Sellos de
rodillos de los sumerios con muchos símbolos
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Sello de rodillo
de los sumerios (01) con seres humanos,
ganado, y una persona volante en un pájaro
(p.28)
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Däniken indica que las primeras tres fotos de
sellos de rodillos son <con figuras aladas,
estrellas y esferas. ¿Son todas estas cosas
"abstracciones"?> (p.28)
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Sello de
rodillo de los sumerios (02) con dioses y
animales alados, y con escritura
cuneiforme (p.28)
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Sello de
rodillo de los sumerios (03) con dioses,
dioses cazadores, animales alados y
símbolos (p.28)
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Sobre los seis sellos de rodillo
siguientes Däniken indica:
<Los sellos
de rodillo, primeras miniaturas conmemorativas
de la Antigüedad, son testimonios fehacientes
de una remota visita de los dioses, venidos
del cosmos. Hasta ahora no se ha ofrecido una
explicación aceptable de los motivos
representados, a menos que se tome en serio el
manido tópico de "figuras mitológicas". Entre
otras cosas, llaman sobre todo la atención
diversos temas relacionados con el espacio:
sistemas planetarios, esferas aladas, figuras
flotantes y artefactos de aspecto "técnico".
(p.29)
Sello de rodillo de los sumerios (04),
detalle (p.29)
Sello de rodillo de los sumerios (05) con
dioses y símbolos, y con
escritura cuneiforme
(p.29)
Sello de rodillo de los sumerios (06) con
dioses diversos (p.30)
Sello de rodillo de los sumerios (07) lleno de
símbolos (p.30)
Sello de rodillo de los sumerios (08) con dioses y
animales alados, y con
escritura cuneiforme (p.30)
Sello de rodillo de los sumerios (09) con dos
personas con cascos y el planeta alado en
la mitad encima (p.30)
Y sobre los últimos sellos de rodillo de
los sumerios Däniken indica:
Podría componerse fácilmente un libro de
sumo interés sólo con las imágenes que
decoran los sellos sumerios de rodillo. En
estas pocas páginas puedo únicamente dar a
mis lectores una idea sucinta de la
fascinante homogeneidad de los motivos.
¡Ojalá a algún profesor de bioquímica se
le ocurriera la originalidad de sugerir a
uno de sus estudiantes con iguales
conocimientos técnicos el tema de los
sellos de rodillo como materia de tesis!
(p.36)
Sello de rodillo de los sumerios (10)
con leones alados con penes grandes hablando
con el globo alado con el dios Anu (p.34)
Sello de
rodillo de los sumerios (11) con dos
dioses con un árbol central
Sello de rodillo de los sumerios (12) con
un dios con cabeza de caballo y con leones
o perros alados a sus dos lados (p.35)
Sello de rodillo de los sumerios (13) con
dioses con cascos y con colas (p.35)
Sello de rodillo de los sumerios (14) con un
dios a caballo, una diosa caminando, más
animales y los símbolos tradicionales
-- el Sol
(Shamash),
-- el
Globo Alado (el Duodécimo Planeta, la
morada de Anu),
-- la
Luna creciente y
-- un
símbolo consistente en siete puntos
[web03] (aquí solo hay seis puntos [?])
(p.35).
Sello de rodillo de los sumerios (15) con
dos dioses como hombres, un perro gigante y
un caballo a dos (p.36)
Sello de rodillo de los sumerios (16) con
dos dioses como hombres y animales (p.36)
Sello de rodillo de los sumerios (17) con un
dios como hombre y dios dioses mitad león
mitad hombre con alas (p.36).
Sello de rodillo de los sumerios (18) con
tres dioses como hombres gigantes (p.36)
Sello de rodillo de los sumerios (19) con
dioses mitad caballo mitad hombre cada uno
con 4 alas (p.36)
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Sello
de rodillo de los sumerios (20) con un
dios grande, con un avión con figuras,
con el sol y el símbolo de 7 puntos
(p.37)
Däniken indica:
Dioses
en una "máquina voladora" sobre el
Árbol de la Vida y la media luna. No
se ha dado ninguna explicación
convincente de los objetos a modo de
cohetes y de las esferas flotantes,
que aparecen en la parte izquierda del
grabado (p.37).
Otra vez hay el
símbolo consistente en siete
puntos [web03]
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Sello
de rodillo de los sumerios (21) con
dioses y una hélice (p.37)
Däniken indica:
<Dioses
mitológicos
con alas. Arriba, un aparato volador
con esferas. ¿De dónde sacaron los
artistas inspiración para estos
motivos? (Museo Británico,
Londres)> (p.37).
[Probablemente eso es otra hélice de
ADN].
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¡No sólo caballeros!
Los mitos sumerios nos hablan de dioses que recorrieron el
cielo en barcas y naves de fuego, bajaron a la Tierra y
fecundaron a nuestros antepasados, para regresar después a
las estrellas. La misma tradición sumeria afirma que los
dioses trajeron a nuestro mundo la escritura y enseñaron a
los hombres a trabajar el metal.
Utu, dios del sol, Inanna, diosa de Venus, y Enlil, dios del
aire, vinieron del cosmos. Enlil violó a la doncella
terrestre Meslamtaea, introduciendo en ella a la fuerza el
semen divino. No todos los dioses se comportaron en las
leyendas como caballeros... (p.24)
[La civilización de los
sumerios: sellos, cerámica y armas]
Los inteligentes sumerios
Todas las fechas referentes a la historia del pueblo sumerio
son inciertas, con márgenes de error que pueden llegar a
centenares de años. Los sumerios emigraron probablemente del
Asia central a Mesopotamia hacía 3300 a.d.C. Por entonces,
cuando aún Europa dormitaba en el neolítico, surgió en el
seno de la civilización sumeria la escritura. Es posible
que, para administrar convenientemente los bienes de sus
templos, necesitaran de expedientes sellados y registros de
cuentas. Con la invención del torno manual de alfarero vino
el desarrollo de la cerámica, y la técnica de perforar la
piedra trajo consigo la aparición y comercio de armas.
Hacia el año 3000 a.d.C. la inteligencia de los sumerios
fructificó en un nuevo arte: la fabricación de sellos de
rodillo. Éstos eran una especie de matasellos cilíndricos de
uno a seis centímetros de largo que, por su gran valor,
pendían de una cadena sujetos al cuello de sus propietarios.
Con dichos cilindros se estampaban motivos pictóricos sobre
vasijas de barro, se sellaban documentos o se rubricaban los
recibos de los impuestos pagados en los templos que servían
de oficinas de recaudación en aquel tiempo. Los sellos de
rodillo eran siempre trabajados con arte; en los más
antiguos de los hallados aparecen figuras y símbolos
mitológicos. Hombres pájaro, animales fabulosos y esferas
celestes constituyen los motivos predominantes.
[¿Dibujos abstractos? - no
posible]
Se ha dicho que tales imágenes no son otra cosa que
abstracciones. Yo me pregunto cómo es posible que los
sumerios iniciaran su arte con abstracciones, siendo así que
la abstracción se considera como una etapa superior en toda
actividad artística.
[El dios Shamash / Utu]
El dios gigante Shamash / Utu, relieve [1]
Vemos al dios Shamash (es también llamado Utu, dios del sol
[web01]) representado en forma humana, con teas [velas
grandes] encendidas sobre su espalda y sosteniendo en la
mano un extraño objeto; ante él brilla una estrella de la
que parte hacia abajo (¿hacia la Tierra?) una línea recta.
Shamash se apoya con un pie sobre una nube, mientras que el
otro descansa sobre una montaña; lo enmarcan dos curiosas
columnas sobre las cuales vemos unos animales pequeños en
actitud como de guardia. En el Museo Británico de Londres se
conserva uno de estos sellos de rodillo, al que se bautizó
con el nombre de "La tentación". Dos personajes vestidos
aparecen sentados el uno frente al otro, y a uno de ellos le
salen de la cabeza unos cuernos en forma de antenas; en
medio de ambos crece un árbol estilizado, con sus ramas, y
al pie del tronco se retuerce una serpiente. ¿Por qué
llamarlo "La tentación"? ¿Acaso los que le dieron este
nombre pensaban en la tentación del Paraíso? ¡Pero este
sello resulta ser mucho más antiguo que el Génesis de
Moisés! Yo me atrevo a ver en él otro tipo de "caída": un
dios (astronauta) imparte (p.26)
conocimientos a su discípulo. ¿No le estará tal vez
explicando el modo en que puede ponerse en contacto con él,
siempre que lo desee, merced a antenas de alta frecuencia?
Reproducimos aquí los grabados de algunos sellos sumerios y
babilónicos que invitarán al lector a reflexionar y hacer
comparaciones (p.27).
<Este
es el comienzo de su obra. Ahora ya nada les será imposible
de cuanto proyecten hacer.> (Génesis 11,6)
[1952: bomba de hidrógeno
con ciencia secreta - ciencia genética en el futuro
también va a ser secreta - un virus puede ser la arma]
Hasta que en noviembre de 1952 los EE.UU. hicieron estallar
la primera bomba de hidrógeno en la zona de las islas
Marshall, los descubridores de dicha arma nuclear trabajaron
cercados por alambradas y bajo el más estricto secreto. Así
trabajan hoy también genetistas y biólogos en sus
laboratorios para investigar los factores que intervienen en
la herencia biológica, pues la bomba de hidrógeno del futuro
se llama "código genético". Un virus cultivado
artificialmente y esparcido en la atmósfera por una
organización anárquico-criminal podría significar el fin de
la humanidad.
[Fantasía de la luna de
1969]
Cuando en 1969 los astronautas del primer viaje lunar
regresaron a la Tierra, pasaron tres semanas en cuarentena:
se temía una posible transmisión de virus extraterrestres
contra los que el organismo humano pudiera estar sin
defensa.
[Los "astronautas" solo fueron paracaidistas porque no es
posible ir a la luna, pero fue un teatro 3 semanas en una
cuarentena].
En la actualidad, sin embargo, ya se están produciendo virus
sintéticos.
Los virus sintéticos
[Producen vida nueva con un
virus en 1967 - producen un gen en 1970]
En 1965, el profesor Sol Spiegelmann de la universidad de
Illinois [en los "EUA"] consiguió aislar el virus llamado
Phi-Beta, resultado imposible de obtener en la naturaleza,
ya que el virus natural se reproduce ininterrumpidamente. En
1967, unos científicos de la universidad de Stanford en Palo
Alto, California, lograron sintetizar el núcleo
biológicamente activo de un virus. Conforme al modelo
genético de la especie vírica Phi X 174, montaron a base de
nucleótidos una de esas moléculas gigantes que intervienen
en todo fenómeno vital: ADN (ácido desoxirribonucleico). Los
hombres de Palo Alto injertaron núcleos sintéticos de virus
en células-huéspedes: los virus artificiales se
desarrollaron allí con toda normalidad, obligando a sus
huéspedes a producir millones de nuevos virus. Entre tanto,
el profesor Arthur Kornberg, premio Nobel, conseguía
descifrar, entre millares de combinaciones, el código
genético del virus Phi X 174. En los laboratorios de
California se había podido "fabricar" vida.
Según la definición clásica, sin embargo, un virus no es un
"ser vivo", al faltarle las características esenciales de la
vida: transformación de materia y energía, es decir, un
desarrollo. Un virus no come ni expulsa nada. Es un mero
parásito que se multiplica en otras células por
reproducción. Así pues, podemos respirar tranquilos: el
hombre no ha logrado crear vida. ¡Gran error! En mayo de
1970, Har Gobind Khorana de la universidad de Wisconsin,
asimismo titular del premio Nobel (p.31),
comunicó a la Federación de Federation of American Societies
for Experimental Biology ["
Asociación
Americana para Biológica experimental"] que le
había sido posible producir un GEN (elemento informador de
la herencia biológica). Su colega Salvador E. Luria
declaraba:
<Al menos teóricamente, el hombre hecho a medida se ha
convertido en una realidad antes de lo que habíamos
pensado.>
¿Llegaremos algún día en la práctica a fabricar hombres a
medida?
Desde mediados del siglo XIX sabemos que la célula es
portadora de todas las funciones vitales. Las células se
reproducen a miles de millones por división; cada una de
ellas es un elemento constitutivo de la estructura total del
organismo. Si se quisiera modificar éste, habría que
comenzar por sus unidades más simples, las células. De aquí
precisamente han partido todos los grandes descubrimientos
biológicos de nuestro tiempo; sólo con la ayuda del
microscopio electrónico ha podido el hombre por fin asomarse
al mundo maravilloso de la célula. Se ha descubierto que a
cada especie de ser viviente corresponde un número y forma
constante de cromosomas: éstos son componentes del núcleo
celular, que lo colorean. Los genes contenidos en los
cromosomas se hallan programados para transmitir
determinados caracteres hereditarios. Pero, ¿de qué está
hecho un gen?
El hombre programado
James D. Watson, Francis H. C. Crick y Maurice H.F. Wilkins
recibieron el premio Nobel, en 1962, por haber encontrado la
respuesta a dicha pregunta. Estos tres hombres demostraron
que dentro de cada gen las moléculas adoptan la forma de una
doble espiral, conocida ya universalmente por el nombre de
"doble hélice". La doble hélice del ADN se compone de
moléculas de azúcar y ácido fosfórico; a la estructura de la
molécula de azúcar pertenecen también (p.32)
las cuatro bases llamadas adenina, guanina, citosina y
timina. Watson y sus colaboradores observaron que el orden
de estas cuatro bases en el ADN es fijo, pues las moléculas
de azúcar y ácido fosfórico se desarrollan a partir de
dichas bases conforme a un patrón ya establecido. Este
orden fijo, pero variable según los organismos, determina a
su vez la disposición de los 20 o hasta 30 aminoácidos
existentes en una molécula proteínica. De aquí se deduce,
pues, lógicamente, que para modificar la estructura de un
ser vivo debería también variarse el orden de las bases en
el ADN. Esta conclusión teórica es fácil de sacar, pero su
aplicación práctica resulta increíblemente ardua. Una
macromolécula ADN (un factor hereditario contenido en el
gen) consta de muchos miles de nucleótidos. (Un nucleótido
se compone de una de las cuatro bases mencionadas junto con
moléculas de azúcar y ácido fosfórico). En un solo gameto o
célula germinativa se contienen unos mil millones de bases
de nucleótidos emparejadas y repartidas entre 46 cromosomas.
Dado el infinito número de posibilidades de combinación,
parece casi imposible poder llegar primero a descifrar y
luego a modificar las informaciones (tocantes a la herencia)
programadas en el gen.
A pesar de todo, estoy convencido de que los especialistas
en genética molecular, que trabajan hoy con el mismo ahínco
con que antes lo hicieran los descubridores de la bomba de
hidrógeno, lograrán en los próximos años descifrar el código
genético de los organismos más sencillos y podrán, en
consecuencia, modificarlos. El profesor Marshall W.
Nirenberg, del National Institute of Health ["
Instituto Nacional de Salud"],
que contribuyó decisivamente al descubrimiento del código
genético, tiene la seguridad de que en los próximos veinte
años será ya posible programar células con informaciones
genéticas prefabricadas. Una vez dado el primer paso, a
saber, la modificación de organismos simples, no tardará en
darse el segundo, que consistirá en introducir cambios
genéticos en seres vivos de gran complejidad, como el
hombre. No en vano vivimos hoy en la era de los ordenadores
electrónicos, capaces de ayudar a los científicos a resolver
en un tiempo mínimo los millones y millones de operaciones
resultantes de la riqueza combinativa del código genético.
[¿Fueron los
extraterrestres que han dado la inteligencia al hombre
manipulándolo genéticamente?]
Pero, ¿qué tiene que ver esta breve y rápida incursión en el
campo de la genética molecular con mi libro? Mucho,
muchísimo. Quisiera que el lector llegase a comprender la
relación que existe entre mi punto de vista y lo que
acabamos de exponer: la modificación de los factores
hereditarios será un día (¡también en nosotros mismos!)
realidad, como ya lo han demostrado las antedichas
investigaciones en genética fundamental. ¿Qué se opone
entonces a la posibilidad de que una inteligencia
extraterrestre - dueña de la técnica (p.33)
de los viajes espaciales y con miles de años de
investigaciones por delante de nosotros - nos aventajara
proporcionalmente también en el dominio de la genética
molecular? Con esto pretendo, entre otras cosas, hacer
frente a la presuntuosa opinión de que el hombre (terrestre)
es la cumbre y remate de la creación. Suponiendo, por el
contrario, que cosmonautas extraños a nosotros hubieran
poseído ya de antiguo esos conocimientos que nuestra
civilización apenas empieza ahora a vislumbrar, nada tendría
de sorprendente la hipótesis de que el código genético de
nuestros antepasados haya podido ser manipulado para
convertirlos en seres inteligentes.
Concedo que AÚN es sólo especulación mía esta idea de
que los euhomínidos fueron transformados en hombres
inteligentes merced a una mutación artificial de su código
genético. Los nuevos seres así manipulados se convirtieron
DE REPENTE, fuera por lo tanto del contexto del acto
creador, en inteligentes, conscientes de sí mismos, con una
memoria retentiva y un sentido de la artesanía y la técnica.
[¿Por qué hay formas como
hélices genéticas en los sellos de los sumerios?]
|
Palo con serpientes
(hélice de ADN) con dioses aladas en jarrones de
los sumerios del tiempo de Gudea de Lagash
[2] |
Los sellos sumerios de rodillo que representan el Árbol de
la Vida se nos ofrecen entonces bajo un nuevo aspecto: ¿no
nos recuerdan de alguna manera más o menos lejana la doble
hélice? (p.34)
¿Qué ocurriría exactamente en un planeta, ignorante de todo
progreso técnico, sobre el que viniera a aterrizar una nave
espacial? ¿Cómo se comportarían lugareños o soldados ante
tan formidable aparición? ¿Cuál sería la reacción de
sacerdotes, escritores, reyes o cualesquiera miembros de la
aristocracia intelectual de dicho planeta?
Algo prodigioso ha sucedido. Los cielos se abrieron. En
medio de un estruendo espantoso unos seres extraños
descendían dentro de una morada resplandeciente que se
deslizaba sobre una especie de rayo de fuego: eran dioses,
sin duda. Estupefactos y temerosos, los "nativos", al abrigo
de un seguro refugio, contemplaban a los recién llegados que
se movían con dificultad dentro de sus pesadas
indumentarias. Los habitantes de este planeta sólo conocen
la luz que alumbra sus propios hogares, la que despiden las
lámparas de aceite o las antorchas. Y aquí, ante sus ojos
cegados por el nuevo resplandor, la noche se torna más clara
que el día: los extranjeros disponen a su antojo de soles
divinos (los cosmonautas instalan un grupo de focos).
Ven también cómo estos seres provocan estallidos que
agrietan la tierra, señal inequívoca de su dominio de
fuerzas reservadas a los dioses (se trata de una ordinaria
explosión experimental para investigar las posibles riquezas
del subsuelo). luego los intrusos comienzan a lanzar rayos a
su alrededor (operan con rayos láser). Ahora los atónitos
espectadores apenas pueden dar crédito a lo que contemplan
sus ojos: ante ellos, con estrépito ensordecedor, se eleva
una auténtica nave celeste que lo mismo se desliza sobre la
superficie de las aguas que se yergue sobre las cumbres de
las montañas o desaparece entre las nubes (se ha puesto en
marcha un helicóptero).
Al propio tiempo oyen una voz poderosa y profunda, la voz de
un dios cuyos ecos resuenan hasta perderse en la lejanía (es
el comandante que transmite sus órdenes por altavoces).
Éstas son las impresiones que tal espectáculo provoca en los
habitantes de ese planeta adonde aún no han llegado los
progresos de la técnica. naturalmente, relatan a sus hijos y
a sus descendientes lo que vieron. naturalmente también, lo
plasman y narran en sus inscripciones, no sin adornar los
hechos con arabescos y símbolos religiosos. Transcurren
milenios. Hombres de ciencia encuentran e interpretan dichos
escritos. No comprenden los acontecimientos que se narran en
ellos: soles divinos, rayos que levantan la tierra, naves
celestes...
[¿Todo solo deberían ser
"alucinaciones"?]
Nuestros antepasados debieron sufrir alucinaciones, sin duda
fueron víctimas de algún extraño desvarío que les hizo ver
visiones sin sentido, puesto que no puede ser lo que no DEBE
ser, y como a pesar de todo los relatos han de ordenarse
sistemática y coherentemente, los especialistas no vacilan
en recurrir a las más osadas fantasías para hacer (p.38)
que estas incómodas "apariciones" resulten por lo menos algo
plausibles, de modo que el mundo pueda "creer" en ellas. Es
preciso apelar a religiones, cultos extraños, ideogramas,
etc., o incluso inventarlos AD HOC, cuando los datos
disponibles no encajan en ningún número de nuestro catálogo.
Y cuando por fin los antiguos textos se ajustan a estas
teorías "científicas", se nos obliga a creer dogmáticamente
en la "interpretación". Toda duda es herejía. Como colofón a
este método añadiría yo: "¡Prohibido terminantemente
pensar!" (p.39)