: 5. ¿En la Tierra Prometida?; Ediciones Martínex
Roca, S.A.; Gran Vía, 774, 7º; 08013 Barcelona; ISBN:
84-270-0684-5
presentado por Michael
Palomino (2011)
[5.3. Srinagar - una ciudad con costumbres judíos]
Bibliografía general: Faber-Kaiser, Andreas: Jesucristo vivió
y murió en Cachemira; ATE, Barcelona 1976
[Detalles sobre Srinagar:
paisaje - no hay higiene - población]
¡Srinagar! No es exagerado llamar a esta ciudad "la Venecia de
Asia". La cruzan muchos canales hormigueantes de barcas,
góndolas y barcos-vivienda anclados, sobre todo en el lago
Bal, con el que limita la ciudad hacia el este.
Srinagar, barcas vivienda en los canales (p.160-161)
Däniken comenta la foto:
<Los canales de Srinagar están ocupados por miles de
barcas-vivienda. Por sus muchos canales. Srinagar recibe el
nombre de "Venecia del Oriente".> (p.161)
Srinagar está sobre los treinta y cuatro grados de latitud
norte, o sea más o menos la misma que Gibraltar o Damasco. La
temperatura media en verano es de sólo treinta grados, y en
invierno de tres a cuatro grados.
El lago Wular desagua en el valle de Cachemira, en las
proximidades de Srinagar. ¡Por algo llaman a este valle "el
Paraíso en la tierra"! Los antiguos soberanos plantaron allí
parques de extraordinaria belleza, de gran extensión y
esplendor floral insólito, sobre todo los jardines de Shalimar
tan cantados por todos los poetas (p.186).
Allí hay arroyos tranquilos cruzados por puentecillos de
madera.
Por hermoso que sea todo esto, no es más que apariencia. Este
paraíso turístico no está en orden. La tradición asiática de
Cachemira no consigue adaptarse a la era moderna. Aquí arriba,
las calles se ahogan en porquería - Srinagar tiene medio
millón de habitantes - lo mismo que abajo en los valles.
Carecen de la higiene más elemental. El agua, aunque filtrada,
sigue teniendo un matiz [color] amarillento [un poco
amarillo]. Repugnante.
Como en otros lugares del país, se adivina el despilfarro
[botar la riqueza] de la ayuda para el desarrollo. Los
medicamentos se estropean [destruyen] por falta de
frigoríficos [refrigeradora]. O si los hay, pocas veces
funcionan. Rodeados de suciedad desde que nacen, los nativos
están inmunizados contra muchas de las bacterias y los virus
que prosperan por allí... y que siguen siendo peligrosos para
los europeos. Mortales incluso. Si se quiere abrir al turismo
estos paisajes maravillosos, según vienen diciendo, todavía
queda mucho por hacer.
Srinagar 01, las afueras con arroyos abiertos de desagüe
(p.160-161)
Däniken comenta la foto:
<Por las afueras de Srinagar corren arroyos que aún hoy
sirven de canalizaciones a cielo abierto: pintoresco para la
vista, pero desagradable para el olfato.> (p.161)
La población es laboriosa. En los fértiles campos y en muchos
pequeños talleres se ve a niños trabajando desde los seis
años. ¡Como en la Edad Media!
En una gasolinera me atendió Machmud, un muchacho de doce
años. Después de recitar con exactitud todos los servicios, y
en vista de que no le demandaba otra cosa sino gasolina, se
ofreció a proporcionarme una muchacha.
-- ¿Por qué no te vas a la
escuela? - le repliqué.
-- No tengo padres - contestó él -. Y todos hemos de vivir.
¿De veras no quieres mujeres?
Machmud, 12 años (p.188)
Däniken comenta la foto:
<¿De versas no quiere mujeres?", nos pregunta Machmud,
de doce años de edad.> (p.189)
El pequeño alcahuete se mostró un poco decepcionado de que un
extranjero rico - allí todos los extranjeros tienen
consideración de ricos - hubiese rechazado sus buenos
servicios.
Comparaciones
[Costumbres en Cachemira son
como los costumbres judíos]
Es asombrosa la semejanza morfológica de los naturales de
Cachemira con los israelíes. Tienen la misma talla, los mismos
ojos almendrados, las mismas narices. Existe también la
costumbre de circuncidar a los muchachos. Como en el antiguo
Israel, los muertos son enterrados en dirección este-oeste. Lo
mismo que los israelíes (p.187),
en Cachemira los hombres llevan sobre la cabeza su "kipa", una
especie de casquete que cubre la parte posterior del cráneo.
Cachemira, hombres con kipa como los judíos (p.189)
Däniken
comenta la foto:
<Como los judíos del Antiguo Testamento y de la moderna
Israel, los hombres de Cachemira llevan su "kipa".>
(p.189)
Durante nuestros viajes por los valles invernales, aunque
exentos de nieve, de Cachemira, nos parecía estar recorriendo
un paisaje bíblico y vivir entre los protagonistas del Antiguo
Testamento. Incluso la lengua del país, el kashmirí, tiene
muchos puntos comunes con el antiguo arameo, que era la rama
más antigua del grupo semítico occidental y la lengua que
hablaban Jesús y sus discípulos (p.189).
Tabla:
Palabras similares hebreos y en kashmirí
|
Hebreo (arameo)
|
Kashmirí
|
Significa
|
akh
|
akh
|
solo
|
ajal
|
ajal
|
muerte
|
awa
|
awan
|
ciego
|
ahad
|
ahad
|
uno
|
hamah
|
humaham
|
ruido
|
loal
|
lol
|
amor
|
qatal
|
qatal
|
asesino
|
qabar
|
qabar
|
tumba
|
de: Erich von Däniken: Viaje a Kiribati. 5.
¿En la Tierra Prometida? Srinagar; Barcelona 1981;
p.190
|
La tradición legendaria de
Cachemira
[Según Däniken, Cachemira fue
la "tierra prometida"]
Son demasiadas las coincidencias entre lo israelí y lo
kashmir, como para atribuirlas a la casualidad.
Una leyenda hondamente arraigada en el pueblo kashmir afirma
que el valle de Cachemira era en realidad la "Tierra
prometida" que Moisés prometió a los hijos de Israel; además
dicho pueblo se considera descendiente directo de una de las
tribus israelitas. El contenido de la tradición popular no
carece de aspectos sensacionales. Dicen los kashmir que el
éxodo de cuarenta años no recorrió Egipto, el desierto del
Sinaí y las tierras de Palestina, como dice la Biblia, sino
que en realidad, y partiendo de Egipto, incluyó las (actuales)
tierras de Jordania, Siria, Persia, Afganistán y Pakistán,
para rendir viaje en las mesetas de Cachemira.
Conviene tomar en serio esta versión, pues mirando el mapa
tiene mucho más sentido que un vagabundear en masa por los
desiertos del Próximo Oriente. Atendiendo a la versión kashmir
incluso adquieren más sentido muchas de las luchas y las
batallas que hubieron de reñir los israelitas. ¿Qué guerras
pudieron declararse durante la travesía del desierto? Allí no
había tribus rivales; en cambio, durante la prolongada
expedición a Cachemira sí hubiera sido necesario abrirse paso
por entre naciones enemigas. Las fronteras que habrían cruzado
en tal supuesto se hallaban bajo la jurisdicción de reyes que
indudablemente habrían combatido a un pueblo nómada (p.190)
que se desplazaba con sus mujeres y sus niños, sus carros y
sus ganados a cuestas.
La leyenda kashmir sigue diciendo que Moisés murió en las
mesetas de su país. Siempre según sus tradiciones, en
Cachemira predicaron los profetas, y allí mismo estuvo el
trono de Salomón. Esta es la razón de que una de las colinas
de Srinagar reciba todavía el nombre de "Takht-i-Suleiman" o
trono de Salomón, y de que treinta kilómetros al sudoeste de
Srinagar, en el monte Booth, se encuentre la tumba de Moisés,
monumento que todo kashmir conoce perfectamente. Por el
contrario, en Palestina no existe ninguna tumba de Moisés,
siendo así que la Biblia dice:
<Y el señor le dijo: He ahí la tierra de la cual juré a
Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia se la
daré. Tú la has visto con tus ojos, mas no entrarás en ella. Y
murió allí Moisés, siervo del Señor, en tierra de Moab,
habiéndolo dispuesto así el Señor; quien le hizo sepultar en
un valle del distrito de Moab enfrente de Fogor, y ningún
hombre hasta hoy ha sabido su sepulcro.> (Deuteronomio, 34
y sigs.)
Supongamos que Moisés no hubiera conducido a los israelitas
hacia Palestina, sino hacia las tierras altas de Cachemira. La
tradición afirma que Moisés actuaba por encargo del "Señor",
el mismo Señor que aniquiló el ejército de los egipcios, que
precedió a los israelitas bajo la forma de una nube blanca que
refulgía en rojo durante la noche. En su migración, el Señor
alimentó a los israelitas con el maná celestial, para que las
mujeres, los hombres y los niños no sucumbieran en el
desierto. Son muchos los desiertos que hay que cruzar en el
camino entre Egipto y Cachemira. ¿Podía el Señor estar
interesado en conducir a los israelitas hasta Cachemira?
El motín relatado por Enoc
Recordé el motín narrado por el profeta antediluviano Enoc,
con la "rebelión" de los doscientos "ángeles" contra su
"Señor". En el capítulo sexto de su libro apócrifo (palabra
que significa en griego "escrito oculto"), Enoc dice:
<Después de haberse juntado los hijos de los hombres, en
aquellos días les nacieron hijas hermosas. Pero cuando las
vieron los ángeles del cielo, sintieron deseo de ellas y
(p.191)
hablaron entre sí de esta manera: Tomemos mujeres, pues, entre
las hijas de los hombres, y procrearemos con ellas. Mas el
general de ellos, Semjasa, les dijo: Temo que llevéis a efecto
tal acción, pues todo el pecado recaerá sobre mí. Y entonces
le replicaron todos diciéndole así: Unámonos en juramento y
obliguémonos mutuamente con blasfemias, prometiendo no
abandonar esta intención hasta dar por culminada nuestra obra.
A lo que se juramentaron todos, y se obligaron entre sí por
medio de conjuros blasfemos. Y era su número de doscientos,
que bajaron al monte Hermón en los tiempos de Jared. Diéronle
por nombre Hermón, porque allí se habían juramentado. Y éstos
son los nombres de sus cabecillas: Semjasa su general, y
Urakib, Arameel, Akibeel, Tamiel, Ramuel, Danel, Ezeqeel,
Saraqujal, Asael, Armers, Batraal, Anani, Zaqebe, Samsaveel,
Sartael, Turel, Jomjael, Arasjal... Estos y con ellos todos
los demás tomaron mujeres, y cada uno de ellos tomó una, y
tuvieron acceso con ellas y fueron impuros con ellas.
Enseñáronles las pócimas, las fórmulas de los conjuros y el
arte de cortar raíces y de conocer las especies de las plantas
curativas.>
(nota 1: Kautsch, Emil: Die
Apokryphen und Pseudepigraphen des Alten Testaments
[apócrifos y pseudoepigrafos del Antiguo Testamento], tomo
II, libro Henoch (Enoc); Tubinga 1900)
Continúa la narración de Enoc describiendo incluso las
funciones que desempeñaban tan insólitos ángeles. La
conspiración que se describe es, claramente, un motín. No
necesito poner en marcha mi fantasía, pues, para considerar
que esos doscientos ángeles distaban mucho de ser "ángeles" en
el sentido corriente. Ninguna de las características descritas
por Enoc responde a las de los ángeles bíblicos, seres siempre
benéficos y auxiliadores. Los ángeles de la Biblia no procrean
hijos, no seducen a las hijas de la tierra, ni se juramentan
con "blasfemias". Los ángeles de Enoc fueron unos amotinados
contra el Señor. Una considerable fuerza de doscientos
subordinados se rebeló contra su comandante, el cual - como no
ignora Enoc - acabaría por desaparecer en el espacio con su
nave dejando en tierra a los rebeldes.
¿Qué equipaje les quedaría a los amotinados, qué medios para
defender su existencia? Tendrían aún herramientas y algunos
medios técnicos, quizá vehículos-oruga, o algún artefacto
semejante a un helicóptero, pero nada que les permitiese
vencer las distancias interestelares. Pero les quedaba una
cosa más importante: ¡sus conocimientos! Algún motivo de peso
debieron tener los rebeldes para amotinarse. A lo mejor
estaban hartos de la interminable travesía (p.192)
espacial. O quizás el comandante los sometía a una disciplina
demasiado severa. También es posible que estuvieran hasta la
coronilla de las monótonas tareas de a bordo. ¡Todo esto no
pasa de ser una especulación! En todo caso, ahora se hallaban
en un planeta habitado por individuos muy semejantes a ellos.
Los rebeldes decidieron explotar a estos terrícolas, hacer de
ellos sus sirvientes y esclavos, para poder seguir llevando el
tren de vida a que estarían acostumbrados.
Los fuera de la ley no permanecieron juntos mucho tiempo.
Dividiéndose en varios grupos, s repartieron los utensilios de
que disponían y decidieron permanecer en contacto por radio,
para comunicarse las novedades. Luego partieron hacia todos
los puntos cardinales. Un grupo cruzó el océano hacia América
del Sur, el otro hacia Norteamérica, un tercero eligió la zona
del Pacífico, y otro el espacio asiático. El reparto de la
Tierra no representó ninguna dificultad para ellos. Hicieron
exactamente lo mismo que, miles de años más tarde, la
tripulación de la "Bounty", la nave inglesa cuyos hombres se
amotinaron en 1787 mientras navegaban por el Pacífico. Después
de apoderarse del barco, se dispersaron en el Pacífico Sur,
cada uno de ellos decidido a convertirse en rey independiente.
Algunos consiguieron realizar su sueño, mientras otros
perecían a manos de los indígenas.
Así debió ser. y uno de los equipos descritos por Enoc, al
sobrevolar Cachemira, debió darse cuenta de la indescriptible
belleza del país, así como de su clima ideal. ¡Allí sí que
estarían bien! Pero, ¡oh espanto!, hace tres mil años, o
cuando fuese, porque no me fío de las dataciones bíblicas, en
el valle de Cachemira no vivía nadie: no había seres humanos
ni, por consiguiente, espíritus serviciales. Los señores de
otros planetas, acostumbrados a la buena vida, no podían
imaginar un solo día sin servicios ni siquiera en sus peores
pesadillas. Pareciéndoles demasiado largo el sistema de criar
una casta de siervos haciendo que se multiplicase una sola
pareja, decidieron encaminar al valle de Cachemira una tribu
residente en Egipto. Aquél sería, pues, el país donde
corrieran la leche y la miel. Dicho y hecho. ¡Los amotinados
condujeron a los israelitas de Egipto a la meseta india! Por
eso fue necesario poner indicadores visibles en forma de
columnas de humo y de fuego. Sin estas señales, no habrían
llegado nunca. Marchar a través del desierto es más difícil
(p.193)
que recorrer un laberinto. Los "dioses" hubieron de intervenir
con su ayuda, en algunos casos decidiendo incluso las
batallas, para que los futuros sirvientes llegasen intactos y
victoriosos a la meta.
Estas o parecidas ideas iba yo hilvanando durante el largo
viaje; pero también pensaba en lo siguiente:
[Tesis de Cachemira sin
población hasta llegaron los judíos]
Para llegar a Cachemira hay que cruzar la cordillera de Pir
Panjal. El más bajo de los pasos practicables tiene la no
desdeñable altitud de 2.510 metros; hoy día se cruza a 2.180
metros por el túnel de Banihal. Esa barrera de montañas es
probablemente la causa de que Cachemira estuviese deshabitada
hace milenios.
Siguiendo con el hilo de nuestra elucubración, ahora los
israelitas tenían su tierra prometida y podían trabajarla para
sí mismos y para su "Señor". Entonces, lo mismo que hoy, los
israelitas o israelíes eran un pueblo laborioso, disciplinado
e inteligente, y sin duda fue por estas cualidades que los
amotinados lo eligieron. Con la ayuda necesaria, en poco
tiempo crearon templos, palacios, jardines. El valle de
Cachemira se convirtió en un paraíso.
Estas especulaciones, ciertamente audaces, no dejan de
plantear algún problema. Según los exégetas bíblicos, el rey
Salomón (aprox. 965-926 a.d.C.) hizo construir un templo en
Jerusalén. Pero, ¿no habíamos quedado en que Salomón, lo mismo
que su predecesor David, formaba parte del grupo que fue
encaminado a Cachemira? ¿O es que Salomón tan pronto residía
en Cachemira como en Palestina? ¡Nadie puede estar al mismo
tiempo en dos lugares distintos! ¡Aunque quizá sí, tratándose
de Salomón!
Salomón, el rey volador
[¿Fue rey Salomón un dios
Salomón con "carro celeste" viajando entre Jerusalén y
Srinagar?]
La Kebra Negest es la tradición más antigua del pueblo etíope.
En sus capítulos trigésimo, quincuagésimo segundo,
quincuagésimo octavo, quincuagésimo noveno y nonagésimo cuarto
se extiende ampliamente sobre un "carro celeste" que el rey
Salomón heredó de sus predecesores y utilizó a menudo (la
historia de este vehículo está detallada ampliamente en [el
libro de Däniken] "Profeta del pasado").
<el rey y todos los que secundaban sus órdenes volaron con
el carro sin sentir enfermedad ni (p.194)
dolencia, ni hambre ni sed, ni sudor ni fatiga, recorriendo en
un día la distancia de noventa jornadas.>
(nota 2: Kebra Negest, tomo
23, apartado 1: Die Herrlichkeit der Könige. Abhandlungen
der Philosophisch-Philologischen Klasse der
Königlich-Bayerischen Akademie der Wissenschaften [el
esplendor de los reyes, investigaciones de la clase de
filosofía y filología de la academia científica de Bavaria
real])
La distancia entre Jerusalén y Srinagar es de apenas cuatro
mil kilómetros. Tal distancia no se recorrería a pie en tres
meses. En jornadas de veinte kilómetros se habrían cubierto
seiscientos kilómetros en un mes, o sea mil ochocientos
kilómetros en tres meses; tengamos en cuenta, además, que los
caminos en la tierra suelen ser mucho más largos que las
distancias a vuelo de pájaro. Pues esa es la distancia que
Salomón, según la Kebra Negest, cubría en una sola jornada con
su carro.
Si el rey volador hubiera estado en el aire sólo doce de las
veinticuatro horas, resultaría para su vehículo una velocidad
de ciento cincuenta kilómetros por hora; suponiendo que volase
sólo ocho horas al día, aún nos resultarían doscientos
veinticinco kilómetros por hora en promedio, que no es la
velocidad de un reactor, pero suficiente para alternar varias
veces al mes entre Jerusalén y Srinagar.
Suponiendo que el rey Salomón hiciera escala, aproximadamente,
a medio camino entre Cachemira e Israel, tendríamos (quizás)
en el actual Irán testimonios de tales aterrizajes. En
aquellos tiempos, los vehículos voladores no serían cosa de
todos los días, y no sería posible aterrizar y despegar sin
llamar la atención de la población.
[Otro monte "trono de
Salomón" existe también en Irán - templo con culto del agua
y el fuego]
Efectivamente, al noroeste del Irán y a 2.200 metros de altura
tenemos la cumbre "Takht-i-Suleiman", "trono de Salomón" lo
mismo que en Srinagar. El "trono de Salomón" iraní está
coronado por un templo sasánida que se dedicaba al culto del
agua y el fuego. ¿El agua y el fuego? Elementos mal avenidos,
por cierto. Cuando se encuentran, se produce vapor. ¿Sería una
máquina de vapor el vehículo de Salomón? ¿Se conocerían los
principios de tal máquina antes de que los redescubriera el
francés Denis Papin (1647-1712)? ¿Sería por esa maravilla que
se rendía culto al fuego y al agua?
Lo más curioso es que una montaña vecina lleva el nombre de
"Zendan-i-Suleiman", lo cual significa "cárcel de Salomón". A
lo mejor equivocó la maniobra el piloto y tuvo allí un
aterrizaje forzoso.
Dejando de lado nuestras audaces fantasías, limitémonos a
recordar que hay sendas montañas de Salomón en Irán y en
Srinagar, ambas en su tiempo portadoras de templos dedicados a
Salomón (p.195).
En Irán la edificación ya no se conserva, mientras que el
templo de Srinagar todavía existe y, varias veces restaurado,
funciona. De paso, mi suposición explica por qué Salomón tuvo
que contratar arquitectos y constructores del país vecino, el
Líbano, para la edificación de su templo; los suyos estaban
ocupados en Cachemira.
Hipótesis y algún que otro
hecho
[Jesús migró a Cachemira con
su madre María]
Que estas hipótesis, que tal vez corten el resuello a alguno
de los que me leen, tienen que ver con mis extraterrestres, es
evidente. Mucho menos evidente es que tengan algo que ver con
Jesús, que vivió mil años más tarde. Antes de tener hechos
tangibles, hice girar mi rueca con el hilo de la especulación.
La secta de los esenios del mar Muerto, obedientes a la ley
mosaica, sabía que al menos una tribu de los israelíes residía
en la lejana Cachemira (nota 3: Stoll, Heinrich A.: Die Höhle
am Toten Meer [la cueva en la región del Mar Muerto]; Hanau en
el río Main [Meno], 1962). Conocía viejos escritos de la época
del reinado de Salomón, y sabía de sus relaciones asiáticas;
también es posible que en tiempos de Jesús existieran aún
contactos entre los esenios y los emigrantes de Cachemira. He
aquí mis suposiciones sobre cómo y por qué pudo Jesús llegar a
Cachemira:
-- Jesús fue crucificado a mediodía del viernes. El sábado,
séptimo día de la semana, empezaba la medianoche siguiente;
era un día de descanso, santificación y renovación espiritual.
Los ocupantes romanos tenían la prudencia de acatar ese
mandamiento. Por eso, el sábado no debía quedar ningún reo en
el lugar del suplicio. Los historiadores han demostrado que,
contrariamente a lo que suele creerse, la crucifixión no
significaba una muerte inevitable, sino más bien un bárbaro
tormento, al que un organismo fuerte y dominado por una férrea
voluntad podía sobrevivir, sin embargo.
-- La Biblia relata que un legionario romano dio una lanzada
en el costado de Jesús, y que manó sangre y agua. Por tanto,
Jesús no había muerto. José y Nicodemo, que habían acudido en
compañía de algunas mujeres, entre ellas la madre de Jesús,
fueron autorizados a descolgar al Maestro. La soldadesca
romana dejó actuar a los hombres creyendo que el supliciado
había muerto, y aquéllos cubrieron el cuerpo y trataron las
heridas con bálsamo y hierbas... en un lugar secreto, que tal
vez sería un monasterio de los esenios (p.196),
entre los cuales había excelentes médicos. Sólo así se
entiende el texto bíblico: Cuando las mueres se acercaron al
sepulcro, dos jóvenes les preguntaron: "¿Para qué andáis
buscando entre los muertos al que está vivo?" (Lucas, 24,1)
-- El evangelista Juan no sabe nada de una ascensión a los
cielos, y los relatos de Mateo, Marcos y Lucas son
contradictorios. Lo que sí refiere la tradición bíblica, es
que después del descendimiento Jesús se dejó ver por sus
discípulos, y que el incrédulo Tomás incluso pudo tocar las
heridas se sus manos y pies.
-- Los romanos se enteraron de que Jesús vivía, y empezaron a
buscarle. Como persona conocida en toda la ciudad, Jesús no
podía dejarse ver en público. Lo cual era difícil, pues
alrededor de lo que es actualmente Israel todos los países
eran territorio dominado por los romanos: al sur, Egipto; al
norte, el Líbano y Turquía; al oeste Europa. Sólo quedaba un
camino para escapar: ¡hacia el oriente! ¿Actuó entonces de
nuevo la quinta columna de los esenios? ¿Aconsejaron ellos la
huida a Cachemira, garantizándole a Jesús que allí hallaría
correligionarios?
-- Los romanos enviaron al esbirro Saulo, militar
especializado en perseguir a los cristianos. Astutamente,
Saulo comprendió que Jesús escaparía a la persecución hacia el
este, vía Damasco. Pero ante Damasco, Saulo cayó en una
emboscada: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (Hechos de
los Apóstoles, 9,4)
En la entrevista subsiguiente, sin duda Jesús logró convencer
al agente romano de que su persona ya no era peligrosa y se le
podía dejar continuar camino.
-- A partir de este encuentro, Saulo se llamó Paulo y se
convirtió en misionero entre paganos, después de haber sido el
primer pagano converso por Jesús mismo. Paulo, pues, se dedicó
a propagar la doctrina de Jesús, según la cual todos son
iguales ante Dios, idea que torcidamente interpretada se
convierte en un explosivo programa político. Los viajes
misioneros de Paulo fueron acompañados de rebeliones de
esclavos, motivo suficiente para que los primeros emperadores
de nuestra era lanzasen sangrientas persecuciones contra la
nueva religión. Finalmente, el romano Saulo / Paulo fue
crucificado cabeza abajo, castigo adecuado para un traidor,
que lo era a los ojos de los romanos.
-- Tal vez María, la madre de Jesús, no resistió las fatigas
del (p.197)
viaje. ¿Murió quizás a pocos kilómetros al oeste de la actual
Rawalpindi, en el Pakistán? Al menos, allí existe aún la
capilla "Mai Mari", "último descanso de María".
-- De acuerdo con las opiniones de los hindúes, Jesús continuó
viaje hasta llegar a Cachemira, con lo que se libraba de sus
perseguidores romanos. Sin duda, fue acogido amigablemente por
la comunidad exiliada, regida por las severas reglas de los
esenios, se casó y murió a edad avanzada, rodeado del respeto
tanto de los hombres sencillos como de los poderosos.
Estas ideas, espigadas de entre las lecturas y los indicios, y
plagadas de interrogantes, me movían a buscar rastros
tangibles (p.198).