[4.9. Técnica: partículas más rápidas que la luz -
ir al pasado - filosofía sobre el tiempo]
Sommerfeld contra Einstein
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Arnold Sommerfeld, retrato [1] |
Alfred Einstein al cartel [2] |
¿Será desvarío preguntarse cuál fue la chispa inicial que
determinó el verdadero comienzo de ese ciclo?
Arnold Sommerfeld (1868-1951) tendría asegurado un puesto de
honor en la historia de las ciencias naturales, aunque sólo
fuese por el hecho de que tres de sus discípulos merecieron el
premio Nobel: Werner Heisenberg (1932), Petrus Debye (1936),
Wolfgang Pauli (1945). Otro de los alumnos de Sommerfeld, Hans
Albrecht Bethe, es uno de los físicos nucleares más
importantes, y dirige el departamento de Física teórica del
centro de investigación atómica de Los Álamos.
A este maestro de los famosos quizá podríamos considerarle
como uno de los que no fueron profetas en su tierra, si no
fuese además porque descubrió la mayor parte de las leyes que
rigen el número, longitud de onda e intensidad de las líneas
espectrales, lo que hizo de su obra ESTRUCTURA DEL ÁTOMO Y
LÍNEAS ESPECTRALES el libro de texto en Física nuclear durante
bastantes años.
Sin embargo, Sommerfeld tuvo mala suerte con otro de sus
descubrimientos, en primer lugar por adelantarse demasiado a
su época y luego por publicarlo poco antes de que Einstein
hiciera lo propio con su teoría de la Relatividad, que causó
un impacto sensacional en los medios científicos.
Sommerfeld postulaba la existencia de partículas más rápidas
que la luz, con la característica además de ir aumentando su
velocidad a medida que pierden energía (p.181).
Las audaces ideas de Sommerfeld pasaron inadvertidas en medio
del revuelo creado por la teoría de Einstein. Según éste, al
llegar la velocidad límite, que es la de la luz, las
partículas alcanzan una masa infinitamente grande.
¿Más rápidas que la luz?
Una vez expuesta a la luz una teoría, por especulativa que
sea, conserva su atractivo con sólo que tenga un poco de
verosimilitud. Desde que, a comienzos de siglo, Sommerfeld
publicó sus puntos de vista, generaciones enteras de físicos
han "remendado" la teoría de las partículas más rápidas que la
luz. Pero le estaba reservado a Gerald Feinberg, profesor de
Física teórica de la universidad de Columbia, Nueva York, el
poder relanzar la polémica en 1967 con un trabajo sobre las
partículas hiperlumínicas (nota 35: Feinberg, Gerald:
Possibility of faster-than-Light-Particles; In: Physical
Review, 1967). También fue el primero que les dio un nombre
concreto. Feinberg las llama TAQUIONES, de la raíz griega
TAQUI que significa "rápido". Una vez más hubo runrún entre
las filas de los físicos, pues ahora se argumentaba según
Einstein, diciendo que no pueden existir partículas más
veloces que la luz. Sin embargo, algunos físicos expertos en
partículas elementales han sucumbido a la fascinación de la
idea y opinan que los taquiones deben existir.
¿Es posible conciliar esta audaz hipótesis con la inconmovible
teoría de Einstein?
La teoría einsteiniana de la Relatividad dice que un cuerpo si
no alcanza la velocidad de la luz en UN sistema inercial
(sistema de referencia en el que no aparecen fuerzas de
inercia), tampoco puede tener velocidad superior a la de la
luz en OTRO inercial; por consiguiente, si al aproximarse a la
velocidad de la luz una partícula su masa se acerca a
infinito, nunca podrá alcanzar la "línea tope" de la velocidad
lumínica, ni menos superarla.
¡Aceleradas al 99,4% de la
velocidad de la luz!
¿Es verdad eso? La luz misma, cuando aparece y desaparece,
tiene comportamiento de partícula: sus fotones y neutrinos se
mueven a la velocidad de la luz, o mejor dicho, nunca tienen
(p.182)
otra velocidad. En un sincrotrón potente, como el del CERN de
Ginebra, se aceleran partículas elementales hasta velocidades
muy próximas a la lumínica, habiéndose obtenido ya hasta un
99,4% de la misma, sin que la masa tienda a infinito.
¿Cuál es el impulso de los fotones y neutrinos? ¿En qué
consiste su "secreto"? Poseen SÓLO energía cinética; cuando se
les lleva al estado de reposo, desaparecen sin dejar rastro.
Dietmar Kirch (nota 36: Kirch, Dietmar: Tachyonen - Teilchen
schneller als das Licht; En: Umschau; En: Wissenschaft und
Technik; Frankfurt 23/1977) establece la siguiente
clasificación aproximada de las partículas elementales:
1. Partículas como los nucleones y electrones (que se mueven
por debajo de la velocidad de la luz)
2. Partículas como los fotones y neutrinos (que se mueven a la
velocidad de la luz).
3. Taquiones (se mueven con velocidad superior a la de la
luz).
[Ir al pasado con los taquiones - filosofía sobre el
"tiempo"]
Ideas locas, posibilidades
reales
En principio, los taquiones existen sólo en un sistema
inercial que nos es inaccesible; por consiguiente, no puede
haber contradicción con la teoría de Einstein. Así como las
partículas del tipo I se mueven siempre por debajo de la
velocidad lumínica y no pueden ser aceleradas por encima de la
misma mediante ninguna energía finita, análogamente los
taquiones, es decir, las partículas de la clase III, se
desplazan siempre por encima de la velocidad de la luz y no es
posible frenarlas hasta esa velocidad.
Los taquiones existen en otro sistema inercial y se comportan
de manera exactamente inversa a la de las partículas
elementales del sistema inercial que nosotros conocemos y en
el que vivimos.
¡Sobre esta hélice se mueve el carrusel de lo que llamamos
pasado y futuro!
[Kirch indica]:
<Cualquier acontecimiento puede determinarse dando el lugar
del espacio en donde se ha producido y el instante en que se
ha producido. Por tanto, un acontecimiento es una realidad de
cuatro dimensiones. El dato del tiempo, que contribuye a
definir el acontecimiento, no es independiente de las
coordenadas que describen su posición (p.183)
en el espacio. Por cuanto las medidas de espacio y tiempo
varían además al cambiar de sistema de referencia, hablamos de
un espacio-tiempo tetradimensional. Según el sistema en
movimiento que consideremos, los taquiones se moverían hacia
atrás.> (nota 36: Kirch, cit)
¡Qué galimatías! Mientras en nuestro sistema todo se mueve
desde el pasado y hacia el futuro, los taquiones PUEDEN viajar
desde el futuro hacia el pasado.
¿Puede explicarse tal fenómeno de una manera inteligible?
Supongamos un aparato capaz de emitir un destello, y conectado
a un receptor capaz de registrar la presencia de un taquión.
Digamos que el aparato lanza un destello cada vez que el
receptor le envía una señal. E imaginemos que tenemos un
satélite que envía un taquión A MEDIANOCHE EN PUNTO.
Todavía no es medianoche, pero el destello sale ANTES de que
el satélite haya mandado ningún impulso. ¿Cómo puede ser que
el aparato correctamente programado para detectar la llegada
del taquión reaccione ANTES de que salga el impulso?
¿Qué es "tiempo"?
El "tiempo" en el sistema inercial de los taquiones no es
idéntico al "tiempo" de nuestro sistema. "Vistos" desde
nuestra posición, los taquiones se mueven HACIA ATRÁS a
velocidad superlumínica. Lo que llamamos en nuestro sistema el
principio de causalidad - es decir, que todo efecto se debe a
una causa y que ésta es anterior a aquél - deja de aplicarse
cuando contemplamos el espacio-tiempo tetradimensional de las
partículas más rápidas que la luz.
La aparente contradicción dejaría de existir si pudiéramos
trasladarnos al sistema de los taquiones; entonces volverían a
cumplirse las leyes físicas. Ahora bien, dentro de nuestro
sistema el proceso mental "lógico" es el que nos lleva del
pasado al futuro. NOSOTROS no podemos concebir que la causa de
un efecto venga después que éste. Si en un mundo de taquiones
existen seres inteligentes, ELLOS seguramente no entenderán
por qué el futuro ha de seguir siempre al pasado; para ellos
lo normal será deducir el pasado a partir del futuro. Mientras
nosotros hablamos del "lejano pasado", en el mundo de los
taquiones se hablará del "lejano futuro". ¡El tiempo al revés!
(p.184)
Pero significando exactamente lo contrario de lo que nos
figuramos.
"Tiempo" no es igual a
"tiempo"
Tiempo, p.e. un
reloj de Swatch SBB-CFF-FFS. ¿Ese tiempo no es
el mismo en el espacio?
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Llegados a este punto nos es forzoso preguntarnos: "Qué es
tiempo? ¿Qué es el pasado? ¿Qué es el futuro?
En nuestra conciencia, "tiempo" es el paso del presente, que
por ello mismo va convirtiéndose en pasado.
Esta definición ingenua ya no nos sirve, puesto que se ha
demostrado experimentalmente que cada sistema inercial tiene
su propio tiempo inercial. Incluso empleando relojes iguales y
completamente exactos, en sistemas diferentes se miran tiempos
diferentes. Todos los científicos están de acuerdo en que el
"tiempo2 sólo puede definirse en relación con un sistema de
referencia. Y dado que "ningún sistema de referencia aparece
privilegiado respecto a los demás con arreglo a las leyes
naturales, no tiene sentido físico hablar de EL TIEMPO".
Hemos de revisar nuestras nociones. Si un acontecimiento ha
podido producirse ANTES de que una causa lo desencadenase, ¿a
qué podremos atenernos ya?
El cerebro humano funciona a base de procesos electroquímicos.
Sin embargo, desarrolla unos imponderables, no medibles
físicamente, llamados "espíritu" y "conciencia". En
experimentos telepáticos se ha demostrado sin lugar a dudas
que la "conciencia" emite y recibe ondas. La "conciencia"
tiene además la propiedad de saber algunas cosas con
antelación. Es la facultad llamada "precognición" por los
parapsicólogos. Todo sucede como si el "espíritu" y la
"conciencia" desconocieran el tiempo, como si se estableciese
en el cerebro una forma desconocida de energía y nos sugiriese
algo futuro, que en realidad no deberíamos saber. No me
refiero aquí a las intuiciones de lo venidero que todos
tenemos, combinando lo que nos da miedo o nos preocupa, sino a
la verdadera certeza anticipada de un hecho o suceso que nada
permitía suponer, tal como se da en la investigación
parapsicológica.
En realidad, ¿qué pasa en nuestro cerebro? ¿Cabe concebir
alguna partícula subatómica portadora de informaciones de otra
dimensión, de otro sistema inercial, capaz de suministrar a
nuestra conciencia informaciones acerca de hechos futuros?
(p.185)
¿Acaso los acontecimientos de un lejano pasado han ocurrido ya
en el futuro? ¿Se plantea la hipótesis de un canal de dos
direcciones, por el que confluyen informaciones tanto del
pasado como del porvenir? Quizá no es casualidad ni depende de
nuestro arbitrio el que hoy demos nombres mitológicos a
nuestras más recientes conquistas técnicas.
Si el tiempo llega a ser manipulable. lo mismo en el pasado
que en el futuro, ¿dónde quedará la eficacia inmediata del
tiempo? Es una suposición grotesca, pero imaginemos una
hipotética máquina del tiempo a base de taquiones: con ella
podríamos viajar al pasado y una vez allí, ANULAR un
acontecimiento realmente ocurrido en el presente. Para poner
un ejemplo, si alguien se trasladase con la máquina de
taquiones al antiguo imperio romano, ¿podría prevenir a Julio
César de la conspiración urdida contra él en el Senado?
¿Asistiría César a la sesión sin hacer caso de nuestras
advertencias, para hacerse apuñalar, tal como ocurrió, o se
abstendría de ir, dando a la historia una continuación
totalmente distinta? ¿Será posible que la historia esté siendo
corregida continuamente desde el lejano futuro? Quizá nuestros
descendientes del año 10.000 d.C. dominen ya tales
"manipulaciones". Desde ese punto de vista utópico, para
nosotros la historia sólo sería "ineluctable" en apariencia
porque alguien estaría controlándola desde el futuro, de
acuerdo con designios impenetrables para nosotros.
Supuesto que dentro de unos cincuenta años la técnica
aeroespacial consiga realizar viajes a velocidad
aproximadamente lumínica - y lo conseguirá siempre que la
mafia negra de los pesimistas no logre destruir nuestro futuro
-, ¿será entonces la navegación espacial una PRIMICIA para la
humanidad, o no habremos logrado sino repetir lo que ya
hicieron nuestros antepasados? ¿No me contradigo a mí mismo
cuando sugiero que "nuestros antepasados practicaron la
navegación espacial", después de haber sugerido que fueron
EXTRATERRESTRES quienes visitaron a la humanidad en sus
albores?
Aunque suene a presunción, creo que no me contradigo. Voy a
proponer un modelo conjetural para dilucidar la aparente
contradicción:
Admitamos que hace cincuenta mil años existía en la Tierra una
sociedad industrial de alta tecnología. Sigamos suponiendo que
gracias a sus adelantos técnicos, nuestros antepasados
enviaron naves ultrarrápidas a otros sistemas solares. Durante
estos viajes, los tripulantes quedarían sometidos a las leyes
de (p.186)
la relatividad temporal. Como las diferencias cronológicas
dependen de la velocidad del móvil, cabe imaginar que mientras
transcurrían sobre la Tierra cuarenta mil años, en cambio a
bordo de las naves sólo habrían pasado diez años.
Especulemos ahora con que en los cuarenta mil años
transcurridos entre el 50.000 y el 10.000 a.d.C. la
civilización terrestre fue destruida. Por guerras terribles.
Por catástrofes naturales, por un desplazamiento de los polos
terrestres con la consiguiente inundación a escala global. Por
una invasión cósmica, como podría ser la de unas bacterias
procedentes del espacio.
Los sobrevivientes tendrían que volver a empezar desde cero.
Generaciones después de la catástrofe, los seres humanos aún
vivirían en cavernas. Quizá poseerían la escritura y el fuego,
la confección de útiles y un embrión de vida comunitaria...
pero sólo las tradiciones de sus abuelos conservarían la
memoria del gran pasado de su raza.
En medio de ese nuevo comienzo, hete aquí que regresan las
naves enviadas con sus tripulaciones hacia el 50.000 a.d.C.
Las tripulaciones habrían envejecido sólo diez años.
¿Qué harían los navegantes del espacio en tal situación?
Salvar lo que aún pudiera salvarse. Gracias a la superioridad
de sus conocimientos, gobernarían a los sobrevivientes, e
introducirían de nuevo en su acervo las antiguas leyes y las
normas de la convivencia.
En nuestro supuesto, pues, nuestros antepasados directos
habrían sido visitados por sus antepasados procedentes del
espacio. También aquí se trata de "dioses" venidos de la
inmensidad cósmica, aunque sean todos parientes de LA MISMA
familia. La historia se repite.
¿Soy cronista del pasado o del futuro cuando digo que dentro
de un plazo no demasiado lejano, ya previsible, en algún lugar
del mundo se estará equipando en secreto un vehículo espacial
con capacidad suficiente para toda una sociedad mixta de
hombres y mujeres? En sus depósitos esterilizados llevará
cultivos de diferentes cepas bacterianas, y en sus bodegas
recipientes herméticos de plástico llenos de semillas de todas
las especies vegetales. En sus tanques oxigenados abundarán
los peces. En sus cabinas de trabajo almacenará todo el sabor
de nuestra época en enciclopedias y microfichas que compendien
los conocimientos tecnológicos y científicos. En sus pañoles
guardará herramientas simples - palas, bieldos, picos - así
como tiendas de campaña, para que la tripulación disponga de
(p.187)
oportunidades de supervivencia incluso en los rincones más
apartados del universo.
Llegará el día en que la humanidad dará el último repaso a la
lista de las provisiones necesarias... y emprenderá el viaje a
las estrellas.
Y como que la historia se repite, no sería extraño que se
llamase Noé el comandante de esa nave... (p.188)