Erich von Däniken:
Viaje a Kiribati - extraterrestres
6. El crepúsculo de
los dioses
[6.2. Perú: Museo de Ica con
cráneos deformados - ¿copiado de Egipto para ser
sacerdotes?]
Museo de Ica, cráneo largo deformado 01 (p.285)
|
Museo de Ica, cráneo largo deformado 02 (p.285)
|
de: Erich von Däniken: Viaje
a Kiribati: 6. El crepúsculo de los dioses; Ediciones
Martínex Roca, S.A.; Gran Vía, 774, 7º; 08013 Barcelona;
ISBN: 84-270-0684-5
presentado por Michael
Palomino (2011)
[6.2. Perú: Museo de Ica con cráneos deformados -
¿copiado de Egipto para ser sacerdotes?]
En el museo de Ica me
contemplan unos cráneos extrañamente deformados
Espero al profesor Cabrera. Desde las vitrinas del museo me
contemplan las calaveras halladas en los antiguos sepulcros de
los alrededores de Ica. Están deformadas. La anomalía empieza
en las sienes; los cráneos se alargan hacia arriba como el
abdomen de un tábano monstruoso. Su volumen triplica a veces
el de un cráneo normal (p.284).
En los libros de los sabios se encuentra la siguiente
explicación para estas deformaciones:
Los sacerdotes de los inca elegían a muchachos de tierna edad
y encerraban entre tablas acolchadas sus cráneos no
calcificados todavía. A través de unas bisagras se pasaban
correas que estrechaban cada vez más el recinto. Se ve que
algunos niños consiguieron sobrevivir al torturante
procedimiento, pues de lo contrario no veríamos cráneos de
adultos.
La contemplación de estas cabezas monstruosas que parecen
haber salido de la terrorífica novela "Frankenstein", de Mary
Shelley (1797-1851) me sugiere una serie de preguntas.
¿Por qué y para qué se llevaban a efecto estas crueles
acciones rituales? ¿Cómo se llegó a la perversa idea de
deformar así los cráneos de los niños? Tales deformaciones no
son una exclusiva peruana, pues aparecen también entre los
maya de Centroamérica, entre los indios "flathead" (cabezas
planas) del noroeste de los Estados Unidos, y también en el
antiguo Egipto.
(nota 13: Dingwall, E.J.:
Artificial Cranial Deformation [deformación artificial de
cráneos]; Londres 1931)
Parece como si estas naciones intentaran imitar o copiar algo.
¿Será cierta la versión - pues nadie estuvo allí para verlo -
de que los deformados eran seleccionados para convertirlos en
sacerdotes y sumos sacerdotes? ¿Era necesario mutilar a los
niños para que sus cráneos deformes se pareciesen, quizás, a
los de los antiguos dioses? ¿Se había entrado en contacto con
seres de una inteligencia superior, a los que se respetaba,
tratando de parecérseles al menos exteriormente? ¿Utilizaban
los sacerdotes este bárbaro artificio para fingir, mediante
una máscara obtenida en propia figura, que poseían los poderes
omnímodos atribuidos a los personajes ya desaparecidos? ¿O
simplemente intentaban distinguirse así de las gentes comunes,
pretendiendo haber sido señalados por los poderes
sobrenaturales? Es posible, pues se asegura que las
deformaciones se practicaban en secreto.
Si esos indignantes testimonios de un pasado brutal se
encontrasen "en un solo" ámbito cultural, cabría atribuirlos a
especiales motivos religiosos, pero la realidad es que se
presentan en zonas muy alejadas entre sí, e incluso en
distintos continentes. ¿Se practicaban estas deformaciones
para copiar la cabeza observada en aquellos seres cuando éstos
vivían entre los hombres? ¿Se trataba de salvar algo del
prestigio de aquéllos como testimonio, al menos (p.286)
óptico, para las generaciones futuras? Si se pudiese contestar
afirmativamente a una sola de estas preguntas, tendríamos en
esos cráneos un indicio significativo acerca del aspecto de
los extraterrestres que en épocas inmemoriales honraron con su
presencia a nuestros antepasados (p.287).