[6. Biblia
censurada y libros "apócrifos": el libro Enoc indica
astronomía y genética]
[El libro Enoc no tiene
original]
A la actividad moralizadora de los censores establecidos
en Roma (p.43)
hacia el año 440 a.d.C. sucedió con renovado vigor la de
las primitivas comunidades cristianas. Los encargados de
mantener y salvaguardar la Biblia eran al mismo tiempo sus
censores. No permitían que TODOS los manuscritos
existentes entraran a formar parte del Libro de los
Libros. Teólogos versados en la materia aseguran que
existen también unos libros llamados "apócrifos" (en
griego: escritos ocultos), es decir, escritos adicionales
de origen judío o cristiano no incluidos en el Canon
bíblico, documentos pseudo-epigráficos, manuscritos judíos
de antes o después de Cristo, que podrían pertenecer al
Antiguo Testamento, pero que no han sido incluidos ni en
la Biblia ni en el Canon de los escritos apócrifos
reconocidos por la Iglesia católica. Tal vez estos
documentos no fueran lo bastante "sagrados", a los ojos de
los censores bíblicos, como para merecer un lugar en
NUESTRO Antiguo Testamento.
Un libro vedado
Una de esas partes excluidas de la Biblia es el Libro de
Enoc (en hebreo: el iniciado, consagrado, bendito). Según
Moisés, Enoc pertenecía al grupo de los primitivos
patriarcas, anteriores al Diluvio, y era hijo de Yared.
Desde hace milenios, la figura de Enoc ha estado siempre
algo eclipsada por la de su hijo Matusalén (en hebreo:
hombre del proyectil), que al decir de la Biblia vivió
hasta la edad de 969 años. Después de haber servido a Dios
en la Tierra, el profeta Enoc fue llevado al cielo en un
carro de fuego. Por fortuna nos dejó sus anotaciones, que
nos permiten penetrar profundamente en los más antiguos
misterios de la astronomía, nos informan sobre el origen
de los dioses y nos proporcionan detalles sobre la
"Caída".
Parece ser que el Libro de Enoc fue primitivamente
redactado en lengua hebrea o aramea, pero hasta hoy no ha
sido posible hallar el manuscrito original; y si hubiera
sido por los Padres de la Iglesia, nadie habría oído
hablar jamás del Libro de Enoc. Mas he aquí que el destino
tiene sus caprichos: ¡la antigua Iglesia de Abisinia había
incluido el escrito de Enoc en su Canon! La noticia llegó
a Europa ya en la primera mitad del siglo XVII, pero sólo
en 1773 consiguió el explorador británico J. Bruce traer
un ejemplar del Libro de Enoc a Inglaterra. Posteriormente
empezaron a circular algunas versiones dudosas de la obra,
en latín. En 1855 el libro se tradujo por primera vez al
alemán en Francfort. Entre tanto se descubrían también
fragmentos de una antigua traducción griega. Al comparar
el texto etíope con el griego se vio que ambos coincidían,
lo cual nos permite suponer que poseemos un "auténtico
Enoc". (p.47)
[El libro Enoc indica una
astronomía y una genética]
Tengo en mis manos una traducción del Libro de Enoc,
editada en Tubinga en 1900. A mi entender, no se ha hecho
ninguna otra desde entonces. Es lástima, porque la versión
de Tubinga es complicada y retorcida. Los traductores de
fines del siglo pasado quedaban tan desconcertados y era
tal su perplejidad - ¡se comprende! - ante las series
astronómicas de cifras y las manipulaciones genéticas
descritas (todo ello explicable hoy) que para darnos, por
ejemplo, diez lineas del texto de Enoc, se veían obligados
a añadir, a modo de apéndice, por lo menos doble número de
líneas de explicaciones, presentando al mismo tiempo
diferentes posibilidades de traducción.
La ciencia secreta del
profeta Enoc
[Los capítulos
interesantísimos de Enoc]
Los capítulos 1-5
de Enoc nos traen el anuncio de un juicio universal. Se
afirma que el Dios Supremo abandonará su morada celestial
para mostrarse sobre la Tierra rodeado de sus huestes
angélicas. Los capítulos
6-16 describen la caída de los "ángeles rebeldes"
y citan por sus nombres a aquellos ángeles (astronautas)
que, desobedeciendo la orden de su Dios (comandante de la
astronave), se
unieron con las hijas de los hombres. En los capítulos 17-36
se narran los viajes de Enoc a diversos mundos y lejanos
firmamentos. Los
capítulos 37-71 contienen lo que podríamos llamar
"discursos gráficos", parábolas e imágenes de todas
clases, que los dioses relataron al profeta: Enoc recibió
el encargo personal de transmitirlas, ya que los hombres
de su tiempo no estaban capacitados para comprender sus
aspectos técnicos; de hecho, se destinaban a generaciones
futuras. Los capítulos
72-82 proporcionan datos sorprendentemente
precisos sobre las órbitas del Sol y de la Luna, días
intercalares, estrellas y la mecánica celeste en general,
añadiendo detalles geográficos concretos sobre el
universo. En los capítulos
restantes se reproducen las conversaciones de
Enoc con su hijo Matusalén, a quien anuncia el próximo
Diluvio. A modo de HAPPY END [fin feliz], el documento
narra cómo Enoc es llevado al cielo en un "carro de
fuego".
[Así:
Capítulos 1-5: anuncio del Dios Supremo
Capítulos 6-16: ángeles rebeldes bajando a la Tierra y
haciendo niños con las mujeres de los hombres (cambio
genético)
Capítulos 17-36: viajes de Enoc a diversos mundos
Capítulos 37-71: discursos gráficos, aspectos técnicos
para generaciones futuras
Capítulos 72-82: astronomía y mecánica celeste
Capítulos restantes: conversación de Enoc con su hijo
Matusalén anunciando el Diluvio - viaje de Enoc al cielo
con un "carro de fuego"].
Con los siguientes fragmentos literales del texto quisiera
yo aquí contribuir a que se conozca mejor el Libro de
Enoc, que antaño nos ocultaron los Padres de la Iglesia, y
también, haciendo honor a mi fama de ENFANT TERRIBLE
["niño raro"] y divulgador de inconcebibles "exégesis",
añadir algunos comentarios y nuevas sugerencias que a no
pocos han de parecer chocantes (p.48).
[Ejemplo de un viaje]
Capítulo 14:
<Me
llevaron al cielo. Penetré en él, hasta que me topé con un
muro hecho de piedras cristalinas y rodeado de lenguas de
fuego; y comenzó a inspirarme miedo. Atravesé las lenguas
de (p.48) fuego y me acerqué a una casa igualmente
construida de piedras cristalinas. Las paredes de aquella
casa se asemejaban a un pavimento cubierto de losas de
cristal, y el suelo era también de cristal. Su techo era
como la trayectoria de los astros de los rayos, con
centelleantes querubines atravesándolo. Un mar de fuego
rodeaba sus muros, y sus puertas despedían fuego.>
(p.48-49).
Una técnica desconocida
A mi juicio, el pasaje que precede deja muy pocas dudas
sobre el hecho de que Enoc fuera transportado desde la
Tierra en un vehículo de enlace hasta la nave nodriza, que
permanecía en órbita alrededor de nuestro planeta. El
brillo de la envoltura metálica de la nave espacial hizo
que al profeta le pareciera "construida como de piedra
cristalina". A través de un techo de vidrio de seguridad,
refractario al calor, podía ver las estrellas y
meteoritos, así como también contemplar los fogonazos que
despedían las boquillas de los reactores de otras
astronaves más pequeñas. ("Su techo era como la
trayectoria de los astros y de los rayos, con
centelleantes querubines atravesándolo"). Asimismo queda
Enoc deslumbrado por el resplandor de las paredes del
vehículo espacial, es decir, del lado que recibía
directamente los rayos del sol.
¿O acaso su asombro proviene de las cegadoras explosiones
de los cohetes que servían de freno? Sin duda le
atemorizaba tener que penetrar en el fuego. Así es mayor
su pasmo momentos después, al comprobar que el interior de
la "casa" está "frío como la nieve". Es claro que Enoc,
nuestro reportero, nada sabía aún de las posibilidades
brindadas por los reguladores de presión y
acondicionadores de aire, técnicas que, naturalmente,
dominaban los extranjeros.
[Ordenes del Poder
Supremo]
Capítulo 15:
<Y
oí la voz del Altísimo: "No temas, Enoc, hombre recto y
escritor de la justicia... Ve y diles esto a los
guardianes del cielo que te han enviado para que ruegues
por ellos: ¡Vosotros sois quienes debéis rogar por los
hombres, y no los hombres por vosotros!>
Es claro que Enoc está ahora ante el comandante, a cuya
presencia le han llevado los "guardianes". ¿Quiénes son
estos "guardianes"? De estos extraños personajes nos habla
ya Ezequiel, surgen también en la epopeya de Gilgamesh,
aparecen aquí y allá en los textos fragmentarios del
manuscrito de Lamek, uno de esos misteriosos rollos
encontrados en las cuevas de los altos acantilados que
bordean el mar Muerto. En el manuscrito en cuestión la
mujer de Lamek, Bat-Enosh, jura a su esposo haber quedado
encinta por (p.49)
causas enteramente naturales, y le asegura que nada en
absoluto ha habido entre ella y un "guardián del cielo".
¡Y ahora volvemos a encontrarnos con estos guardianes en
el relato de Enoc!
A propósito del profeta, el comandante de la astronave
menciona dos cosas que pueden darnos materia de reflexión:
primero, se dirige a él llamándole "escritor", es decir,
lo integra en la pequeña casta de los entonces versados en
la ciencia de la escritura; después, no sin manifiesta
ironía, añade que son los "guardianes" quienes deben pedir
por los hombres, y no éstos por los "guardianes". El
comandante explica a continuación lo que quiere decir con
sus últimas palabras:
<(Di
a los guardianes)... ¿Por qué habéis abandonado el alto y
sagrado cielo? ¿Por qué habéis dormido con las mujeres, os
habéis unido a hijas de hombres, las habéis tomado por
esposas y, remedando a los hijos de la Tierra, habéis
engendrado gigantes? Aunque erais inmortales, os habéis
manchado con la sangre de esas mujeres y habéis engendrado
hijos con la sangre de la carne, habéis deseado la sangre
del hombre y producido carne y sangre, como lo hacen
quienes son mortales y caducos.>
[La manipulación genética
de los hombres por niños con los extraterrestres]
Ahí tenemos, pues, los hechos: en comparación con los
habitantes de la Tierra, los viajeros del espacio vivían
mucho más tiempo, eran como inmortales. A lo que parece,
el comandante, mucho antes del encuentro descrito por
Enoc, había depositado en el Planeta Azul a una
tripulación o grupo de sus "guardianes", continuando él
luego su camino hacia nuevas y largas expediciones. A su
regreso le horrorizó comprobar que tales "guardianes" vivían en consorcio
con las hijas de los hombres. Se trataba, como es
natural, de gente enteramente preparada cuyos
conocimientos teóricos y prácticos no podían dejarles duda
alguna sobre las consecuencias que tendría su acción.
¡Y a pesar de todo cohabitaron con las mujeres en contra
de las órdenes recibidas! Si los "guardianes" poseían la ciencia
suficiente para modificar el código genético de los
hombres primitivos, sin duda un contacto sexual con
ellos - hecho que el comandante menciona expresamente -
fue ya posible en la segunda generación de estos
terrícolas manipulados. De todas maneras, dado
que los extraterrestres, merced a su diferente
constitución y posibilidades biológicas, gozaban de una
vitalidad mucho más duradera que la de los seres
encontrados en la Tierra, pudieron incluso esperar hasta
dos, tres o más generaciones de esta nueva estirpe humana
antes de entregarse ellos mismo al entretenimiento más
antiguo de todo ser viviente en nuestro mundo. Esto es lo
que tanto disgustó al comandante, como fácilmente se
comprende (p.50).
Capítulo 41:
<Vi
los espacios del Sol y de la Luna, los lugares de donde
salen y adonde regresan. Luego contemplé su esplendorosa
(p.50) vuelta, cómo un astro precede ordenadamente al
otro, y su grandiosa vía, y como no se salen de esta vía,
y nada añaden a ella ni quitan de ella... Después, el
invisible y visible rumbo de la Luna, que en cada lugar
hace su recorrido de día y de noche.> (p.50-51)
[Copérnico en 1534 -
Galilei en 1610 - Kepler en 1609]
Nicolás Copérnico escribió, en 1534, su obra principal
"Seis libros sobre las revoluciones de los cuerpos
celestes". En 1610, Galileo Galilei descubrió con la ayuda
de un telescopio fabricado por él mismo, las fases de
Venus y los satélites de Júpiter. Los escritos de ambos
astrónomos fueron puestos en el Índice de libros
prohibidos. Johannes Kepler descubrió a su vez en 1609 las
dos leyes que regulan el movimiento de los planetas, y fue
el primero que dio de ellas una explicación dinámica
deduciendo que los movimientos planetarios eran causados
por una fuerza procedente del Sol. Pero, ¡nuestro profeta
Enoc ignoraba todas estas cosas!
Capítulo 43:
<Vi
relámpagos y las estrellas del cielo, y cómo todas ellas
eran llamadas por su nombre, y se habían estimado sus
justas dimensiones, así como la fuerza de su luz, la
amplitud de su espacio y el día de su aparición.>
Ciencia antediluviana
[Libro Enoc: los nombres
de las estrellas fueron dados por los extraterrestres]
Es un hecho que los astrónomos clasifican los cuerpos
celestes tanto atribuyéndoles nombres según su magnitud
("se habían estimado sus justas dimensiones") y brillo
("la fuerza de su luz"), como también según sus
respectivos emplazamientos ("la amplitud de su espacio") y
el día en que los contempla por vez primera ("el día de su
aparición"). ¿Quién pudo proporcionar tales datos a un
profeta de antes del Diluvio, si no lo hicieron
cosmonautas extranjeros?
[Libro Enoc: el trueno y
el rayo es descrito de manera real]
Capítulo 60:
<Porque el trueno
tiene leyes fijas de las que depende la duración de su
sonido. El trueno y el rayo nunca están separados.>
Hoy es cosa sabida que el trueno se produce por la
repentina expansión del aire súbitamente recalentado por
el rayo y que su sonido se propaga a una velocidad
determinada (333 metros por segundo). El trueno obedece,
pues, a leyes fijas "de las que depende la duración de su
sonido". ¡Con cuánta anterioridad se habrían descubierto
muchas leyes naturales si estos textos no hubieran sido
rechazados por los censores bíblicos! (p.51)
[Libro Enoc: la jerarquía
de los "ángeles" - los "ángeles" enseñaron cosas a los
hombres]
Capítulo 69:
<Éstos
son los jefes de sus ángeles y los nombres de los que
mandan sobre 100, 50 y 10. El nombre del primero es Jequn: él es quien
sedujo a los hijos de los ángeles llevándolos a la Tierra
y corrompiéndolos por medio de las hijas de los hombres.
El segundo se llama Asbeel:
éste dio malos consejos a los hijos de los ángeles y
(p.51) les indujo a contaminar sus cuerpos con las hijas
de los hombres. El tercero se llama Gadreel: éste es el
que enseñó a los hijos de los hombres toda clase de golpes
mortales. También mostró a los hombres los instrumentos
del crimen, la coraza, el escudo, la espada de batalla y
todo tipo de instrumentos en general. El cuarto se llama Penemue: éste enseñó a
los hijos de los hombres a diferenciar lo amargo y
perverso, y les comunió todos los secretos de esta
ciencia. También enseñó a los hombres a escribir con
tinta y papel. El quinto se llama Kasdeya: éste
adoctrinó a los hijos de los hombres sobre toda suerte de
golpes mortíferos provenientes de espíritus y demonios,
sobre los ataques al feto en el seno materno, para
aniquilarlo, sobre la mordedura de las serpientes, los
efectos destructores del calor del mediodía y los súbitos
trastornos del alma.> (p.51-52)
Enoc refiere la ruina que los extraterrestres trajeron a
nuestro planeta. Hubo niños seducidos. Los hijos de los
hombres conocieron las armas y aprendieron a usarlas para
matar. ¿Acaso les instruyó también Kasdeya en métodos para
provocar el aborto ("los ataques al feto en el seno
materno, para aniquilarlo")? ¿O les inició en la
psiquiatría ("los súbitos trastornos del alma")?
[Libro Enoc: indicación
de la semana, del mes y del año con 364 días - el ritmo
de la luna]
Capítulo 72:
<Ese
día sale el sol por aquella segunda puerta y se pone por
occidente; regresa luego hacia el este para salir por la
tercera puerta 31 mañanas y volverse a ocultar por el
oeste del cielo. Ese día disminuye la noche y llega a
nueve partes, y el día cuenta también nueve partes, y la
noche se asemeja al día, y el año comprende exactamente
364 días. La longitud del día y la noche, y la brevedad
del día y la noche: su diferencia proviene de esa
rotación... En cuanto a la pequeña luna, cada mes son
diferentes su salida y su ocaso; sus días son como los
días del sol, y cuando su luz es uniforme equivale esta
luz a la séptima parte de la luz del sol, y de esa manera
sale... Una mitad de ella resalta con 1/7 de brillo, y
todo el resto de su disco queda vacío y oscuro a excepción
de 1/7 y 1/14 de la mitad de su luz...>
[El libro Enoc es para
las "generaciones futuras"]
En obediencia a las instrucciones del comandante anotó
Enoc literalmente todos estos datos para que pudieran
interpretarlos las generaciones futuras. Su pequeño
compendio de astronomía rebosa por todas partes de
cálculos fraccionarios y potencias, que increíblemente
reflejan las mismas conclusiones a las que el hombre ha
llegado con sus conocimientos actuales.
Antes de desaparecer con los dioses en el cosmos, Enoch
inculca a su hijo (p.52):
Capítulo 82:
<Y ahora, Matusalén,
hijo mío, te relato todo esto y lo escribo para ti; a ti
te lo he revelado todo y TE HE ENTREGADO LOS LIBROS QUE
REFIEREN TODAS ESTAS COSAS. CONSERVA, HIJO MÍO
MATUSALÉN, LOS (p.52) LIBROS ESCRITOS POR LA MANO DE TU
PADRE Y TRANSMÍTELOS A LAS FUTURAS GENERACIONES DEL
MUNDO.> (p.52-53)
[Censura: La iglesia
oculta el libro Enoc - 10 capítulos de Enoc están en el
AT por Esdras]
Prueba de lo "sagrada" que se consideró esta misión fueron
los Padres de la Iglesia. ¿Les preocupó tal vez que la
verdad fuera conocida demasiado pronto?
Sólo diez breves capítulos subsisten en el Antiguo
Testamento de todos los escritos de Esdras, constituyendo
el llamado Libro de Esdras. Esdras (en hebreo [significa]:
ayuda) era un sacerdote y escriba judío. En el año 458
a.d.C. acaudilló el segundo regreso de los judíos cautivos
en Babilonia a su ciudad santa, Jerusalén. (La fecha
es sincrónica con los datos de Ezequiel). Esdras consiguió
que la comunidad judía se comprometiera a observar la
Tora, es decir, la Ley de (p.53)
Moisés contenida en los cinco libros del Pentateuco
(p.54).